(CNN) – Para algunos, el que los solicitantes de asilo en la frontera entre Estados Unidos y México lleven cifras escritas con tinta negra en los brazos es una inquietante referencia al Holocausto.
Pero para Michael, un inmigrante de 43 años que dice haber partido de Cuba hace un año, la tinta negra representa la oportunidad de una nueva vida. Y a nivel práctico, representa su lugar en la fila.
“Espero que sí, que con estos números llegaré a la frontera y todo saldrá bien”.
El congresista estadounidense Beto O’Rourke llamó la atención sobre los números en un video que compartió en Twitter el viernes. En el video, O’Rourke habla con dos personas que buscan asilo en Ciudad Juárez, en la frontera de México y Estados Unidos, y que tienen números escritos en sus brazos.
El video obtuvo más de un millón de visitas y comentarios indignados, muchos de los cuales se dirigieron a la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Pero funcionarios de ambos lados de la frontera dijeron que los gobiernos de Estados Unidos y México no son responsables de esos números.
Es difícil rastrear el origen del sistema, pero parece haberse creado como una lista de espera no oficial. Gabriel Reyes, de la Cruz Roja Mexicana en Juárez, dijo a CNN que el sistema se creó hace unas semanas para trasladar a los inmigrantes a refugios y que son ellos mismos quienes escriben los números en sus brazos como forma de comprobar su lugar en la fila.
Un funcionario del Departamento de Seguridad dijo que las autoridades de EE.UU. no están marcando a los migrantes con números.
Un representante del grupo de defensoría Casa del Migrante dijo a CNN que los números ofrecen un orden. El personal y los voluntarios de la Casa del Migrante ofrecen a las personas la opción de escribir su número en un papel o en el brazo.
“Creo que funciona a nuestro favor”, dijo a CNN.
Los números escritos hicieron eco entre los que se oponen a la ofensiva de la administración Trump contra la inmigración y los solicitantes de asilo.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los prisioneros que llegaron a Auschwitz fueron tatuados con un número de serie para que los funcionarios pudieran identificar a los fallecidos. Los números tatuados se han convertido en una de las pruebas más fácilmente visibles de la deshumanización de judíos y presos de otras minorías durante la guerra.
En el video, O’Rourke dijo que la mujer y su hija de 10 años llegaron de Guatemala y buscaban asilo en Estados Unidos.
O’Rourke dijo que la mujer contó que había viajado durante tres semanas para llegar a Juárez y que estaba tratando de solicitar asilo de forma legal. Los números escritos en sus brazos – 2142 y 2143 – fueron anotados con tinta y no son tatuajes.
Jackie Castillo y Eric Levenson de CNN contribuyeron con esta historia.