(CNN) – El gobierno de Donald Trump revertirá una norma de emisiones de carbón promulgada durante la era Obama como parte de su esfuerzo por flexibilizar las restricciones a la industria del carbón, justo unos días después de que un informe del gobierno estadounidense advirtiera que es necesaria una acción agresiva para frenar los gases de efecto del calentamiento global.
La medida no conducirá a la construcción inmediata de nuevas centrales eléctricas de carbón, pero sí envía una señal política inmediata de que el gobierno Trump intenta apuntalar la industria del carbón y otros intereses energéticos.
“Estamos rescindiendo las cargas injustas de los proveedores estadounidenses y nivelando el campo de juego para que las nuevas tecnologías energéticas formen parte del futuro de Estados Unidos”, dijo Andrew Wheeler, administrador interino de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y excabildero de la industria del carbón.
El cambio de las normas eliminaría las restricciones a las emisiones de carbón que efectivamente limitaban la construcción de nuevas plantas.
Wheeler argumentó que la administración Obama requería que las centrales eléctricas utilizaran costosas tecnologías de captación y captura de carbono y que si se revocaba la regla, las empresas tendrían una mayor capacidad de innovar e invertir.
“Su determinación fue falsa”, dijo Wheeler. “Sabían que la tecnología no se había demostrado adecuadamente, que es lo que exige la ley”, agregó.
Los críticos atacaron la jugada. “La propuesta de Trump es un acto de negación climática agitada y dura”, dijo Clare Lakewood, abogada del Centro para la Diversidad Biológica que calificó el anuncio de “postura retrasada”.
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Informe climático
El viernes después del Día de Acción de Gracias, el gobierno de Trump emitió una evaluación climática ordenada por el Congreso que advierte que la actividad humana está contribuyendo a ese calentamiento y que se está acercando a un punto de no retorno en términos del daño a el clima.
Cuando se le preguntó si la EPA estaba haciendo caso omiso de su informe climático, Wheeler dijo: “No ignoramos el informe del gobierno. Todavía estamos analizando el informe”.
“En cuanto a los hallazgos, gran parte de lo que en los medios se han centrado, como dije la semana pasada, es el peor escenario del informe”, agregó.
También el jueves, el gobierno movió las restricciones a la extracción de petróleo y gas en millones de hectáreas de tierras occidentales bajo un plan de conservación de la era Obama para proteger al urogallo.
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La medida va contra de los esfuerzos internacionales
Los anuncios combinados se producen cuando las Naciones Unidas organizaron una reunión crucial sobre cambio climático en Polonia, donde los delegados trabajan para crear un plan operacional que convierta el Acuerdo de París 2015 en realidad.
Las decisiones de Estados Unidos sirven como otro recordatorio de la determinación del gobierno de Trump de burlar el consenso mundial sobre el cambio climático y la necesidad de actuar en consecuencia. Hace apenas una semana, Estados Unidos trazó una línea roja en su determinación de oponerse al consenso internacional.
En el G20 en Argentina, la delegación insistió en añadir una nota al comunicado final que decía que Estados Unidos “reitera su decisión de retirarse del Acuerdo de París y afirma su firme compromiso con el crecimiento económico, el acceso a la energía y la seguridad, utilizando todas las fuentes de energía y tecnologías, a la vez que se protege el medio ambiente”.
El mandato de la administración Obama requería que las nuevas plantas de carbón estuvieran equipadas con tecnología que pudiera capturar y almacenar carbono, creando un límite estricto a las emisiones que hacían que la construcción de nuevas plantas de carbón fuera antieconómica. Los cambios en la administración de Trump permitirán la construcción de nuevas plantas de carbón que utilizarán calderas más nuevas y más eficientes y la tecnología relacionada.
No es probable que nuevas plantas de carbón germinen en todo el país a raíz del cambio, ya que la demanda de carbón es baja frente al abaratamiento del gas natural y las fuentes de energía renovable.
Se espera que el consumo de carbón en 2018 sea el más bajo desde 1979 y caiga aún más en 2019, ya que un número casi récord de plantas de carbón cerró este año, según un informe de la Administración de Información Energética de Estados Unidos.
– David Siegel de la CNN contribuyó con este informe.