(CNN) – El excongresista Beto O’Rourke, quien ganó fama a nivel nacional cuando perdió la elección en Texas al Senado de Estados Unidos el año pasado, anunció este jueves que se unirá a los aspirantes a la presidencia por el Partido Demócrata.
O’Rourke hizo el anuncio en un video antes de comenzar un viaje de tres días a Iowa.
En el video, viendo directo a la cámara y sentado junto a su esposa, Amy, O’Rourke dijo: “este es un tiempo de prueba decisivo para este país y para cada uno de nosotros”, dijo el ex congresista demócrata de Texas, de 46 años, en el video. “Los desafíos que enfrentamos en este momento, las crisis interconectadas en nuestra economía, nuestra democracia y nuestro clima nunca han sido más grandes”.
“O nos consumirán o nos darán la mejor oportunidad para liberar al genio de los Estados Unidos de América”, dijo.
O’Rourke dijo que hará un mitin de lanzamiento para su campaña en El Paso, Texas, el 30 de marzo. Su sede de la campaña estará en El Paso, dijo a CNN, porque “es mi ciudad natal y es donde quiero estar”.
Su ingreso a la carrera presidencial es la culminación de su ascenso de dos años, desde la nada, de un congresista desconocido en gran parte fuera de El Paso, Texas, al estrellato demócrata como recaudador de fondos sin precedentes, el tema de un documental de HBO y el objetivo de dos esfuerzos separados para reclutarlo en la campaña presidencial. O’Rourke se une a un campo abarrotado de más de una docena de demócratas que compiten por la nominación del partido.
O’Rourke comenzó su viaje a Iowa —que incluye paradas en ocho condados en los que Barack Obama ganó en 2012 pero Donald Trump ganó en 2016— en la esquina rural del sureste del estado, prometiéndoles a las multitudes escuchar y abordar las inquietudes de los que creen que se han quedado atrás en las últimas elecciones.
El ahora precandidato demócrata dijo que en Texas los agricultores y otros en las áreas rurales enfrentan una falta de acceso a internet de banda ancha. “No pueden ir a Tinder para encontrar a esa persona especial esta noche”, dijo.
El breve discurso de O’Rourke se centró en el cambio climático y la inmigración. Haciendo una comparación con los refugiados que actualmente están llegando a la frontera sur, que dijo que no ve esto como un problema, y advirtió que la agitación climática llevaría a una “crisis de una magnitud diferente”.
Respondiendo a las preguntas de la multitud, O’Rourke elogió la ambiciosa propuesta de Green New Deal y dijo que “no ha visto nada mejor que aborde esta crisis singular a la que nos enfrentamos: una crisis que podría, en el peor de los casos, llevarnos a la extinción”.
Dijo que terminaría con la prohibición federal de la marihuana, apuntando a las tasas de encarcelamiento y diciendo que los que están en prisión “no se parecen a las personas en esta habitación. Son más cafés y más negros”.
Hablando con los reporteros después, también respondió preguntas sobre qué lo distingue del campo demócrata de los candidatos presidenciales, a quienes dijo que no criticará.
O’Rourke señaló su vida en una comunidad fronteriza: Ciudad Juárez, México, es visible desde su porche, y la atención que Trump ha dirigido a la frontera.
“Tengo una historia profundamente positiva que decir que, como nación de inmigrantes, debemos recordar que nuestro éxito, nuestra fortaleza y nuestra seguridad dependen del hecho de que somos una ciudad de inmigrantes en El Paso, una nación de inmigrantes en todo el país”, dijo.
El año pasado O’Rourke perdió una carrera en el Senado en Texas, con el objetivo de expulsar al senador republicano Ted Cruz. Aún así, la carrera del Senado empujó a O’Rourke, quien sirvió tres términos en la Cámara de Representantes, al centro de atención nacional.
Rompió los récords de recaudación de fondos, terminó con un recorrido de 80 millones de dólares, y terminó con menos de 3 puntos porcentuales por detrás de Cruz, mucho más cerca que otros demócratas en los últimos años contra los republicanos en un estado que durante mucho tiempo ha sido un bastión del Partido Republicano. Pero una candidatura presidencial será una prueba muy diferente para O’Rourke, quien enfrentará una seria presión por parte de la izquierda por primera vez en su carrera política.
O’Rourke dijo a los reporteros el jueves que su derrota en la carrera del Senado de Texas ayudó a los demócratas a cambiar el estado a territorio competitivo para las elecciones presidenciales de 2020.
“Creo que pude demostrar al ir a cada condado que no dejaremos a nadie atrás, que nadie se olvidará, que cada uno de nosotros como estadounidense y como ser humano es importante, y daremos el respeto necesario para demostrarlo y garantizarlo”, dijo.
En su carrera en el Senado contra Cruz, O’Rourke solía desdibujar sus diferencias políticas en temas como el comercio al decir que los dos estaban de acuerdo. Y mientras O’Rourke tomó una serie de posiciones progresistas, defendió las revisiones de justicia penal y la legalización de la marihuana, respaldó “Medicare para todos” y dijo que apoyaría el juicio político del presidente Donald Trump, la carrera al Senado fue principalmente un choque de personalidades.
Si bien O’Rourke tendrá que demostrar su política de buena fe, sus fortalezas (es un activista infatigable que se ganó a los votantes más jóvenes) servirá como una prueba para determinar si la base demócrata y sus legiones de jóvenes votantes están más interesadas en figuras inspiradoras o candidatos cuya ideología coincide con la suya.
O’Rourke obtuvo dos respaldos en el Congreso el jueves por la mañana, de la representante de Nueva York Kathleen Rice y de la representante de Texas Veronica Escobar, una amiga de O’Rourke que durante el otoño pasado ganó su antiguo asiento en la Cámara.
“Es un hijo de la frontera, y durante una era de ataques racistas sin precedentes en comunidades seguras como la nuestra, estoy agradecida de que siempre se enfrenta a la xenofobia y al fanatismo que ha llevado al debate político más feo”, dijo Escobar en un comunicado.