Nueva York (CNN Business) – El sindicato United Auto Workers (Trabajadores Automovilísticos Unidos, UAW, por sus siglas en inglés) se declaró en huelga contra General Motors el domingo por la noche, el primer paro laboral en la industria automotriz estadounidense en 12 años.
Los casi 50.000 trabajadores temporales y de tiempo completo del sindicato abandonaron 31 fábricas de General Motors y otras 21 instalaciones, repartidas en nueve estados, principalmente en el centro del país. Es la huelga más grande de cualquier sindicato contra cualquier empresa desde la última huelga en General Motors en 2007.
La huelga comenzó a las 11:59 pm del domingo por la noche. Las dos partes no se reunieron formalmente el domingo después de que el sindicato declaró su intención de huelga en una conferencia de prensa por la mañana, aunque el portavoz del sindicato Brian Rothenberg dijo que el diálogo entre las dos partes estaba en curso. Una nueva reunión de las dos partes está programada para las 10 am del lunes.
El sindicato dijo que General Motors estaba poniendo las ganancias por encima de los empleados que ayudaron a salvar la empresa cuando se declaró en bancarrota y necesitó un rescate federal hace una década.
El sindicato busca salarios por hora más altos, pagos de sumas fijas y un mejor plan de beneficios. También quiere que General Motors acepte limitar el uso de trabajadores temporales y darles un camino más claro hacia el empleo permanente. Además, UAW dice que las dos partes están muy separadas en otros temas, incluidos los beneficios de atención médica y la seguridad laboral.
General Motors dijo que hizo una oferta sustancial, que incluía salarios más altos y participación en las ganancias, junto con inversiones para generar nuevos empleos. Dijo que ofreció comprometerse a invertir 7.000 millones de dólares en los próximos años para preservar 5.400 empleos. También prometió una “solución” para dos de las cuatro plantas actualmente programadas para el cierre: una en Detroit y otra en Lordstown, Ohio.
La compañía no dijo cuál sería la solución. Pero una persona familiarizada con la oferta de General Motors dijo que incluía la promesa de construir un nuevo camión eléctrico en Detroit Hamtramck, y construir nuevas baterías para vehículos eléctricos en Lordstown. Ese trabajo no comenzaría de inmediato, por lo que las plantas probablemente permanecerían oscuras por algún tiempo. El trabajo comenzará en algún momento en los próximos cuatro años si se acepta la oferta.
Una fuente cercana a UAW con conocimiento directo de las negociaciones dijo que la mayoría de las propuestas que la compañía divulgó públicamente el domingo llegaron muy tarde con relación a las negociaciones del sábado.
General Motors anunció planes en noviembre de 2018 para cerrar las plantas de ensamblaje de Detroit y Lordstown, junto con las plantas de transmisión en Baltimore y Warren, Michigan.
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UAW ha dejado claro que mantener las plantas abiertas es una demanda de negociación clave. El sábado por la noche dijo que si bien hubo progreso en las conversaciones, todavía había “diferencias significativas entre las partes en cuanto a salarios, beneficios de atención médica, empleados temporales, seguridad laboral y participación en las ganancias”.
General Motors dice que su empleado promedio por hora gana alrededor de 90.000 dólares por año, sin incluir los beneficios. Pero el número de trabajadores por hora en General Motors ha disminuido drásticamente en las últimas décadas, debido a una combinación de automatización, pérdida de participación en el mercado y subcontratación. Pero General Motors todavía fabrica la abrumadora mayoría de los automóviles que vende en el mercado estadounidense en Norteamérica. Y tiene muchas más fábricas en Estados Unidos que en México o Canadá.
El sindicato había extendido anteriormente los contratos a otros dos fabricantes de automóviles estadounidenses con contratos UAW, Ford y Fiat Chrysler. Cualquier acuerdo que alcance con General Motors establecerá un patrón para las conversaciones con las otras dos compañías.
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Los tres fabricantes de automóviles están lidiando con ventas más lentas y la necesidad de realizar inversiones multimillonarias en el desarrollo de vehículos eléctricos y autónomos que tengan un potencial a más largo plazo que la demanda actual del mercado.
Fue por la necesidad de ahorrar dinero para esos esfuerzos que General Motors detuvo las operaciones en tres plantas de Estados Unidos, incluida la línea de ensamblaje en Lordstown, y anunció planes para cerrar la planta de Hamtramck, su última fábrica de Detroit, a principios del próximo año.
Pero las negociaciones se producen cuando el sindicato se ve afectado por un escándalo que involucran la apropiación indebida de fondos sindicales y, en algunos casos, funcionarios sindicales que aceptan sobornos de funcionarios de Fiat Chrysler. Nueve personas asociadas con el sindicato o con Fiat Chrysler ya se han declarado culpables de cargos federales.
La semana pasada, Detroit News informó que el presidente del sindicato, Gary Jones, era el funcionario del sindicato identificado en la acusación más reciente como “Funcionario A de UAW”. El sindicato no ha respondido a una solicitud de comentarios sobre ese informe.
Los expertos dicen que el escándalo hará que sea más difícil lograr que los miembros del sindicato se organicen y presenten a los fabricantes de automóviles para ratificar cualquier acuerdo tentativo alcanzado por los líderes sindicales. Hace cuatro años, todos los acuerdos pasaron solo por márgenes estrechos, aunque no hubo escándalo en ese momento.
La última huelga hace 12 años duró solo tres días, pero algunas huelgas contra General Motors en el pasado se han prolongado durante meses. Para muchos de los empleados contratados desde 2007, este es su primer paro laboral.
Scott McLean de CNN contribuyó a este informe.