(CNN) – Cuando un hombre en Carolina del Norte fue detenido bajo sospecha de conducir ebrio, la policía no le creyó cuando dijo que no había consumido alcohol.
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El hombre, de 40 años en ese momento, se negó a hacerse una prueba de alcoholemia y fue llevado a un hospital, donde se encontró que su nivel inicial de alcohol en la sangre era de 0,2%, aproximadamente 2,5 veces el límite legal y el equivalente a consumir diez copas en una hora. A pesar del hombre que juraba de arriba abajo que no había bebido nada, los médicos tampoco le creyeron.
Pero los investigadores del Centro Médico de la Universidad de Richmond, en Nueva York, finalmente descubrieron que el hombre estaba diciendo la verdad. No estaba bebiendo cervezas o cócteles; en cambio, había levadura en su intestino que probablemente estaba convirtiendo en alcohol los carbohidratos de los alimentos que comía.
En otras palabras, su cuerpo estaba preparando cerveza.
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Los hallazgos se informaron en un estudio en BMJ Open Gastroenterology. El hombre, cuya identidad no ha sido revelada, tenía una condición médica rara vez diagnosticada llamada síndrome de auto-cervecería (ABS), también conocido como síndrome de fermentación intestinal.
El síndrome de fermentación intestinal ocurre cuando la levadura en el tracto gastrointestinal hace que el cuerpo convierta en alcohol los carbohidratos ingeridos a través de los alimentos. El proceso generalmente tiene lugar en el tracto gastrointestinal superior, que incluye el estómago y la primera parte del intestino delgado.
“Estos pacientes tienen exactamente las mismas implicaciones del alcoholismo: el olor, el aliento, la somnolencia, los cambios de la marcha”, dijo a CNN Fahad Malik, autor principal del estudio y jefe de residentes de medicina interna de la Universidad de Alabama en Birmingham. “Se presentarán como alguien intoxicado por el alcohol, pero la única diferencia aquí es que estos pacientes pueden ser tratados con medicamentos antimicóticos”.
Los investigadores lo trataron con medicamentos antimicóticos
Las cosas no fueron iguales para el hombre después de completar un ciclo de antibióticos para tratar una lesión en el pulgar. Su personalidad comenzó a cambiar, escribieron los investigadores en el estudio, y experimentó episodios de depresión, “niebla cerebral”, pérdida de memoria y comportamiento agresivo que estaba fuera de lugar para él.
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Tres años después, después de su presunto arresto por conducir ebrio, la tía del hombre compró un alcoholímetro para registrar sus niveles de alcohol. Había oído hablar de un caso similar que había sido tratado con éxito por un médico en Ohio y convenció a su sobrino de que buscara tratamiento allí también.
Sus pruebas de laboratorio básicas resultaron normales. Pero los médicos encontraron dos cepas de levadura en sus heces: Saccharomyces cerevisiae, una levadura que se usa comúnmente en la elaboración de cerveza, vinificación y horneado, así como otro hongo.
El hombre fue tratado con éxito en la clínica de Ohio y le dijeron que siguiera una estricta dieta libre de carbohidratos junto con algunos suplementos especiales. Pero después de algunas semanas, sus síntomas comenzaron a reaparecer. Esta vez, ningún tratamiento pareció funcionar a pesar de las visitas a numerosos profesionales médicos.
En un momento, el hombre se embriagó tanto que se cayó y experimentó sangrado en su cerebro. Los investigadores dijeron que lo llevaron a un centro de neurocirugía donde se recuperó espontáneamente en 10 días.
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“En esta institución, sus niveles de alcohol en la sangre oscilaron entre 50 y 400 mg / dL”, escribieron los investigadores. “Aquí también, el personal médico se negó a creer que no bebía alcohol a pesar de sus persistentes negaciones”.
Finalmente, el hombre buscó ayuda de un grupo de apoyo en línea y se puso en contacto con los investigadores del Centro Médico de la Universidad de Richmond, quienes dijeron en el estudio que creían que los antibióticos que tomó hace años alteraron su microbioma intestinal y permitieron el crecimiento de hongos en su tracto gastrointestinal
Luego, los investigadores utilizaron terapias antimicóticas y probióticos para ayudar a normalizar las bacterias en su intestino, un tratamiento que ha continuado. Y aparte de una recaída que ocurrió después de consumir pizza y refrescos sin decirle a los investigadores, parece estar funcionando.
Y puede comer pizza otra vez.
“Aproximadamente 1,5 años después, permanece asintomático y ha retomado su estilo de vida anterior, incluida una dieta normal, mientras sigue comprobando esporádicamente sus niveles de alcohol en el aliento”, escribieron los autores en el estudio.
La condición rara vez se diagnostica
Solo ha habido unos pocos estudios que documentan casos de síndrome de fermentación intestinal y la condición rara vez se diagnostica, dijo Malik. En el pasado, incluso ha sido considerado como un mito.
El síndrome de fermentación intestinal se describió en 1912 como “fermentación de carbohidratos por gérmenes”, y se estudió en las décadas de 1930 y 1940 como un factor que contribuye a las deficiencias de vitaminas y al síndrome del intestino irritable. Un grupo de 20 a 30 casos apareció en Japón en la década de 1970 y los primeros casos en EE. UU. se informaron unos 10 años después.
Ha habido un puñado de casos reportados en los últimos años. Un estudio de 2013 describió un caso de un hombre de 61 años que durante años parecía estar borracho todo el tiempo antes de que le diagnosticaran el síndrome de fermentación intestinal. En 2015, una mujer en el norte del estado de Nueva York tuvo un DUI desestimado después de presentar pruebas de que tenía la condición.
Los autores del estudio del Centro Médico de la Universidad de Richmond recomiendan que los médicos investiguen la afección, especialmente cuando un paciente muestra niveles elevados de alcohol en la sangre a pesar de negar que haya consumido alcohol.
Los primeros signos del síndrome de fermentación intestinal pueden incluir cambios de humor, delirio y niebla cerebral, escribieron los investigadores, incluso antes de que un paciente comience a mostrar síntomas de embriaguez alcohólica.
El estudio dice que se debe hacer más investigación sobre el uso de probióticos como tratamiento para la afección.
“Esta es una condición que se puede tratar con modificaciones en la dieta, terapia antimicótica apropiada y posiblemente probióticos”, escribieron los investigadores. “El uso de probióticos y trasplante de microbiota fecal podría considerarse para futuros estudios”.
Sandee LaMotte, de CNN, contribuyó a este informe.