(CNN) — Investigadores han hallado nueva evidencia de que la contaminación del aire puede atravesar la placenta de una madre y llegar potencialmente al feto en el útero, lo que aumenta la posibilidad de futuros problemas de salud.
Los investigadores descubrieron que cuando las mujeres embarazadas respiran la contaminación de carbono negro, creada por la combustión de combustibles fósiles, como en automóviles a diesel o la quema de carbón, las partículas dañinas pueden pasar de los pulmones a la placenta y pueden llegar a los fetos directamente.
El aire sucio se ha relacionado previamente con el aumento de abortos espontáneos, nacimientos prematuros y bajo peso al nacer entre los bebés, como resultado de los efectos de la contaminación en la madre.
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Sin embargo, anteriormente se pensaba que la placenta —un órgano que se adhiere al útero durante el embarazo, permitiendo que el oxígeno y los nutrientes pasen del suministro de sangre de la madre al feto a través del cordón umbilical— era una “barrera impenetrable”.
Un estudio el año pasado fue el primero en sugerir que este no era el caso, después de que se encontraron contaminantes en las placentas de cinco mujeres embarazadas en Reino Unido.
Una nueva investigación realizada por científicos de la Universidad Hasselt y publicada el martes en la revista Nature Communications examinó a 25 mujeres no fumadoras que estaban dando a luz en la ciudad belga de Hasselt. Inmediatamente después del nacimiento, los investigadores recolectaron las placentas de las mujeres para estudiar el lado que da hacia el feto, y encontraron que se había acumulado carbono negro.
Cuando las mujeres estuvieron expuestas a más carbono negro durante el embarazo, se encontró más carbono negro en la placenta.
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Las partículas de carbono negro provienen de una variedad de fuentes, así como de automóviles y plantas de energía: biomasa y estufas de carbón en los hogares, lámparas de queroseno y quema de tierras agrícolas para la agricultura.
El estudio advierte que se necesita más investigación para mostrar si una vez dentro de la placenta, las partículas pueden viajar directamente al feto, pero los resultados demuestran que las placentas de hecho permiten que pasen partículas como el carbono negro, proporcionando “evidencia convincente” para esta teoría .
Es el último paso en la investigación sobre el vínculo entre la contaminación y el nacimiento: un informe de 2017 también encontró que los gases de escape y el hollín del tráfico en Londres podrían estar causando bajo peso al nacer en los bebés. El estudio de 2018, también realizado en Londres, encontró resultados similares al estudio de Hasselt, pero la composición de las partículas no se había identificado, y los investigadores solo pudieron especular que las partículas de contaminación eran carbono.