Más de kilómetro y medio de escaleras en un laberinto que asciende hasta 46 metros. The Vessel se ha convertido en un nuevo icono arquitéctonico de la ciudad de Nueva York.

(CNN Español) – No tiene nombre y no va a ninguna parte, pero también se podría decir que te acerca al cielo y se llama The Vessel.

Nueva York ha adoptado esta nueva estructura como un nuevo icono de los muchos que ya tiene desperdigados por toda la ciudad. Una estructura a la que se le busca todavía nombre oficial.

Con forma de barco, depende desde donde se mire, o de colmena, depende de la concepción de cada uno, es en realidad una escalera de 1.600 metros a ningún lugar. Son 2.500 escalones, 80 rellanos, 154 tramos de escaleras que se conectan entre sí para llegar a lo alto, a 46 metros, y entrar al vacío.

Sin embargo, las vistas son espectaculares. Desde allí, se puede apreciar la impresionante metamorfosis que está sufriendo el lado oeste de Manhattan, o más bien la mitad sur de la ciudad que es el corazón del mundo.

La estructura de ocho pisos fue creada en 2016 en Monfalcone, Italia. Sus gigantescos módulos desmontados fueron transportados a Manhattan en un viaje marítimo de 15 días.

La escalera se ensambló en lo que es ahora un complejo urbanístico conocido como Hudson Yards. Lo que se ve hoy es una estructura de acero con un revestimiento también de acero, pero cobrizo. Esta cubierta, que actúa como un espejo, ha sido doblado en ángulos cóncavos o convexos, para crear nuevos reflejos que devuelven unas figuras deformadas de edificios y seres humanos.

La obra es un juego arquitectónico y visual, diseñado por el estudio del británico Thomas Heatherwick, cuyo costo podría rondar entre los 150 y los 200 millones de dólares. El laberinto de escaleras está basado en milenarias construcciones de la antigua India.

Hudson Yards es una enorme operación inmobiliaria valorada en 25.000 millones de dólares, la más grande y costosa de Estados Unidos hasta la fecha.

Es una miniciudad dentro de la gran metrópolis, con 16 rascacielos y edificios bajos con oficinas, apartamentos de lujo, restaurantes, galerías de tiendas, jardines, plazas públicas… y la vasija, todo en un terrero de 11 hectáreas entre los barrios más conocidos y envidiados como Chelsea, al sur, y Hell’s Kitchen, al norte. Sólo en la plaza pública, que recibe al visitante cuando sube las escaleras de la estación del metro, hay más de 200 árboles y 28.000 plantas diferentes.

Hudson Yards, o los astilleros del Hudson, es el nuevo barrio de moda donde sus inversores preveen que, una vez completado, vivirán 125.000 personas, además de los visitantes que vayan a pasear, comprar o comer.

Muy cerca de la escalera a ningún lugar está el nuevo Mercado Little Spain, con 3.200 metros cuadrados de restaurantes, bares y kioskos de cocina y tapas españolas bajo la dirección del chef ibérico José Andrés, toda una celebridad no solo por sus restaurantes sino por su activismo social.

Los promotores urbanísticos, dos compañias llamadas Related Companies y Oxford Properties Group, aseguran que su megainversión contribuirá al producto interior bruto de la ciudad de Nueva York con 19.000 millones de dólares anuales.

La estructura está empequeñecida si se contempla desde el High Line, el paseo elevado sobre un ramal ferroviario ya abandonado, que se extiende desde poco más abajo de la calle 12 hasta la 34.

Desde ese paseo, y a los pies de la estructura, se ven todavía las vías, casi 30, que alojan los vagones de la línea 7 del metro que llega hasta el barrio de Queens.

Son vías, venas de acero por donde discurren los urbanitas neoyorquinos y que alimentan esa escalera a ninguna parte, una escalera que crece y crece para intentar tocar el cielo de Manhattan.