Nota del editor: David Bittan Obadía, es abogado escritor, analista de temas políticos e internacionales, columnista del diario El Universal de Venezuela y colaborador de otros medios de comunicación. Ha participado en el Congreso Judío Mundial y es expresidente de la comunidad Judía de Venezuela.
(CNN Español) – El presidente Trump se ha buscado una excusa para iniciar una guerra económica con China.
Un choque entre las dos economías más grandes del mundo se sufrirá en todos los continentes. Una vez más, Trump se apresura. No puede estar en manos de una sola persona decretar una guerra.
El incremento en aranceles a productos chinos no protege a las empresas norteamericanas. Las mercancías llegarán de otros países.
Se castiga a los chinos por haberlos sobrepasado tecnológicamente. La medida generará decrecimiento, y afectará los bolsillos de los ciudadanos.
China va adelante en relación con Estados Unidos, veamos:
Las cifras de 2017 revelan que China exportó a Estados Unidos 430 mil millones de dólares e importó de ellos sólo 154 mil millones.
En 2017 las exportaciones de China fueron de 2,26 billones de dólares y las importaciones de 1,84 billones.
En ese mismo período, Estados Unidos tuvo una balanza negativa pues exportó por 1,5 billones de dólares e importó por 2,4 billones, siendo México y Canadá los principales clientes.
En el medio de la tormenta están los cazadores de oportunidades y se beneficiarían países como Brasil, Canadá, México, Vietnam, India, Indonesia, Tailandia y Malasia, quienes terminarían con un pedazo del pastel, lo cual no está para nada mal.
El quid del problema es el bendito “5G”, un negocio billonario: una carrera tecnológica que, por lo que se ve, ganaron los chinos y por eso se dan las sanciones a Huawei. El 5G concentra la tecnología de avanzada que marcará un nuevo escalón en la hegemonía de la seguridad y los avances en todas las áreas. Dícese que esto es un peligro de estado para EE.UU. y por eso este show. Europa hará caso omiso al tema y seguirán adelante con los chinos.
China sufrirá, pero logrará un sistema operativo que reemplazará a Android y terminará con el monopolio de Google.
Mientras Trump insiste en construir el muro con México y no termina de resolver los problemas de Venezuela, los chinos no descansarán y se convertirán en los amos del mundo. El verdadero problema con China ahora es simplemente el “punto G”.