Singapur (CNN) – Era una oportunidad para echar agua fría a una disputa que arde.
El fin de semana, los jefes de defensa de Estados Unidos y China estuvieron en el principal foro de defensa de Asia. Sin embargo, ni el secretario de Defensa en funciones de Estados Unidos, Patrick Shanahan, ni el ministro de Defensa de China, general Wei Fenghe, abordaron la creciente ansiedad entre los estados asiáticos más pequeños por el enfrentamiento entre las dos economías más grandes del mundo.
En cambio, utilizaron sus muy anticipados discursos en el Diálogo Shangri-La en Singapur para lanzar acusaciones de engaño, subversión y desconfianza mutua. Y todo lo que el resto de los niños en el patio del colegio podían hacer era mirar, con la esperanza de que cuando los golpes empiecen a volar, estos no los alcancen.
El secretario de Defensa de Filipinas, Delfin Lorenzana, dijo que había un riesgo creciente de que su país pudiera quedar atrapado en medio de una confrontación entre Washington y Beijing, por los reclamos de China sobre la mayor parte del Mar de China Meridional y otras cuestiones.
“Nuestro mayor temor es la posibilidad de que caminemos dormidos hacia otro conflicto internacional como la I Guerra Mundial”, dijo Lorenzana.
Filipinas tiene razones para preocuparse. El país tiene un pacto de defensa mutua con Estados Unidos. También ve cómo las tropas chinas ocupan islas artificiales dentro de su zona económica exclusiva y niegan derechos de pesca y minería a Manila. Eso, a pesar de una decisión de la ONU contra China sobre el asunto.
Pero Wei no cedió un ápice y dijo que China nunca había ocupado una pulgada del territorio de ningún país y que nunca cedería ni una pulgada de su propio territorio.
“Aunque profesan respetar los derechos de los estados”, dijo Lorenzana, “su reclamo del Mar de China Meridional no es negociable”.
El domingo, Wei ignoró una pregunta sobre las islas ocupadas después de su discurso en la cumbre.
Mientras tanto, Shanahan dijo que Estados Unidos continuaría enviando sus buques de guerra cerca de las islas ocupadas por los chinos para subrayar su determinación de mantener la región libre y abierta para todos.
Luego pidió a los socios y aliados de los Estados Unidos que se unan y muestren su compromiso con el orden internacional “basado en reglas”.
Los socios de EE. UU. lo han estado haciendo en los últimos meses: barcos japoneses, indios, australianos y franceses realizan transitan por la zona.
Pero Wei cree que Estados Unidos, así como algunos de esos socios y aliados, no deberían estar en el Mar de China Meridional.
“¿Quién está amenazando la seguridad y la estabilidad en el Mar de China Meridional?” preguntó Wei, respondiendo que eran países fuera de la región “que vienen a exhibir músculo” y luego “se marchan y dejan un lío detrás”.
China tiene sus métodos de persuasión. Wei mencionó la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda, que ofrece sumas importantes para el desarrollo económico a las naciones de la región y más allá.
Shanahan dijo que EE. UU. También tenía dinero y citó la Ley BUILD, que proporciona dólares estadounidenses para los países de ingresos bajos y medios. Dijo que el dinero de Estados Unidos no tenía condiciones, a diferencia de lo que ocurre con China, que puede llevar a que Beijing se haga cargo de la infraestructura de los países que no pueden pagar sus préstamos.
Pero alguien señaló que poco o nada del dinero de BUILD se ha desembolsado. Eso no es algo que favorezca a Washington en momentos en que China ha estado abriendo la chequera.
Shanahan le dijo a los delegados de Shangri-La que, en esencia, China hablaba mucho, pero que no se podía confiar plenamente en el país, ni para que cumpla sus promesas ni para que siga las reglas.
Y aquí puede ser que haya logrado dar un golpe.
El ministro de Defensa vietnamita, general Ngo Xuan Lich, cuyo país también ha disputado los reclamos en el Mar de China Meridional, sonaba a favor de Shanahan.
“En Vietnam, respetamos estrictamente el derecho internacional. No solo en nuestras palabras sino en nuestras actividades”, dijo. “Estamos listos para trabajar con los países para resolver disputas en igualdad de condiciones y de conformidad con el derecho internacional”.
Y añadió: “China necesita tener un mayor papel y hacer un mayor esfuerzo”.
Aun así, con todo el dinero y la fuerza militar en movimiento, no es de extrañar que las naciones de la región se pregunten en qué superpotencia confiar y cuál de ellas, si es que alguna, realmente tiene en cuenta los intereses locales.
“Ambos abordan la falta de confianza entre ellos, así como la falta de confianza entre sus respectivos países y la región”, dijo Meia Nouwens, analista del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos. “Pero la región desconfía de ambos países por diferentes razones”.
“Las palabras de China de un ascenso pacífico no coinciden con sus acciones agresivas. Y las promesas de compromiso, asociación y apoyo de Estados Unidos a la región no son suficientemente respaldadas por sus acciones”.