Beijing (CNN) – Las relaciones entre Beijing y Ottawa se encuentran en un punto de crisis luego de que un tribunal chino condenara a muerte a un ciudadano canadiense, le dijo a CNN un exembajador de Canadá en China.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Canadá emitió una advertencia de viaje para sus ciudadanos chinos el lunes por la noche sobre “el riesgo de la aplicación arbitraria de las leyes locales”. La advertencia de viajes se produjo tras la sentencia a muerte a Robert Lloyd Schellenberg durante un nuevo juicio de un día en la ciudad de Dalian.
Al principio, Schellenberg apeló una pena de 15 años de prisión por ser cómplice en un complot para contrabandear más de 222 kilogramos de metanfetamina de la ciudad portuaria nororiental a Australia en noviembre de 2014. Pero durante el nuevo juicio, el tribunal se puso del lado la fiscalía, que afirmó haber descubierto nuevas pruebas que demostraban el papel principal de Schellenberg en el caso.
La decisión se produce en el contexto de una creciente disputa diplomática entre los dos países tras el arresto de Meng Wanzhou, una alta ejecutiva de la firma tecnológica china Huawei, el 1 de diciembre en Vancouver.
Es probable que Meng, la hija del fundador de la compañía, sea extraditada a Estados Unidos por denuncias de que ayudó a Huawei a esquivar las sanciones de Estados Unidos contra Irán.
Beijing se ha opuesto ferozmente a la captura de Meng y al posterior arresto domiciliario. Pocas semanas después de su arresto, las autoridades chinas detuvieron a dos canadienses —al exdiplomático Michael Kovrig y al empresario Michael Spavor— bajo sospecha de “actividades que ponían en peligro la seguridad nacional de China”.
El exembajador de Canadá en China, Guy Saint-Jacques, le dijo el martes a CNN que creía que China estaba poniendo un ejemplo con Schellenberg.
“Estamos pasando por una crisis”, dijo Saint-Jacques, que estuvo en Beijing desde 2012 hasta 2016. “Lo que es peculiar es el momento y creo que se hizo después del arresto de la señora Meng”.
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La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, dijo el martes que la advertencia de viaje canadiense era innecesaria y añadió que los canadienses estaban a salvo en China, “siempre y cuando respeten las leyes chinas”.
“Creo que la advertencia de viaje de Canadá es como ‘ladrones gritando ladrones’ porque en realidad es Canadá, no China, quien ha detenido arbitrariamente a un ciudadano extranjero por supuestas razones legales”, dijo.
En respuesta, China emitió el martes su propia advertencia de viaje a Canadá, citando la “detención arbitraria” de un ciudadano chino por un tercer país como una de las razones del aviso.
El tabloide estatal chino Global Times publicó un editorial el lunes que acusa a Canadá de hipocresía y afirma que “muchas” personas extranjeras han sido condenadas a muerte en las últimas décadas por contrabandear drogas en China. “El juicio de Schellenberg demuestra que China practica su soberanía judicial. Los procesos de Schellenberg no son un ‘veredicto político’”, dijo el diario.
Se espera una apelación
Se espera que Schellenberg apele su condena, dijo el martes un miembro de su equipo legal a CNN.
Gary Schellenberg, tío de Robert, dijo que su familia está devastada por la decisión.
“No sabemos cuánto hablar en este momento ni qué decir. Estamos muy desconsolados en este momento, y todos estamos en estado de shock. Estamos simplemente abrumados”, le dijo a CNN el lunes.
La familia de Schellenberg dijo en un comunicado después de la sentencia que pedían a todos los canadienses que “nos acompañen y recen para que nuestro ser querido regrese sano y salvo”.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo a la afiliada de CNN, CTV News, que el fallo era de “extrema preocupación” para su gobierno, “como debería ser para todos nuestros amigos y aliados internacionales”.
“China ha optado por empezar a aplicar arbitrariamente la pena de muerte en los casos que enfrenta, como en este caso lo enfrenta a un canadiense”, dijo.
China estaba muy insatisfecha con los comentarios de Trudeau, dijo el martes la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua.
“Instamos a Canadá a respetar el estado de derecho, respetar la soberanía judicial de China, detener sus actos ilícitos y dejar de hacer comentarios irresponsables”, dijo.
Una moneda de cambio para Beijing
Las preocupaciones de que Schellenberg se pueda utilizar como moneda de cambio en la detención de Meng se producen en medio de un rechazo constante de las autoridades chinas y los medios estatales.
En un vídeo publicado en el sitio web de Global Times en diciembre, el editor Hu Xijin dijo que si Canadá extraditaba a Meng a Estados Unidos, “la venganza de China será mucho peor que la detención de un canadiense”.
Posteriormente, el embajador de China en Canadá, Lu Shaye, publicó un artículo de opinión el 9 de enero, acusando al gobierno canadiense de “supremacía blanca” por su manejo del caso.
“Hace poco escuché unas palabras pronunciadas repetidamente por algunos canadienses: intimidación. Dijeron que deteniendo a dos ciudadanos canadienses (Kovrig y Spavor) como represalia por la detención de Meng en Canadá, China estaba intimidando a Canadá”, escribió el embajador el miércoles en Hill Times, una publicación canadiense.
“Para esa gente, la autodefensa de China es una ofensa para Canadá. Si alguien te da una bofetada en la mejilla, pásale la mejilla derecha, nos dijeron. Pero nunca los he visto hacer lo que dicen”, agregó.
El activista por los derechos humanos Michael Caster le dijo a CNN que la sentencia de Schellenberg tenía motivaciones políticas.
“Todo en el caso de Robert Lloyd Schellenberg grita represalia y arbitrariedad, desde el extraño paso de China de invitar a los medios extranjeros a su audiencia de apelación hasta el anuncio casi inmediato de su condena capital”, dijo Caster el martes. “Está claro que China quiere que el mundo vea qué está haciendo en este caso”.