28 June 2019, Berlin: The former Tempelhof Airport at Tempelhofer Feld seems to be deserted. Photo: Paul Zinken/dpa

(CNN) – El antiguo aeropuerto berlinés de Tempelhof ha sido testigo de algunos eventos importantes en su época: fue un campo de aviación nazi durante la Segunda Guerra Mundial, fue el sitio del puente aéreo de Berlín durante la Guerra Fría, y más recientemente un refugio de emergencia para los refugiados que huyen de Siria.

En 2008, fue retirado del servicio y transformado en un parque gigantesco, y ahora se puede ver a los berlineses patinar por sus antiguas pistas en las noches de verano.

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Pero el aeródromo pronto puede asumir un papel menos íntegro, si un político local se sale con la suya.

El alcalde del céntrico distrito berlinés de Mitte propuso instalar “Verichtungsboxen”, cabinas donde las prostitutas puedan encontrarse con clientes, en el aeropuerto, en un intento por mejorar la seguridad de las trabajadoras sexuales de la ciudad. Estos incluyen cabinas de ‘drive-through’ (servicio al auto), donde los clientes pueden conocer a las trabajadoras sexuales sin bajarse de sus vehículos.

Stephan von Dassel, el alcalde que representa al Partido Verde, está intentando combatir la prostitución en Kurfürstenstrasse, una calle de lujo en Mitte con una historia de trabajadoras sexuales.

“Los residentes y las empresas han estado pidiendo una prohibición de la prostitución callejera durante muchos años”, escribió en un comunicado. Sin embargo, señala que el Senado de Berlín se ha negado a implementar restricciones regulatorias “porque teme un deterioro de la situación general”.

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Ahora está proponiendo una restricción a la prostitución callejera en el distrito, en lugar de ofrecer puestos de trabajadoras sexuales en áreas controladas en un intento, dice, de mejorar la vida de “residentes y trabajadoras sexuales” por igual.

Dassel, quien ha pasado dos años investigando el tema en Kurfürstenstrasse, advierte que la prostitución callejera no regulada está llevando a los hombres a “buscar servicios sexuales a un precio tan bajo” que las prostitutas tienen que participar en servicios sexuales como un “negocio a granel para para ganar un ingreso básico “.

Él dice que solo una minoría de las trabajadoras sexuales en la calle están recibiendo consejos de salud y han sido registradas como trabajadoras sexuales; la cantidad de lugares donde las trabajadoras sexuales pueden participar en actos sexuales en privado está disminuyendo; y la visibilidad de los proxenetas está teniendo un “impacto negativo en la seguridad de los residentes”, dice.

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Mientras que algunos políticos en Berlín han propuesto instalar las cabinas debajo de un puente ferroviario de U-Bahn cerca de Kurfürstenstrasse, Dassel quiere ponerlas más lejos, por ejemplo, en el Zentraler Festplatz, un recinto ferial al aire libre en el distrito de Wedding, o en el antiguo aeropuerto de Tempelhof en Kreuzberg.

Sarah Tiba, una residente de Berlín que vive en el centro de Mitte, dijo a CNN que la prostitución “siempre se ha integrado en la vida de Berlín”.

Agregó que si bien las trabajadoras sexuales siempre han sido visibles cerca de su departamento, entre Oranienburger Strasse y Hackescher Markt, su visibilidad parece haber disminuido en los últimos meses, y expresó su preocupación por la propuesta de trasladarlas a áreas controladas lejos del centro.

“Parecía controlado aquí”, dijo. “Siento que lo está trasladando a un lugar donde es menos inconveniente para la gente rica. Me sentí feliz cuando estuvieron bien en una esquina, en lugar de alejarlas de la vista. Los hombres que fueron con ellas fueron muy visibles, así que se sintió como un poco de control. Pero si se mueve fuera de la vista, podría ser menos seguro”.

Las cabinas de sexo aparecieron por primera vez en la ciudad de Utrecht en los Países Bajos a mediados de la década de 1980, y el concepto se extendió posteriormente a múltiples ciudades europeas.

Fue adoptado por la ciudad de Colonia, en el oeste de Alemania, en 2001, donde la instalación cuenta con una entrada cerrada, cámaras de seguridad y botones de alarma en cada cabina. El modelo también se ha introducido en Essen, Bonn y Zúrich.

Dassel argumenta que la situación actual de las trabajadoras sexuales en Kurfürstenstrasse es “inhumana”, y al negarse a actuar, el estado de Berlín está tolerando la “prostitución forzada, la violencia contra las mujeres y la drogadicción”.

En particular, señala los informes del servicio de ambulancias Charité de la ciudad, que dice que las trabajadoras sexuales están expuestas a la violencia diaria y significativa de los proxenetas, mientras que solo un porcentaje muy pequeño de ellas denuncian abusos.

Dassel dice que las cabinas sexuales reguladas podrían mejorar la seguridad y las condiciones de trabajo para las trabajadoras sexuales, al tiempo que reducen el “impacto negativo de la prostitución en el entorno residencial”.