Nota del editor: La Dra. Edith Bracho-Sánchez es pediatra y becaria en el programa de comunicación y salud global de la Universidad de Stanford y CNN. Actualmente está basada en Colombia.
(CNN Español) – Después de meses de evaluación, el presidente de Colombia Iván Duque firmó la semana pasada un decreto que permitiría a los niños de padres venezolanos nacidos en el país adquirir la nacionalidad colombiana. Aunque la aprobación de la ley era esperada con ansias por los que apoyan a los migrantes y refugiados venezolanos en Colombia y es un paso importante para garantizar los derechos de los niños, los retos para estos continuarían en el país, según explican los expertos.
Son más de 24.000 niños nacidos en territorio colombiano quienes hasta ahora no han gozado de nacionalidad alguna. No son ciudadanos venezolanos porque eso requeriría volver a ese país para ser registrados, pero hasta ahora tampoco habían sido colombianos porque Colombia es de los pocos países en Latinoamérica que no otorga nacionalidad automática a los niños nacidos en su territorio.
La nueva ley otorgaría la nacionalidad a aquellos niños nacidos en Colombia de padres venezolanos entre el 19 de agosto de 2015 y dos años después de aprobada la ley.
Enyerli Cordero es una de estas madres venezolanas que ha tratado en los últimos meses de acceder a derechos y darle una identidad a su hija nacida en Colombia.
Cordero salió de Venezuela a los 16 años. Junto a su novio, cruzó la frontera y llegó a la ciudad de Cúcuta, en Colombia, donde se ha dedicado a vender caramelos en un puesto improvisado mientras su novio trabaja cuidando carros. A los 17 años, Cordero dio a luz a la primera hija de la pareja, una bebé hermosa de ahora dos meses de edad.
Al nacer, Franyerlis Nava, como nombró Cordero a la bebé, recibió un certificado de “nacido vivo,” el cual estipula que en efecto Cordero dio a luz a una niña en Cúcuta. El siguiente paso para darle formalmente un nombre, apellido y así una identidad a la niña es obtener el registro civil, el cual había sido emitido por las autoridades con una anotación que explicaba no era válido para obtener la ciudadanía.
Cordero lo ha intentado cuatro veces, la primera en un puesto de la Registraduría dentro del hospital donde dio a luz, pero se había caído el sistema. La segunda vez la persona encargada estaba de vacaciones. La tercera y cuarta, Cordero llegó cuando ya el número limitado de citas dadas a venezolanos habían sido repartidas, según explicó la madre. Esto sin contar las veces que quiso ir, pero no tenía los medios para pagar el pasaje.
Al mismo tiempo que Enyerli intenta registrar a su hija, también ha intentado vacunarla. Las vacunas son en teoría suministradas a todos los niños por el Gobierno colombiano, sin importar nacionalidad. Pero según cuenta Cordero ha ido a tres puestos de salud y no ha logrado vacunar a Franyerlis. En el primero le dijeron que no atendían a venezolanos. En el segundo se les habían agotado las vacunas, y al tercero llegó cuando ya habían repartido todas las citas, explicó Cordero. CNN no pudo verificar independientemente las alegaciones de la madre.
Definir la ruta concreta para acceder a la nacionalidad y a los derechos y protecciones que vienen con esta eliminaría algunas de las barreras que enfrentan las madres como Cordero. Es por esto que la nueva ley ha sido bien recibida en Colombia por las organizaciones que apoyan a los venezolanos.
“Como organización nos interesa que las protecciones internacionales sean otorgadas a todos los migrantes y refugiados donde quiera que se encuentren porque son personas que necesitan protección”, dijo Marianne Menjivar, directora del Comité Internacional de Rescate en Colombia, la organización que actualmente ayuda a Cordero a navegar el complicado proceso de conseguir una identidad para su hija. “Así que aplaudimos que el gobierno colombiano esté trabajando en esto y que se lo hayan tomado muy en serio,” añadió.
“Aplaudimos mucho esta decisión y felicitamos al Gobierno,” dijo Jozef Merkx, representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, o ACNUR, en Colombia.
Pero aunque la apatridia es un riesgo muy importante para el creciente número de niños nacidos en Colombia de padres venezolanos, no es el único, añadió Merkx.
Muchos desafíos
“En Colombia tenemos 1,4 millones de venezolanos, entonces hay muchos retos. No es (la apatridia) el único reto de los niños,” dijo Merkx.
Otros de los riesgos actuales para estos niños incluyen el estar bajo el cuidado de amigos o familiares que no son sus padres, o incluso estar solos en el país sin la supervisión de un adulto; el ser víctimas de abuso y explotación de distintos tipos y el no poder ir a la escuela, según explicó Merkx.
“Muchos niños tienen que ir a la escuela y pueden ir a la escuela porque Colombia ha abierto las escuelas para los niños venezolanos,” dijo Merkx. “Sin embargo en muchas escuelas no hay suficientes recursos, no hay suficientes profesores, no hay suficientes aulas, o alimentos para el programa de alimentos escolares para integrar a los niños venezolanos”
La documentación representa también un reto importante, ya que muchos de estos niños salieron de Venezuela sin documentos y están con sus familias en Colombia en condición irregular, explicó Merkx.
Le nueva ley no aplica a estos niños ya que nacieron en Venezuela y son ciudadanos de ese país, aunque no siempre tengan los documentos de identidad para demostrarlo.
Otros son apátridas, pero por circunstancias distintas a las que han enfrentado los bebés nacidos en Colombia como Franyerlis a los que la nueva ley si aplica.
Tal es el caso de las hermanas Luisa y Ailin Gutiérrez Palacios, quienes a sus 8 y 10 años no tienen nacionalidad alguna. Nacieron en Venezuela pero su madre nunca las presentó. Eran las épocas en las que Chávez se refería a los niños nacidos en Venezuela como niños de la patria y por miedo a que un día se las arrebataran, Yelitza Palacios prefirió mantenerlas en el anonimato.
Luisa y Ailin nunca han estudiado. No han tenido un médico que supervise su salud, su desarrollo o su crecimiento. La nueva ley no incluye a niños como ellas, para quienes la única forma de tener una identidad y una patria es volver a Venezuela.
“Saben leer porque las hemos enseñado, pero igual cualquier persona las puede hasta engañar porque es que no saben mucho,” afirmó Palacios.
Las hermanas también han recibido acompañamiento del Comité Internacional de Rescate y Palacios es ciudadana retornada xolombiana, pero aún así las niñas no han logrado acceder a derechos básicos en Colombia.
Los procesos son complicados y la información no es fácil de encontrar, entender, y navegar, explicó Menjivar. Colombia hasta ahora no ha sido un país que reciba migración en masa y sus sistemas no han sido establecidos para ello, añadió.
Menjivar además explica que ha habido lapsos en la implementación de distintos mandatos legales cuando se trata de brindarles servicios a la población migrante en Colombia, no porque no haya la disposición, sino porque los cambios en las leyes no siempre vienen acompañados de los recursos para implementarlos.
La atención a la situación migratoria de venezolanos le cuesta potencialmente a Colombia 0,5% del PIB anual. “Como no tenemos todos esos recursos hemos tenido que acudir a la comunidad internacional para solicitar ayudar”, explicó el Gobierno en un comunicado.
Con una crisis venezolana que se extiende, cada vez son más familias las que intentan navegar el complicado sistema para acceder a servicios básicos en Colombia y más los niños en condiciones de alto riesgo, incluyendo el de no tener una patria.