Simpatizantes de Alberto Fujimori esperan a su salida de la clínica donde permanecía internado.

(CNN Español) – El expresidente de Perú Alberto Fujimori reingresó la noche de este miércoles al establecimiento penitenciario de Barbadillo, ubicado al interior de la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes), en Lima, donde permanecerá recluido para cumplir lo que le resta de su condena de 25 años de prisión por delitos contra los derechos humanos, tras anularse su indulto humanitario.

El Instituto Nacional Penitenciario (INPE) respondió el miércoles al Poder Judicial que Fujimori sería traslado al establecimiento penal para cumplir su condena.

El expresidente, de 80 años, permanecía internado en una clínica.

Policías y simpatizantes a las afueras de la clínica donde permanecía internado Alberto Fujimori.

En un mensaje a la Sala Penal Especial de la Corte Suprema, el INPE dijo que en este centro penitenciario existe un servicio de salud con un médico general y tres enfermeras que opera en un turno de 24 por 48 horas, reportó la agencia de noticias Andina.

El Poder Judicial informó en Twitter sobre la decisión para el ingreso de Fujimori al centro penitenciario.

En tanto, Fujimori publicó en Twitter una fotografía suya con el título “El final de mi vida está cerca”, junto a una imagen de una nota escrita a mano que dice:

“Tengo casi 12 años preso y hoy me están llevando de nuevo a la cárcel. ¿No es eso suficiente?

“A mis hijos y a mis nietos les digo que estoy seguro que el juicio de la historia será más justo que el juicio de los enemigos políticos conmigo. Y que cuando todas estas injusticias hayan terminado miren el Perú que hoy tenemos y me recuerden con la convicción de que todo lo malo que me tocó vivir al final de mi vida valió la pena”.

Kenji Fujimori, hijo del expresidente, agradeció en Twitter “las muestras de solidaridad a mi padre”.

En octubre, un juzgado de la Corte Suprema de Perú anuló el indulto humanitario de Fujimori. El expresidente recibió el indulto en diciembre de 2017 mientras cumplía una condena de 25 años de prisión por violaciones a los derechos humanos.