Nota del editor: Dean Obeidallah, abogado, es presentador de un programa diario en la radio SiriusXM “The Dean Obeidallah Show” y columnista en The Daily Beast. Síguelo en @DeanObeidallah. Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad del autor.
(CNN) – La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ocupó los titulares (e indignó a Donald Trump) de la semana al declarar que “creemos que el presidente de Estados Unidos está involucrado en un encubrimiento”. En este caso, Pelosi estaba hablando de la obstrucción de Trump de las solicitudes de información de los demócratas de la Cámara de Representantes, así como de sus declaraciones de impuestos
Pero hay un encubrimiento aún más espantoso por parte de Trump, o por parte de su gobierno, que se relaciona con la muerte de una niña migrante de 10 años solo cinco semanas antes de las elecciones intermedias de noviembre de 2018 que el gobierno de Trump no reveló a tiempo al público estadounidense. De hecho, solo nos enteramos de la muerte de Darlyn Cristabel Cordova-Valle, una inmigrante de El Salvador, de 10 años, la semana pasada gracias a una investigación realizada por CBS News.
Como informó CBS, y el gobierno de Trump ahora ha confirmado, esta joven murió el 29 de septiembre de 2018 de “fiebre y dificultad respiratoria” después de las complicaciones de una cirugía que la dejaron en coma. Un portavoz de la oficina de Servicios Humanos y de Salud (HHS) dijo que tenía antecedentes de defectos cardíacos congénitos y estaba en un estado “médicamente frágil” cuando llegó a la custodia de Estados Unidos.
Seis niños migrantes han muerto bajo la custodia de Estados Unidos, o poco después de ser liberados, desde septiembre de 2018. En contraste, según la Oficina de Reasentamiento de Refugiados que el Departamento de Seguridad Nacional, Darlyn fue la primera niña migrante que murió bajo custodia federal desde 2010.
Su muerte plantea algunas preguntas de importancia vital: ¿Nos ha informado completamente la administración de Trump de otros niños migrantes que han muerto bajo la custodia de Estados Unidos? ¿Cómo podemos prevenir estas muertes en el futuro? ¿Y por qué Trump y sus funcionarios no revelaron la muerte de Darlyn al público estadounidense durante casi ocho meses?
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Esta última pregunta no es solo sobre política, sino también sobre la vida y la muerte. El HHS ha dicho que los requisitos de información no obligan a que informen a los medios de comunicación de tales muertes, como un razonamiento de por qué no se informó antes. Pero no hay duda de que si nos enteramos de la muerte de Darlyn en septiembre de 2018, habría sido ocupado los titulares como la primera muerte de un niño migrante bajo la custodia de Estados Unidos en años.
Si la cobertura de los medios de comunicación hubiera dado como resultado que la Patrulla Fronteriza y otras personas que cuidaban a estos niños cambiaran sus procedimientos para mejorar, ¿se hubieran salvado las vidas de los dos niños migrantes, Jakelin Caal de 7 años y Felipe Gómez Alonzo, de 8 años, quién murió apenas dos meses después? Nunca lo sabremos.
Y necesitamos saber si Trump o su administración nos impidieron intencionalmente conocer la muerte de Darlyn en septiembre porque sabían que tales noticias solo cinco semanas antes de que las elecciones de medio término pudieran haber afectado negativamente al Partido Republicano. Hay que tener en cuenta que el tema central del último tramo de la campaña de 2018 de Trump fue que los migrantes representaban una amenaza para Estados Unidos y solo el Partido Republicano podía mantenernos seguros.
Por ejemplo, Trump dijo que las personas que hacían parte de una caravana de migrantes que se acercaban a la frontera sur eran una “invasión” que incluía a “algunos malhechores y pandilleros muy malos”. Y en un tuit del 22 de octubre de 2018, poco antes de las elecciones intermedias, Trump culpó categóricamente a los demócratas por las caravanas de inmigrantes que intentaban ingresar al país “ilegalmente”, y agregó: “¡Recuerden las elecciones intermedias!”.
Imagínate si en las últimas semanas de la elección intermedia nos hubiéramos enterado de la muerte de una niña inocente de 10 años. Hubiera requerido que Trump y su gobierno respondieran preguntas sobre la muerte de esta niña, probablemente socavando o al menos distrayendo del mantra de Trump de que los migrantes son una grave amenaza para nuestro país. ¿Podría esto haber inclinado algunos escaños más de la Cámara, o incluso el control del Senado, en la dirección de los demócratas?
El representante de Texas Joaquín Castro tenía toda la razón cuando, al enterarse de la noticia de la muerte de Darlyn el miércoles, declaró: “Es indignante que otro niño haya muerto bajo la custodia del gobierno y que el gobierno de Trump no se lo haya dicho a nadie”.
Castro, presidente de la Comisión Hispana del Congreso, agregó: “Ellos encubrieron su muerte durante ocho meses, a pesar de que estábamos preguntando activamente si un niño había muerto o había sido herido de gravedad”.
Ahora es el momento de que los demócratas de la Cámara de Representantes celebren audiencias para determinar si la administración de Trump no nos ha informado sobre otros niños migrantes que murieron bajo la custodia de Estados Unidos y se han encontrado formas de garantizar que nunca vuelva a suceder. Y, en segundo lugar, se debe investigar si Trump o su administración ordenaron que la información de la muerte de Darlyn se ocultara a los estadounidenses. Si ese fuera el caso, este muy bien podría terminar siendo un encubrimiento mucho peor que todo lo que hemos visto antes en Trump.