(CNN) – En sus escritos públicos, la crítica de Jamal Khashoggi a Arabia Saudita y a su príncipe heredero Mohammed bin Salman era mesurada. En privado, el columnista del diario The Washington Post no se contenía.
En más de 400 mensajes de WhatsApp enviados a un colega saudí exiliado el año anterior a que fuera asesinado en el consulado de Arabia Saudita en Estambul, Turquía, Khashoggi describe a bin Salman – en ocasiones nombrado como MBS – como una “bestia”, un “pac-man” que podría devorar todo en su camino, incluidos sus simpatizantes.
CNN ha obtenido acceso exclusivo a la correspondencia entre Khashoggi y el activista Omar Abdulaziz, quien reside en Montreal, Canadá. Los mensajes compartidos por Abdulaziz, que incluyen grabaciones de voz, fotografías y videos, dibujan la imagen de un hombre profundamente preocupado por lo que consideraba la petulancia del poderoso y joven príncipe del reino.
“Mientras más víctimas come, más quiere”, dice Khashoggi en uno de los mensajes enviados en mayo, poco después de que un grupo de activistas saudíes fuera cercado. “No me sorprendería que la opresión alcanzara a quienes lo celebran”.
Jamal Khashoggi: “Los arrestos no están justificados y no le sirven (dicta la lógica), pero la tiranía no tiene lógica, pero él ama la fuerza, la opresión y necesita presumirlas. Es como una bestia “pac man” que mientras más víctimas come, más quiere. No me sorprendería que la opresión alcanzara incluso a aquellos que lo celebran, luego otros y otros más y así en adelante. Dios sabe”.
Omar Abdulaziz: “Sorprendente”.
“Existe la posibilidad de que cuando sea rey los perdone”.
“En un gesto para mostrar perdón y misericordia”.
Jamal Khashoggi: “Eso es lo que dicta la lógica, pero yo ya no tengo fe en ella al analizar la mente de este hombre”.
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Los intercambios revelan un avance de las palabras a las acciones – el par había empezado a planear un movimiento juvenil en línea que pediría cuentas al estado saudí. “[Jamal] creía que MBS era el problema, que es el problema, y dijo que este chico debía se detenido”, dijo Abdulaziz en entrevista con CNN.
Pero en agosto, cuando creía que sus conversaciones podrían haber sido interceptadas por las autoridades saudíes, una sensación de temor cayó sobre Khashoggi. “Dios nos ayude”, escribió.
Dos meses después, él estaba muerto.
El domingo, Abdulaziz interpuso una demanda contra una compañía israelí que inventó el software que él cree fue utilizado para intervenir su teléfono.
“El hackeo de mi teléfono jugó un papel principal en lo que le ocurrió a Jamal, siento mucho decirlo”, dijo Abdelaziz a CNN. “La culpa me está matando”.