(CNN) – Desde que fue despedido por el presidente Donald Trump como secretario de Estado, Rex Tillerson ha mantenido un perfil muy bajo. Pero el jueves por la noche en Houston, Tillerson rompió ese silencio a lo grande.
Así es como describió el “porqué” detrás de la ruptura de su relación con el presidente, según el Houston Chronicle:
“Muy a menudo, el presidente decía quiero hacer esto, y así es como quiero hacerlo, y yo tenía que decirle, señor presidente, entiendo lo que quiere hacer, pero no puede hacerlo así. Viola la ley “.
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Mmm, ¿qué?
El presidente de Estados Unidos le decía al secretario de Estado cómo quería que se hicieran las cosas y el secretario de Estado tenía que decirle que no se podía hacer de la forma en que él quería porque eso era ilegal.
¡Todo bien!
¿Qué es lo que da miedo de la admisión de Tillerson? Algunas cosas.
1) Trump, o no conoce la ley o no le importa la ley
2) Esta no es la primera vez que oímos hablar de este tipo de comportamiento erigiéndose en la ley por parte del presidente.
Sobre ese segundo punto, recordemos que el ex director del FBI James Comey testificó bajo juramento que Trump, en una reunión personal, le pidió que abandonara la investigación del Departamento de Justicia sobre el exasesor de seguridad nacional Michael Flynn. El presidente presionó públicamente al entonces secretario de Justicia Jeff Sessions para que investigara el servidor de correo electrónico de Hillary Clinton. (Clinton no fue procesada en una investigación previa del FBI).
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Una y otra vez, particularmente en sus interacciones con el Departamento de Justicia, Trump ha demostrado que no entiende los límites de su puesto.
Esa visión se corresponde con la experiencia de Trump en el sector privado. En los negocios, hizo en gran medida lo que quiso: al diablo con las reglas (y sus consecuencias). Si las cosas le iban mal, el castigo, por lo general, era la bancarrota, y Trump creía que podía salir airoso de eso.
Trump nunca ha entendido las distinciones entre ser el jefe de una empresa y ser el presidente de Estados Unidos. En sus relaciones con Sessions, y con Tillerson, la suposición de Trump era que harían lo que él les dijera porque, bueno, él es el jefe.
La idea de que Tillerson, Sessions y el resto del gobierno sirven, en última instancia a) la gente del país y b) al estado de derecho, se ha perdido en Trump.
¿Necesitas más pruebas? Trump nunca perdonó a Sessions el que se hubiera recusado de investigar la interferencia rusa en las elecciones de 2016. ¿Por qué? “Jeff Sessions asume el trabajo, se incorpora al trabajo, se recusa, lo que francamente creo que es injusto para el presidente”, dijo Trump a The New York Times en julio de 2017. “Es extremadamente injusto, por decirlo suavemente, para el presidente “.
Que Sessions se recusara para evitar cualquier percepción de parcialidad en la investigación; por el bien del país y todo eso, no le importó a Trump. Su única reacción ante la situación fue: Esto es malo para mí, por lo que Sessions no debería haberlo hecho.
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Eso lo dice todo.
El total desconocimiento de la ley por parte de Trump -ya sea por voluntad propia o simplemente por pura obcecación- es, en este punto, una característica definitoria de su presidencia. Simplemente no entiende que haya límites a su poder, que se hayan establecido límites para preservar la oficina de la presidencia y las instituciones de nuestra democracia.
El punto: Tenemos un presidente que, según el que fuera su director del FBI y su primer secretario de estado, propuso repetidamente ideas que violaban las leyes establecidas. Piénsalo.