CNNE 588542 - hallan anillo de compromiso entre las cenizas de una casa
Encuentran un anillo de compromiso entre las cenizas de una casa en California
00:53 - Fuente: CNN

Paradise, California (CNN) – Kevin McKay condujo el autobús escolar a lo largo de oscuros caminos atascados mientras focos de fuego ardían por todas partes. Cerca de dos docenas de alumnos de primaria iban a bordo con él.

El humo empezó a llenar el autobús, por lo que McKay se quitó la camisa. Él y dos maestras que iban en el autobús rompieron la prenda en varios pedazos y los empaparon con agua. Los niños se pusieron los trozos de tela en la boca y respiraron a través de ellos.

McKay solo llevaba unos meses en su empleo como conductor de autobús de la escuela primaria Ponderosa en la ciudad de Paradise, en el norte de California. Ahora, él tenía que llevar a 22 niños varados a un lugar seguro mientras el incendio Camp quemaba todo en su trayecto. Les tomaría cinco angustiosas horas llegar a un sitio seguro.

El fuego surgió la mañana del 8 de noviembre, alrededor de las 6:30 a.m., forzando a muchos a evacuar el condado de Butte.

McKay, de 41 años, se preocupó desde el principio. Él ya había visto otros incendios forestales, dijo. “Pero el hecho de que este estaba llegando a 1.000 sitios era inaudito”, dijo McKay a CNN en una entrevista el domingo.

Él vio las flamas acercándose a la escuela en ambas direcciones.

Su hijo, su madre y su novia ya habían sido evacuados por la mañana a un hotel en Chico, una ciudad al suroeste de Paradise. “Eso me permitió enfocarme completamente en esta terrible situación”, dijo McKay.

Familiares de la mayoría de los estudiantes ya habían pasado por sus hijos.

Pero cerca de dos docenas de alumnos estaban varados porque sus familiares no habían podido llegar a la escuela. McKay habló con el director de Ponderosa sobre evacuar a los niños.

Autos incendiados a la orilla del camino en Paradise, California.

“Era como el armagedón”

Abbie Davis, maestra de kínder, de 29 años, en Ponderosa, y Mary Ludwig, de 50 años, maestra de segundo grado, evacuaron con Mckay y los estudiantes.

Ludwig recuerda que “el cielo era realmente amenazador”.

“Daba mucho miedo. Se sentía como el armagedón”, dijo el domingo.

“Parecía como si nos dirigiéramos a Mordor”, dijo McKay en referencia al reino del villano Sauron, en los libros y películas de “Lord of the Rings”.

Además de cortar la camisa de McKay y empapar los trozos de tela para que los niños pudieran respirar, en el camino el conductor y las maestras crearon su propio plan de emergencia: poner a los niños más pequeños en pareja con otros mayores. Pasar lista. Obtener los números telefónicos de cada uno. Revisar cómo funcionaban las salidas de emergencia, el botiquín de primeros auxilios y el extintor de incendios.

Al rescate de otra maestra

En el camino, recogieron a una pasajera. Era una maestra de preescolar de una escuela de la ciudad vecina de Biggs cuyo auto se había descompuesto.

Davis dijo que en varios momentos del viaje pensó que iba a morir. En cierto momento se pusieron a rezar, dijo Ludwig.

Horas después, los niños pudieron reunirse con sus padres. McKay dijo que el esposo de Davis lo abrazó tan fuerte que “casi me levanta del suelo”.

El incendio Camp ya es el más letal y destructivo en la historia de California. Ha dejado 77 personas muertas y más de 1.200 desaparecidos.

McKay fue modesto al recapitular su escape el domingo. La seguridad es una parte importante del papel de un conductor, dijo, y él debe haber prestado atención a esas clases.

Pero Davis y Ludwig dijeron que McKay era un verdadero héroe.

“Teníamos al conductor de autobús del cielo”, dijo Ludwig.