(Expansión) – El Príncipe de la canción, José José, falleció este sábado a los 71 años.
La vida de José José estuvo repleta de claroscuros incluso antes de su enfermedad y los más de 250 millones de álbumes vendidos alrededor del mundo fueron producto de un largo camino.
Aunque el 15 de marzo de 1970 el público del Teatro Ferrocarrilero dio una larga ovación de pie a lo que llamaron una “extraordinaria interpretación”, el jurado no le favoreció con el triunfo, pero su destino ya estaba escrito. Gracias a El triste nació el mote de El príncipe de la canción y recorrería el mundo con su voz.
El tema compuesto por Roberto Cantoral obtuvo el tercer lugar en el II Festival de la Canción Latina y se convirtió en éxito internacional al editarse en países como Estados Unidos, Rusia, Japón, Israel y América Latina.
José José vendió más de 250 millones de discos, con lo que se convirtió en uno de los latinoamericanos más exitosos de la historia. Su música llegó a países no hispanos como Arabia Saudita, Japón, Israel, Egipto y Rusia.
Recibió nueve nominaciones al premio Grammy y reconocimientos a nivel mundial. Escenarios como el Madison Square Garden, Radio City Music Hall, Las Dunas y el Auditorio Nacional registraron localidades agotadas cada vez que se presentaba en concierto.
Con el tipo de voz barítono, su carrera la inició tocando la guitarra y cantando en serenatas durante la adolescencia. Más tarde se unió a un trío de jazz y bossa nova en el que cantaba y tocaba el bajo y contrabajo, de acuerdo con su sitio oficial en Facebook.
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Hablar de sus inicios es remontarse a los años sesentas cuando en la radio se escuchaba el rock de Elvis Presley y la música de The Beatles, de Los Teen Tops o Los Back Jeans, pero José José no adoptó esos ritmos y prefirió las baladas románticas.
En diciembre de 1969 encontró la canción perfecta para despegar. Se trató de La nave del olvido, del compositor Dino Ramos. A los pocos días de darse a conocer el tema se convirtió en suceso en la radio y desde entonces comenzó a saborear las mieles del éxito.
En lo que refiere a su carrera como actor el artista participó en las películas Buscando una sonrisa (1971), Sueño de amor, La carrera del millón (1973), Gavilán o paloma (1985). Éste último fue un filme de corte autobiográfico en el que plasmó sus triunfos y descalabros.
Tres años más tarde intervino en Sabor a mí, dirigida por René Cardona Jr.y en 1995 actuó en Perdóname todo, al lado de Alejandra Ávalos.