(CNN Español) – “La Biblia vuelve a Palacio”.
Esa fue una de las primeras declaraciones de la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, tras autoproclamarse en el cargo, este martes, luego de semanas caóticas de tensión política en este país.
Con Biblia en mano, la presidenta interina inició su gobierno dando uno de los primeros cambios en la política boliviana: regresar la Biblia al Palacio de Gobierno.
Agradeciendo a los movimientos cívicos, sociales y a la ciudadanía “por haber pensado solo en Bolivia”, la gobernante levantó la Biblia y dijo que “esto es por Bolivia”.
“Bolivia es un país tremendamente religioso y muy místico y hace que predomine mucho el providencialismo, es decir, esta creencia de que para cualquier actividad es necesaria la ayuda de Dios o de las divinidades”, le dijo a CNN en Español Fernando Cajías, historiador y catedrático en Culturas Bolivianas de las universidades Mayor de San Andrés y Católica Boliviana.
Las declaraciones de Áñez son un giro de 180 grados respecto a la política de Evo Morales, que duró casi 14 años en el poder.
Desde la llegada al poder de Morales, en 2006, tanto el mandatario como otros funcionarios públicos dejaron de jurar sobre la Biblia. Tanto el mandatario como algunos de sus funcionarios fueron posesionados con la mano izquierda arriba, en señal del socialismo.
Antes de 2009, la Constitución política de Bolivia decía que “el Estado reconoce y sostiene la religión católica, apostólica y romana”, aunque reconocía “el ejercicio público de todo otro culto”, pero el Estado era primordialmente católico. Con la Constitución de 2009, Bolivia pasó a ser un Estado laico, “independiente de la religión”.
Un país muy católico
No solo Áñez, también el líder opositor Luis Fernando Camacho usó la Biblia en este momento crítico para Bolivia.
Para entender por qué es necesario entender el contexto religioso de Bolivia.
En este país, la mayoría es católica romana (76,8%), una minoría es evangélica y pentecostal (7,1 %) y protestante (1,7%), de acuerdo a datos de 2012.
Según Cajías, en el país hay cuatro cosmovisiones con las que se puede entender la espiritualidad boliviana:
Por un lado está la cosmovisión de los indígenas (que son el 20% de la población del país), que sobrevive a pesar de la evangelización. Por otro, dice el experto, están las iglesias no católicas, que entre evangélicos, pentecostales y protestantes representan un 8,8% de la población.
Luego están los católicos, que representan un 76% de la población. Entre ellos, están los “católicos mestizos” y los “católicos ortodoxos”.
Los primeros mezclan lo católico con la cosmovisión indígena. Y las tradiciones bolivianas están muy conectadas con esta corriente, señala el experto.
Hace falta ver el Festival de Oruro, declarado patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco, en el que hay una mezcla de tradiciones culturales con religiosas: “El culto al tío de la mina, que a la vez se convierte en el diablo del cristianismo”, dice Cajías. También hay culto a la Virgen del Socavón y hay un Día de la Madre Tierra o Pachamama.
Y por otro lado están los “católicos ortodoxos” que tienen “una fe muy grande tanto en Cristo como en la Virgen María”, dice el experto.
Este último es más fuerte en ciudades como Trinidad y Santa Cruz, justamente de donde son originarios la presidenta interina, Áñez, y el líder opositor Luis Fernando Camacho.
El domingo, tras la renuncia de Morales, Camacho entró al Palacio de Gobierno y puso sobre la bandera boliviana una Biblia y se arrodilló frente a estos símbolos.
“No tumbamos un gobierno”, dijo Camacho en sus redes sociales. “Liberamos a un pueblo en fe. Solo se llevó una Biblia a Palacio y una carta de renuncia”.
Según él, el gobierno de Evo Morales renunció “solo con la fe puesta en Dios”.
“Yo creo que el hecho de que tanto líder Camacho, como la actual presidenta (Áñez) hayan entrado con la Biblia es una señal de que están protegidos en un momento muy difícil por su fe y su devoción”, dijo Cajías.
¿Y Evo?
Morales impulsó durante años la libertad religiosa, tanto así que la Constitución de 2009 establece que “el Estado respeta y garantiza la libertad de religión y de creencias espirituales, de acuerdo con sus cosmovisiones”.
Al proclamar una ley de libertad religiosa, en abril de esta año, Morales dijo: “Somos católicos, algunos evangélicos, algunos metodistas, es un derecho ahora. Ahora todas las iglesias, gracias al pueblo boliviano, están reconocidas por la Constitución”.
Y además, al ser aymara, se juramentó en un ritual de tradición indígena en 2006, y, en 2016, agradeció a la Pachamama (madre Tierra) y al Tata Inti (padre Sol) sus 10 años en el Gobierno.
Evo Morales agradece a la Pachamama sus 10 años de gobierno (fotos)
Morales ha señalado que la religión “es como una reconciliación” y “bendición” para los feligreses y esta semana criticó el uso de la Biblia por parte de la oposición como herramienta política.
“La Biblia no se usa para mandar a matar a bolivianos y la Constitución Política del Estado no es para quemar instituciones. Basta de destruir Bolivia”, dijo en Twitter.
Y ha sido muy cercano al papa Francisco, de quien dijo que “respeta y admira”, en una entrevista con CNN en Español, en 2015. En ese entonces, Morales dijo que, por primera vez, sentía que tenía un papa y se reunió con el pontífice tanto en Bolivia como en el Vaticano.
Para Cajías, la entrada de la Biblia al Gobierno es “una señal de integración” pues si algo une a los bolivianos es la religión, y dice que aunque algunos estudiantes laicos cuestionen la mezcla de la política y la religión, esto no significaría una acción contra las minorías.
“La fe es algo que, pese a las diferentes versiones, nos une y hay felizmente al respecto una gran tolerancia”, puntualizó el experto.