Washington (CNN) – Las condiciones tras los muros de las cárceles federales de Estados Unidos se degradan con el cierre del Gobierno, mientras que algunos oficiales de correccionales están siendo obligados a trabajar turnos extendidos, se cancelan los programas para reclusos y a los trabajadores médicos y de mantenimiento se les pide colaborar con guardias.
Aquellos que están trabajando a veces son retenidos para trabajar turnos de 16 horas y así llenar los vacíos, de acuerdo con varios trabajadores penitenciarios y un presidente sindical que hablaron con CNN.
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La situación podría poner en peligro a los reclusos y a los trabajadores de prisiones de primera línea, dijo Eric Young, presidente nacional del Consejo de Prisiones Locales de AFGE.
En unas instalaciones – el Centro Correccional Metropolitano de Nueva York –, algunos reclusos protestan con una huelga de hambre por los recortes a los servicios durante el paro, dijo Young.
La Oficina de Prisiones negó que hubiera una huelga de hambre, que también ha sido reportada por el diario The New York Times, pero no respondió otras preguntas de la CNN sobre las condiciones en esa prisión y otras instalaciones.
Los funcionarios correccionales, como cientos de miles de empleados federales, han estado trabajando durante cuatro semanas sin recibir cheques de pago.
Ya se encontraban entre los funcionarios federales peor pagados, dijo Young, y el sindicato cree que las prisiones de la nación carecen de suficiente personal con una falta de alrededor de 7.100 puestos de trabajo.
Eso significa que cuando los cheques de pago se detienen, la situación es especialmente grave.
“Trabajamos en un entorno ya peligroso y estresante, en el que ir a trabajar distraído o fatigado puede provocar lesiones graves o la muerte”, escribió Young en una carta a legisladores esta semana.
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Al igual que otros empleados federales, los funcionarios penitenciarios se enfrentan a decisiones difíciles entre comprar comida, gasolina para ir al trabajo y pagar facturas, dijo Young.
Pero para los trabajadores de prisiones, las deudas impagas pueden poner en peligro la autorización de seguridad que un trabajador penitenciario federal necesita para permanecer en el trabajo. Los oficiales correccionales que no pueden pagar sus deudas se consideran en riesgo de ser sobornados por presos o pandillas.
En una prisión federal en el sur de Estados Unidos, el alcaide y otros altos funcionarios recientemente reunieron a los trabajadores penitenciarios para “hacer grupo”, dijo uno de los dos empleados que describió la reunión.
“Básicamente fue tratar de hacer grupo, vamos a tratar de calmar las inquietudes de la gente, lo que ellos no podían hacer”, dijo el trabajador. Ambos empleados pidieron el anonimato, y CNN no está nombrando las instalaciones para proteger las identidades de los trabajadores.
La instalación puso en marcha un banco de alimentos en las últimas dos semanas para ayudar a los empleados que no están recibiendo su salario. Varios de los compañeros de trabajo de este empleado recientemente tuvieron bebés, por lo que las personas están llevando artículos básicos como toallitas húmedas, pañales y otros alimentos para ayudar a las personas que lo necesitan.
Por diversas razones, como la imposibilidad de comprar combustible o el cuidado de los niños, algunos funcionarios correccionales en esa y otras instalaciones se han reportado enfermos durante los turnos que no se les han pagado.
“Nos preocupamos el uno por el otro, y la única razón por la que venimos a trabajar es porque estamos tratando de no molestar a otros empleados”, dijo el trabajador.
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Young dijo que los directores de prisiones se han visto obligados a cancelar o recortar programas, como educación, visitas y recreación, que exigen la presencia del personal ausente. Esos programas son fundamentales en la vida de los reclusos, y sus miembros dicen que están preocupados por las agresiones o los disturbios cuando se extiende la frustración de los reclusos.
La Oficina de Prisiones reconoció en una declaración que la dirección puede reducir la programación cuando las instalaciones tienen poco personal.
“Los responsables entienden las operaciones y los desafíos en las prisiones que están administrando y tienen muchas opciones para abordar inquietudes específicas de la institución, incluida la escasez de personal durante el cierre del Gobierno”, dijo el comunicado. “Las instalaciones pueden tomar medidas para frenar o cancelar temporalmente las visitas, reducir o cancelar temporalmente la programación o implementar otras operaciones modificadas”.
La escasez de personal y el plan de la Oficina de Prisiones para llenar los vacíos también dejan a los funcionarios vulnerables, dijo Young.
Los funcionarios de primera línea están siendo “cubiertos” por enfermeras, trabajadores de mantenimiento y secretarios que no cuentan con la experiencia o capacitación adecuadas de sus colegas de primera línea, dijo Young, el presidente del sindicato.
“Ese entrenamiento básico no enseña cómo ser un funcionario de corrección que lo es todos los días de su vida”, dijo. La capacitación que reciben es solo para “responder en caso de una emergencia para ayudar al personal correccional”.
Sin un final a la vista, los trabajadores de la prisión dicen que no están seguros de lo que viene después.
Un trabajador de la prisión le dijo a CNN: “Recientemente me he estado despertando preguntando: ‘¿vale esto la pena?’”.