(CNN) – El líder de la oposición venezolana, Juan Guaidó, admitió el miércoles que las protestas de esta semana contra el gobierno carecieron del apoyo de suficientes desertores militares para derrocar al asediado presidente del país, Nicolás Maduro.
Justo el día anterior, Guaidó había anunciado que el intento de derrocar el gobierno de Maduro estaba entrando en su “fase final”, con lo que iniciaron dos días de protestas, algunas de las cuales se tornaron violentas.
Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y quien se declaró presidente interino de Venezuela, esperaba que el anuncio del martes y las protestas subsiguientes convencieran a los miembros clave de los militares a desertar.
“Tenemos que reconocer que ayer no hubo suficientes (militares desertores), tenemos que insistir en que todas las fuerzas armadas protesten juntas”, dijo Guaidó el miércoles. “No estamos pidiendo una confrontación. No estamos pidiendo una confrontación entre hermanos, es todo lo contrario. Sólo queremos que estén del lado de la gente”.
Guaido también llamó a los empleados del sector público a la huelga.
Más de 100 personas resultaron heridas en las manifestaciones de esta semana, según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCSocial).
Human Rights Watch reportó que 168 personas fueron detenidas y dijo que creía que las fuerzas de seguridad lanzaron perdigones a los manifestantes y periodistas. Un equipo de CNN vio lo que parecían ser casquillos de balas en las calles de Caracas después de una protesta, pero no estaba claro qué tiempo tenían.
Esta semana, Guaidó obtuvo una victoria aparente cuando el exjefe del servicio nacional de inteligencia venezolano (SEBIN), pareció renunciar.
En una carta abierta “al pueblo de Venezuela” que recorre las redes sociales, Manuel Ricardo Cristopher Figuera acusó al régimen de Maduro de saquear el país. Horas después de que la carta saliera a la luz, Maduro anunció que Figuera sería reemplazado, sin explicar por qué.
Un funcionario del gobierno de Estados Unidos dijo a CNN el miércoles que Washington cree que la carta es genuina.
Dos ‘días de acción’
Maduro ha culpado al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de lo que llamó el “intento de golpe de Estado” del martes. En su primera aparición pública desde que comenzaron las protestas, hizo un llamado a sus simpatizantes por su “máxima lealtad” y los instó a salir a las calles para luchar por la democracia.
Lo que viene después no está claro.
Maduro pidió dos “días de acción” durante el próximo fin de semana y urgió a todos los funcionarios electos a que se unan por el pueblo de Venezuela.
Trump dijo que el jueves “probablemente va a ser muy malo”.
“Es algo terrible. La gente se muere de hambre, la gente se está muriendo. No hay comida, no hay agua”, dijo el presidente de Estados Unidos en una entrevista con Fox Business. “Es un desastre increíble”.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo que la acción militar es posible y “si eso es lo que se requiere, eso es lo que hará Estados Unidos”. El secretario interino de Defensa, Patrick Shanahan, dijo que el Pentágono había “hecho una planificación exhaustiva, por lo que no existe una situación o un escenario para el que no tengamos un plan de contingencia”.
“Buena política de poder a la antigua”
Maduro y su predecesor, Hugo Chávez, han sido acusados durante años de desencadenar una catástrofe humanitaria a través de sus políticas económicas socialistas de línea dura. Maduro dice que fue elegido democráticamente y que los esfuerzos actuales para destituirlo, junto con la crisis general, están siendo orquestados por Estados Unidos.
El liderazgo de Maduro ha estado en el centro de atención internacional desde su reelección en mayo de 2018, en unos comicios calificados por observadores internacionales como una farsa. El Grupo de Lima, una alianza de 14 naciones latinoamericanas y Canadá, dijo que la votación no “se adhiere a las normas internacionales de un proceso democrático, libre, justo y transparente”.
En enero, Guaidó se declaró presidente interino en medio de protestas masivas, días después de que Maduro prestara juramento para su segundo mandato. El líder de la oposición ha prometido establecer un gobierno de transición y organizar elecciones libres y justas.
Un puñado de países latinoamericanos y occidentales han reconocido a Guaidó como el líder legítimo de Venezuela, mientras que Rusia, Cuba y China se encuentran entre los estados más destacados que apoyan a Maduro.
Pompeo y el consejero de seguridad nacional de Trump, John Bolton, acudieron a los medios de comunicación estadounidenses el miércoles para expresar su apoyo a Guaidó y acusar a Rusia de respaldar a Maduro.
“A los rusos no hay nada que les guste más que poner un dedo en nuestro ojo”, dijo Bolton a CNN el miércoles. “Están utilizando a los cubanos como representantes. Les encantaría tener el control efectivo de un país en este hemisferio. No es ideológico, es simplemente una buena política de poder a la antigua”.
Funcionarios rusos niegan esa narrativa y acusan a Estados Unidos de diseminar información falsa para “desmoralizar al ejército venezolano” y llevar a cabo una “guerra de información”.
Maduro también negó que hubiera estado listo para salir del país, pero que Rusia lo había disuadido, una afirmación que Pompeo hizo ante múltiples medios de comunicación estadounidenses esta semana.
Pompeo habló por teléfono el miércoles sobre Venezuela con el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov. La parte rusa dijo que había subrayado que la interferencia de Estados Unidos en los asuntos internos de un estado soberano era una violación del derecho internacional, mientras que el Departamento de Estado dijo que la intervención de Rusia y Cuba en Venezuela era “desestabilizadora”.
Jennifer Hansler de CNN contribuyó a este reporte