(CNN) – El Popocatépetl, que recientemente registró una fuerte explosión, es un volcán que lleva al menos 25 años de actividad, después de un largo periodo de quietud, en el que no se registraba mayor actividad volcánica.
Una de sus primeras erupciones de las que se tiene registro ocurrió en el año 2999 antes de Cristo, según un registro detallado de la actividad del Popocatépetl de la Coordinación General de Protección Civil de Puebla publicado en 2018. El registro indica que para ese año hubo “derrames de lava poco fluida”.
Hasta el siglo XVI, el registro muestra que se registraron episodios eruptivos, pero se desconocen los daños provocados por el Popocatépetl.
En la primera mitad del siglo XX, se registró una actividad menor en cuanto a emisiones de gases, aunque con actividad sísmica alta, y se habla de “algunas víctimas en el interior del cráter al realizar trabajos de explotación del azufre”, según el documento de Protección Civil de Puebla.
Se despierta el ‘Popo’
1994 podría llamarse el año del despertar del Popocatépetl, pues aumentó su actividad y por primera vez en los registros históricos se presentó la evacuación de alrededor de 50.000 personas, mientras que otras 30.000 tuvieron que ser albergadas durante seis horas debido al aumento de la actividad del volcán, dice el reporte.
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El aumento de la actividad había empezado desde el año anterior, cuando el volcán empezó a mostrar una “creciente actividad” tanto fumarólica y sísmica hasta llegar al 21 de diciembre de 1994.
“En ese día se produjo la primera emisión de ceniza en cerca de 70 años la cual produjo gran inquietud entre la población y autoridades, por lo que algunos de los poblados más vulnerables en el flanco noreste tuvieron que ser evacuados”, dice el reporte.
La actividad siguió hasta 1996, cuando el 5 de marzo de ese año, “el volcán inició un nuevo episodio de actividad con nuevas emisiones de ceniza comparables a las de diciembre de 1994”.
Y el 30 de junio de ese año se registró el evento más “grande desde 1994” con una erupción a la que le siguieron una serie de “sismos volcano-tectónicos”, según Protección Civil. Poco después de las 11 de la noche de ese día, un tremor indicó el inicio de la erupción del Popocatépetl: una primera parte duraría 135 minutos, la otra, pocas horas después, sería de 90 minutos.
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La erupción, dice el reporte, generó una columna de humo de 8 kilómetros por encima del volcán, se registró caída de ceniza volcánica que incluso llegó hasta la Ciudad de México. Afortunadamente no se registraron daños ni víctimas de esta erupción, aunque el aeropuerto de la capital mexicana tuvo que ser cerrado hasta por 12 horas. En esa ocasión el semáforo de alerta llegó a rojo, es decir, la región tenía el máximo nivel de alerta, según indica el reporte.
A partir de allí hay se registra un “período de relativa calma”, según Protección Civil, que sería interrumpida en el año 2000, cuando se presentó “la más grande erupción en términos de liberación de energía” y para entonces se ordenó la evacuación preventiva de al menos 14.000 personas de varias poblaciones alrededor del volcán.
Continúa la actividad
La del año 2000 sería la última vez que se han registrado grandes actividades en el volcán ubicado entre los estados de Morelos, Puebla y México. Desde entonces y hasta el año 2017, se han registrado varios episodios de expulsión de ceniza volcánica y el volcán ha lanzado fragmentos incandescentes a unos 900 metros del borde del cráter, pero no se tuvo mayor información del volcán.
En octubre de 2018, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) alertó de una gran actividad volcánica en el Popocatépetl, identificando hasta 300 exhalaciones acompañadas de vapor de agua y gas en un día.
Sin embargo, un experto consultado por CNN en Español, dijo que estas últimas “no se sale de los parámetros” marcados.
El 19 de marzo de 2019, el Popocatépetl hizo erupción de material incandescente, y el semáforo de alerta pasó de fase 2 a 3 esa semana, por lo que Protección Civil urgió a la población cercana al volcán a tomar precauciones por la caída de ceniza y no acercarse al cráter del volcán.