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Nota del editor: El cantante de folk Richie Havens, fallecido en 2013 a los 72 años, fue el que abrió Woodstock de 1969, el histórico festival musical, y lo catapultó a la fama, asegurándole un lugar como icono de la generación baby boom. Havens realizaría giras durante los siguientes 40 años y lanzaría más de 20 álbumes. En 2009, en el aniversario número 40 del festival Woodstock, Havens escribió esta reflexión para CNN.com.

(CNN) – Este verano, hace cuarenta años, terminé abriendo el festival Woodstock porque los cuatro grupos programados antes que yo se encontraban atascados en el tráfico, retrasados ​​para llegar al lugar del concierto en Bethel, Nueva York.

Mi banda había llegado desde Manhattan en las primeras horas de la mañana, y teníamos la menor cantidad de equipo para instalarnos, así que después de una convincente persuasión por parte de los promotores, acepté hacerlo.

El show tardó en comenzar. Los promotores sentían la presión para comenzar la música. Tocamos durante casi tres horas mientras ellos seguían montando el escenario a mi alrededor. Canté cada canción que conocía y cuando me pidieron que regresara una última vez, improvisé “Freedom”.

Cuando me ves en la película afinando y rasgueando mi guitarra, en realidad estaba tratando de pensar qué más podía tocar. Miré todas esas caras frente a mí y la palabra “libertad” vino a mi mente.

Uno de mis recuerdos más intensos de ese día es volar en helicóptero sobre esa enorme y espectacular multitud que ya se había extendido por las colinas, bastante lejos del escenario. Mirando hacia abajo, mi único pensamiento fue: “Esto es increíble… Realmente estamos aquí y ya no nos pueden ocultar más”.

Me han preguntado durante todo el verano si creo que Woodstock sigue siendo significativo y si creo que es posible que ocurra otro Woodstock. Bueno, ciertamente, grandes festivales de tres días consecutivos están teniendo lugar en todas partes: Coachella y Bonnaroo en EE.UU., los de la Isla de Wight y Glastonbury en el exterior, pero la realidad que hizo que Woodstock se convirtiera en un evento tan histórico ha cambiado definitivamente.

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Woodstock ocurrió en agosto de 1969, mucho antes de que el internet y los teléfonos celulares permitieran comunicarse instantáneamente con cualquier persona, en cualquier lugar. Un momento en el que no podíamos presenciar en vivo eventos mundiales o los horrores de la guerra en canales de noticias las 24 horas.

La cobertura de noticias era filtrada y selectiva, y nos sentíamos manipulados y silenciados por la falta de información. Mucho pasaba a nuestro alrededor, y no sentíamos que nos estuvieran diciendo la verdad.

Con todo lo que estaba sucediendo a finales de los sesenta –la guerra de Vietnam, los problemas de derechos humanos y civiles, el asesinato de Martin Luther King Jr.–, nos reunimos y confiamos en que íbamos a ser más si actuábamos juntos. Nos unimos como comunidad para ser escuchados y reconocidos.

Aunque el festival con frecuencia es retratado como disparatado, desenfrenado, con hippies que bailan en el barro empapados por la lluvia torrencial, Woodstock fue obviamente mucho más que eso, o no estaríamos hablando de él en 2009. Personas de todas las edades y colores se reunieron en los campos de la granja de Max Yasgur.

Algunos viajaron durante días o semanas para llegar allí. El mundo cambiaba rápidamente, y ninguno de nosotros estaba dispuesto a sentarse y verlo pasar. ¡Necesitábamos sentirnos parte del cambio y esa unión espontánea se sintió como la reunión familiar más grande del mundo!

Cuando Wavy Gravy dijo: “Lo que tenemos en mente es desayuno en la cama para 400.000”, eso es lo que sentimos: cientos de miles de amigos y seres queridos que se cuidan unos a otros. Woodstock fue tanto una protesta pacífica como una celebración mundial.