Hong Kong (CNN) – Las tensiones en la frontera entre la India y Pakistán la semana pasada llevaron a las dos potencias nucleares del sur de Asia más cerca de un conflicto que en ningún otro momento en las últimas dos décadas.
Si bien la situación se ha calmado –Pakistán liberó el viernes a un piloto de la fuerza aérea india que capturó después de derribar su avión–, los cambios drásticos en las relaciones son la norma Ambos países conocen los riesgos cuando las tensiones aumentan.
Después de su separación en 1947, las relaciones entre la India y Pakistán han estado en un estado de agitación casi constante. Las dos partes han librado varias guerras importantes –la última en 1999– que resultaron con miles de víctimas, además de numerosas escaramuzas en la llamada Línea de Control en la región de Cachemira en disputa.
Desde ese último enfrentamiento, ambos países han buscado silenciosamente ampliar y mejorar sus capacidades militares.
Con su acumulación militar durante esas décadas, la India ahora supera a Pakistán en la mayoría de las cuestiones numéricas: aviones de combate, tropas, tanques y helicópteros.
La India también supera ampliamente a Pakistán en otras cosas, especialmente en cuanto a su presupuesto militar, de 64 mil millones de dólares frente a 11 mil millones de dólares, según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI).
Pero, como suele ocurrir, los números no cuentan toda la historia.
La cuestión china
La India tiene cerca de 3 millones de efectivos militares en comparación con menos de 1 millón para Pakistán, según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, pero Nueva Delhi no puede concentrarlos en su vecino del oeste.
Una buena parte está enfocada en el noreste de la India y su frontera con China.
“El problema estratégico de la India está haciendo valer su peso. Tradicionalmente ha tenido que dividir sus fuerzas y dejar algunas en el este para disuadir el aventurerismo chino”, dijo Peter Layton, un ex oficial de la Fuerza Aérea de Australia y ahora académico del Instituto Griffith de Asia.
En 1962, la India y China se involucraron en una sangrienta guerra fronteriza y las escaramuzas han seguido estallando esporádicamente a lo largo de los años posteriores, más recientemente en el área de Doklam en 2017.
Y China es capaz de mantener dividida la atención de los indios manteniendo una cercana relación militar con Pakistán.
“Hay una convergencia del pensamiento estratégico de China y Pakistán que ha continuado durante cinco décadas”, dijo Nishank Motwani, un profesor visitante de la Escuela de Diplomacia de Asia-Pacífico con experiencia en la India y Pakistán.
China desempeña también el papel principal proveedor de armas de Pakistán: un 40% de las exportaciones militares de Beijing van a Islamabad, según datos de una discusión sobre Pakistán realizada en diciembre en la Brookings Institution en Washington.
Los vínculos de la India con Occidente
Aunque Pakistán ha establecido una estrecha relación con China, la India, con un presupuesto de defensa seis veces más grande que la de Pakistán, se ha metido en un rápido programa propio de modernización militar.
“La India tiene más poder de gasto y ha estado invirtiendo en plataformas que Pakistán no puede pagar”, dijo Motwani.
Entre las adquisiciones recientes se encuentran sistemas de alerta temprana y control aerotransportado de tecnología israelí y armazones estadounidenses, además de artillería de fabricación estadounidense que está desplegando a lo largo de la Línea de Control en Cachemira para reemplazar las armas suecas de los años 80, dijo Motwani.
La India quiere aún más tecnología militar nueva, pero a menudo se ve obstaculizada por los estrictos controles de exportación de proveedores clave como Estados Unidos y Gran Bretaña.
Otros expertos dicen que la India también se ve afectada por una pobre base industrial militar doméstica.
“La India no tiene un ecosistema industrial. Por lo tanto, no tiene la experiencia de diseño. Puede que tenga ingenieros inteligentes, pero eso no significa que puedan diseñar un avión de combate”, dijo Manoj Joshi, miembro de la Observer Research Foundation con sede en Delhi.
Pakistán, en tanto, está fabricando sus propios aviones de combate, los JF-17 de diseño chino.
