(CNN Español) – Cristina Fernández de Kirchner, expresidenta de Argentina, comenzó a ser juzgada este martes por presunta corrupción en la obra pública. Es el primer juicio oral y público que enfrenta la ahora senadora y precandidata a vicepresidenta en las elecciones de octubre.
Junto con ella, son juzgados el exministro de Planificación Julio De Vido, el empresario de la construcción Lázaro Baez y otros diez imputados. Están acusados de integrar una asociación ilícita para favorecer con 51 licitaciones públicas a las empresas de Báez y defraudar así a la administración pública.
Los fiscales sostienen que los exfuncionarios habrían direccionado obras viales a las compañías de Báez, socio de la familia Kirchner.
De acuerdo con la acusación, las licitaciones habrían sido simuladas entre 2003 y 2015.
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Fernández de Kirchner está señalada como jefa de la presunta asociación ilícita, al igual que el expresidente Néstor Kirchner, fallecido en 2010. Báez fue definido por los fiscales como “presunto empresario”. Antes de 2003, Báez era un empleado bancario.
La principal empresa de Báez se constituyó el 8 de mayo de 2003, días antes de que Néstor Kirchner asumiera como presidente, relataron los fiscales. En la acusación, sostienen que la empresa fue montada con el presunto objetivo de adjudicarle contratos que terminaron superando los 16.000 millones de pesos argentinos (unos US$ 5.300 millones de ese momento).
Los fiscales sostienen que esas obras incluyeron sobreprecios y algunas de ellas no se concretaron.
Horas antes del inicio de la audiencia, Fernández de Kirchner se manifestó en Twitter y dijo: “En unas horas comenzará en Comodoro Py un juicio oral al que jamás debí haber sido citada. Se trata de un nuevo acto de persecución con un único objetivo: colocar a una ex presidenta opositora a este gobierno en el banquillo de los acusados en plena campaña presidencial”.
Además, sostuvo: “Jamás tomé intervención alguna en los expedientes administrativos que se realizaron por cada una de estas obras. Entre la Presidencia de la Nación y las obras denunciadas existen doce instancias administrativas de carácter nacional y provincial”.
Tanto Báez como De Vido, detenidos, como el resto de los acusados niegan los cargos en su contra. Báez afirma que sus empresas ganaron las obras de buena fe y cumpliendo las normas del Estado.
Otro de los acusados en el juicio es José López, exsecretario de Obras Públicas, conocido por haber sido descubierto cuando intentaba esconder bolsos con más de US$ 9 millones no declarados en un convento en 2016. López declaró que ese dinero le pertenecía “a la política”.
Entre los acusadores se encuentra la Unidad de Información Financiera (UIF) y la Oficina Anticorrupción (OA), dos organismos que dependen del Ejecutivo, que encabeza el presidente Mauricio Macri. El gobierno es el denunciante de la causa.
La expresidenta se ubicó en la última de las filas asignadas a los acusados en la sala de audiencia, lejos de De Vido y Báez.
Durante la jornada, fue acompañada por exfuncionarios, legisladores y dirigentes de organismos de derechos humanos, como Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, quien se ubicó detrás de ella en la sala. También estuvo presente Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo.
Durante gran parte de la audiencia, mientras escuchaba la acusación en su contra, Fernández de Kirchner se mostró concentrada leyendo en su teléfono celular y consultando a su abogado.
Se estima que el juicio dure alrededor de 18 meses. La lectura de la acusación se reanudará el lunes.