(CNN) – Los votantes de dos de las democracias más grandes del mundo han hablado y su mensaje es claro.
Las elecciones en la India y en la Unión Europea en los últimos días han resultado en algunos avances significativos para los políticos con mensajes nacionalistas estridentes. La retórica antiinmigrante abunda. Las elites insensibles son atacadas. El punto medio se está desmoronando.
En la India, el Primer Ministro Narendra Modi consiguió con facilidad un segundo mandato, rechazando un desafío del Partido del Congreso, que intentó exhibirlo como una amenaza para el pluralismo secular de la India. Pero los votantes favorecieron la apuesta del Partido Bharatiya Janata de Modi (BJP) por el nacionalismo hindú y la retórica antimusulmana.
El fin de semana en la Unión Europea, algunos partidos populistas, euroescépticos y antiinmigrantes lograron beneficios a expensas del poder establecido. En el Reino Unido, donde la mayoría de los votantes no esperaban participar en estas elecciones, el Partido Brexit, dirigido por el crítico de la UE Nigel Farage, barrió en los comicios. Un resultado similar se vio en Francia e Italia, donde el partido Rassemblement National (RN) de Marine Le Pen y la Liga de Matteo Salvini se impusieron.
Dichos resultados llegan después de una elección australiana en la que los votantes contradijeron las encuestas de meses y optaron por mantener el gobierno de derecha de Scott Morrison, un cristiano evangélico y negacionista del cambio climático .
En todo el mundo se ha registrado un giro constante hacia la derecha política, mientras los votantes abandonan los partidos de centro-izquierda y centristas, que tuvieron el poder en muchas democracias, después de años de austeridad y recesión económica.
En Europa, el giro a la derecha, con Gran Bretaña como mejor ejemplo, se ha visto impulsado por el deseo de recuperar glorias pasadas. Los legisladores favorables al brexit a menudo hablan de su proyecto como si estuvieran revitalizando el Imperio británico, exagerando no solo el papel que desempeña Gran Bretaña hoy, sino el que probablemente tendría como un pequeño país separado del bloque de la UE.
En la India, el éxito continuo de Modi no ha sido sobre los éxitos de ayer, sino de mañana. Los indios se ven a sí mismos a punto de convertirse en la próxima superpotencia y a Modi y al estridente nacionalismo del BJP como los indicados para guiarlos hasta allí.
Sin embargo, lo que estos movimientos comparten es una antipatía e incluso odio por “el otro”, más a menudo que una minoría religiosa pobre.
Ha habido preocupación por la propagación del violento nacionalismo hindú desde que Modi llegó al poder, mientras que los países europeos han observado una mayor visibilidad de grupos antimusulmanes y pronazis, así como protestas masivas contra inmigrantes.
Ascenso del ‘populismo’
Gran parte del enfoque en torno a las elecciones europeas, en particular, ha estado en el surgimiento del llamado populismo en todo el continente.
El politólogo Cas Mudde ha definido el populismo como una “ideología delgada que considera que la sociedad se separa en dos grupos homogéneos y antagónicos: ‘el pueblo puro’ y ‘la élite corrupta’”.
Sin embargo, en el discurso general, esto a menudo implica la sugerencia de que partidos muy distintos (por ejemplo, el Laborista de Jeremy Corbyn en el Reino Unido con la Liga de extrema derecha de Salvini) están relacionados de alguna manera con políticas similares, que tras una inspección a menudo se reducen a: apelar a amplias franjas de personas en un forma que es desaprobada por las elites mediáticas.
Como Anton Jager, un experto en historia política en la Universidad de Cambridge, escribió el año pasado: “Historiadores y periodistas han estado discutiendo el significado exacto del término populismo – y quién debe y no debe calificar como uno– durante al menos 60 años”.
“A pesar de sus connotaciones ambiguas, la palabra populismo siempre ha sido más aceptable que las etiquetas como racista o extrema derecha”, agregó Jager, lo que significa que puede ser más fácil de usar para los medios preocupados por cuidar la apariencia de la objetividad que términos equivalentes que parecen llevar juicios de valor.
El cambio hacia partidos “populistas” (derechistas, antiinmigrantes y antiélite) ha estado en marcha durante varios años. La revista Time incluyó a “El populista” en su lista para elegir a la persona del año 2016. La categoría, que incluía a Farage y Le Pen, finalmente perdió frente al presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Aunque la tendencia a menudo se ha descrito como el ascenso de la derecha, la mayoría de las veces se debe a un colapso en el apoyo a los partidos de centroizquierda, muchos de los cuales eran los partidos de gobierno tradicionales en sus respectivos países.
“El ascenso de la derecha populista ha coincidido con una catástrofe para el centroizquierda”, escribió el año pasado William Galston, un experto en gobernabilidad del Instituto Brookings, de centroderecha. Él señaló el declive de los socialistas de Francia, el Partido Laborista en los Países Bajos, el Partido Demócrata de Italia y los socialdemócratas checos.
“Incluso en Escandinavia, durante mucho tiempo un baluarte de la socialdemocracia, los partidos de centroizquierda que alguna vez dominaron están en declive, y los partidos nacionalistas con tendencias nativistas están creciendo”, señaló Galston. “Bajo presión, los partidos de centroderecha se han sentido obligados a adaptarse cambiando hacia políticas y retóricas populistas”.
El éxito de Modi en la India ha sido en gran parte a expensas del Congreso Nacional de la India, el partido de centro-izquierda que gobernó el país durante la mayor parte de su historia posterior a la independencia. Rahul Gandhi, líder del congreso y scion político, no logró ganar nada contra el gigante del BJP, incluso perdió su propia carrera.
¿Tendencia irreversible?
Al tratar de capturar una grandeza imaginada, los votantes indios y europeos están reaccionando a las sociedades que luchan contra la disparidad económica, la desigualdad y los problemas del secularismo.
Sin embargo, el riesgo para muchas personas en comunidades marginadas y minoritarias es que al hacerlo, los votantes duplican las políticas excluyentes y mayoritarias que conducen a sociedades más hostiles y menos abiertas.
Ni estos gigantes democráticos existen dentro de una burbuja. La influencia de sus gobiernos recién retornados podría tener un efecto importante en la tendencia de la política global y en alcanzar el consenso internacional sobre temas con ramificaciones globales como el cambio climático.
Los partidos que tradicionalmente rechazaron esa tendencia no han logrado avanzar mucho en los últimos años. Hay muchas razones para esto: políticas de austeridad, desempeño económico deficiente, catástrofes de la política exterior. Lo que queda por ver es si pueden reinventarse y recuperarse a tiempo para evitar que sus países sigan avanzando hacia la derecha populista.