Según algunos informes, puede haber sido uno de esos aviones el que derribó el miércoles un avión de combate de la Fuerza Aérea india, lo que llevó a la captura por parte de Pakistán de un piloto indio.
Ese jet indio era un MiG-21. Este avión de diseño soviético ha estado en servicio desde la década de 1960, y la Fuerza Aérea india dice todavía que este “forma la columna vertebral” de su flota con unos 200 en inventario.
Pero Motwani dice que los pilotos indios llaman al viejo avión “el ataúd volador” por los accidentes en los que ha estado involucrado.
Y eso ilustra un problema para la India. Si bien tiene un enorme presupuesto militar, una gran parte de este se destina al mantenimiento del equipo existente y los salarios.
“La modernización recibe un mero 14% (de los fondos asignados), lo cual es sumamente inadecuado”, según una investigación del comité del Parlamento indio sobre la preparación militar realizada el año pasado.
Disparidad de tamaño
La India, con un territorio casi cuatro veces mayor que el de Pakistán, puede devolver los activos militares a las tensas regiones fronterizas, donde cualquier ataque pakistaní contra ellos encontraría múltiples capas de defensas aéreas.
En Pakistán, más pequeño y más estrecho, las bases militares y los activos son más difíciles de proteger.
“Pakistán carece de profundidad estratégica”, dijo Motwani. “Muchas bases de Pakistán están cerca de la India, lo que las convierte en blancos fáciles para las fuerzas indias”.
Para llevar a cabo cualquier ataque, la India tiene la variedad y el número de aviones (cazas, de ataque terrestre, antitanques y sistemas de alerta temprana y control aerotransportado) que Pakistán no puede igualar.
“Las grandes redadas serían difíciles de detener aunque se esperarían algunas pérdidas”, dijo Layton.
Si bien la ventaja aérea parece inclinarse hacia la India, las acciones terrestres a gran escala a través de la frontera serían más difíciles para este país.
“Pakistán tiene una red de canales a lo largo de la frontera internacional que dificulta el movimiento de las formaciones indias hacia Pakistán”, dijo Motwani. Es la guerra de la vieja escuela, no muy alejada de las trincheras de la I Guerra Mundial.
En el mar, la ventaja está claramente del lado indio.
Pakistán, con un litoral mucho más pequeño que defender, ha puesto la mayor parte de los recursos en su ejército y fuerza aérea, dijo Motwani.
Nueva Delhi cuenta con un portaaviones y submarinos de propulsión nuclear en su flota, dijo Motwani, lo que Pakistán no igualar ni de cerca.
La amenaza nuclear
Un área donde la India y Pakistán están igualadas es el área que más preocupa cada vez que las hostilidades aumentan entre las dos naciones: las armas nucleares.
Cifras del año pasado del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo muestran que Pakistán tiene de 140 a 150 ojivas nucleares, mientras que la India cuenta con entre 130 y 140 ojivas.
A Layton le preocupa que si la situación se torna grave para Pakistán –algo que se encuentra muy lejos de lo que estamos viendo en este momento– podrían ser utilizadas antes de que los comandantes en Islamabad pudieran evitarlo.
“Pakistán tiene una política estratégica de delegar la aprobación de liberación nuclear a unidades tácticas de nivel inferior”, dijo. “Hay un peligro real de ‘armas nucleares sueltas’, es decir, los comandantes belicosos de nivel inferior que usen armas nucleares tácticas si lo consideran conveniente”.
Motwani dijo que Pakistán quiere que la India sepa que la amenaza nuclear siempre está ahí.
Eso nos remite a cómo comenzó el actual aumento de las hostilidades, cuando un grupo terrorista con sede en Pakistán atacó un convoy militar indio en la parte de Cachemira administrada por la India el 14 de febrero, matando a 40 personas.
“Pakistán puede usar grupos terroristas. Esa es una estrategia militar que ha utilizado durante décadas como una forma de recortar la brecha militar con la India”, dijo Motwani.
Y cada vez que la India contempla represalias, la amenaza nuclear está ahí.
“Utiliza su capacidad de armas nucleares como un cortafuegos que usa para llevar a cabo ataques terroristas en la India con impunidad”, dijo.