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EE.UU. proyecta enviar astronautas a la Luna en 2024
00:54 - Fuente: CNN

(CNN) – Los meteoritos pueden golpear la Luna y hacer que estallen gotas de agua desde el suelo.

Esa es la principal conclusión de un nuevo estudio anunciado por la NASA que desafía nuestras percepciones de la Luna y otros orbes rocosos en el espacio.

Micrometeoritos chocan con la Luna a alta velocidad y envían ondas de choque que retumban a través de la superficie lunar. Sólo necesitan penetrar unos centímetros para agitar los depósitos de agua, y la alta energía de la colisión convierte las moléculas en vapor de agua. Los chorros brotan en el espacio. La mayoría de las moléculas se disipan en la delgada atmósfera alrededor de la Luna, mientras que algunas se asientan nuevamente en el suelo.

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La nueva información sobre nuestra vecina más cercano en el espacio se presenta en un estudio publicado recientemente en Nature Geoscience por científicos de la NASA, la Universidad Johns Hopkins y la Universidad de Maryland en el condado de Baltimore.

El autor principal del estudio fue Mehdi Benna, un científico planetario en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA. Le dijo a CNN que el avance “proporciona una gran pieza del rompecabezas” sobre lo que sucede cuando los meteoritos chocan con otros “cuerpos sin aire” alrededor de nuestro sistema solar y más allá.

Muestra que el agua no sólo está encerrada en el suelo, y, según Benna, eso tiene implicaciones sobre cómo los futuros exploradores humanos o robóticos en la Luna podrán usar los recursos del suelo.

Los científicos pensaban que los meteoritos podrían agitar los depósitos de agua lunares. Ahora lo saben con seguridad

Benna, quien también tiene un papel de científico planetario en la Universidad de Maryland en el condado de Baltimore, dijo que el agua está muy extendida “globalmente” en la Luna. Pero hay mucho que no sabemos sobre su comportamiento cotidiano.

Dirigió a sus colegas a analizar los datos compilados por el espectrómetro de masa neutral a bordo del Explorador de la atmósfera lunar y del entorno de polvo (LADEE, por sus siglas en inglés), una misión robótica que orbitaba la Luna.

Los científicos usaron datos del LADEE, un robot que estudia la Luna desde su órbita desde 2014.

Las sondas lunares anteriores como Cassini y Deep Impact habían mostrado “la existencia de un ciclo de agua activo en la Luna”, escribieron Benna y sus coautores. Decidieron estudiar 33 columnas de vapor en la superficie, 29 de las cuales eran conocidas y cuatro eran nuevas.

Los científicos sabían que las columnas de vapor correspondían a los tiempos en que estaban presentes corrientes de meteoritos. Y las moléculas informáticas habían predicho que los meteoritos podrían desencadenarlas.

Pero el equipo de Benna pudo ver algo que no se había confirmado antes. Esta es “la primera vez que se observa en la práctica”, dijo.

Y como los científicos lo confirmaron en un cuerpo sin aire, ahora pueden inferir que el mismo proceso ocurre en todas partes, dijo Benna.

Aunque el agua está muy extendida en el suelo lunar, lo está en forma muy delgada. La Luna es bastante seca. Una tonelada métrica de regolito (la capa de tierra suelta y depósitos que cubren la roca sólida en la fuente lunar) produce sólo 470 mililitros de agua, la cantidad promedio de una botella de agua.

El estudio muestra que la Luna no es tan silenciosa y desolada

Al mostrar que la Luna es simplemente un orbe estático, estudios como este nos brindan un nuevo retrato de la Luna como un mundo vivo y rocoso con procesos geológicos y químicos dinámicos.

Benna dijo que recordaba haber mirado a la Luna cuando era niño, y haber pensado que el antiguo y distante orbe era “silencioso y desolado”.

Pero este estudio le dice a él, y a millones de niños y niñas, una historia diferente.

“Lo que me emociona”, dijo Benna, es que el estudio muestra los cambios en la Luna, reaccionando a su vecindario celestial no en forma de décadas o siglos, sino “en días e incluso horas”.

“Las apariencias engañan”, dijo Benna. “La Luna está activa”.