Evelyn Yang

Esta historia contiene descripciones explícitas de presuntas agresiones sexuales.

Washington (CNN) – Evelyn Yang estaba leyendo cartas que los votantes le habían enviado a su esposo, el aspirante presidencial demócrata Andrew Yang, y de repente se detuvo en seco.

Una mujer escribió que había decidido presentar cargos de agresión sexual contra un inversor en su empresa porque había escuchado a Yang hablar en la campaña sobre cómo las mujeres empresarias no reciben suficiente apoyo.

“Eso fue suficiente para que ella tomara esa decisión que altera la vida, y eso fue muy poderoso. Recuerdo haber leído esa carta y otras y decir: ‘Te siento. Desearía poder contactarte y decirte que entiendo. Tengo mi propia historia’”, dijo Evelyn Yang a CNN.

De hecho, ella dice que su propia historia de agresión sexual fue tan secreta que nunca la compartió con la mayor parte de su familia, incluidos sus padres.

Pero Evelyn Yang dice que la respuesta abrumadora, y la gratitud de los votantes, que ella y su esposo reciben cuando hablan abiertamente sobre el autismo de su hijo Christopher la hicieron sentirse nuevamente empoderada. Entonces ella contactó a CNN para hacerlo público por primera vez.

“Algo sobre estar en el camino y conocer gente y ver la diferencia que hemos estado haciendo me ha llevado a compartir mi propia historia al respecto, sobre la agresión sexual”, dijo.

Al igual que las múltiples acusaciones de agresión sexual contra Harvey Weinstein y Jeffrey Epstein, la historia de Yang es una en la que dice que la justicia llegó tarde y en su mayoría se le negó, lo que aumenta el dolor que ella y otras víctimas experimentan incluso después de informar y compartir sus historias. Yang quiere cambiar esto.

“Todos tienen su propia historia MeToo. Es demasiado frecuente”, agregó Yang. “Pero no todos pueden contar su historia. No todos tienen la audiencia o la plataforma para contar su historia, y realmente siento que estoy en esta posición privilegiada para poder hacerlo”.

“Sabía que estaba mal. Sabía que estaba siendo atacada”

Fue a principios de 2012. Yang, embarazada de su primer hijo, había encontrado un ginecólogo obstetra que tenía una buena reputación y trabajaba en las instalaciones médicas de renombre mundial en la Universidad de Columbia. Su nombre era doctor Robert Hadden.

Inicialmente, dice, no vio ninguna señal de alerta, pero a medida que pasaron los meses, Hadden comenzó a hacerle preguntas inapropiadas y no solicitadas sobre la actividad sexual con su esposo, que no estaban relacionadas con su salud o la salud de su hijo por nacer. Mirando hacia atrás, ahora cree que él la estaba preparando el abuso sexual.

“No había absolutamente ninguna premisa para esa línea de preguntas, y parecía que solo quería escucharme hablando sobre sexo. A lo que me mantenía fiel a esto era: ‘OK, entonces mi médico es pervertido. Tengo un médico pervertido, pero me voy a centrar en tener un bebé sano’, y la idea de cambiar de médico era abrumadora para mí”.

Ir al ginecólogo es una experiencia que hace que muchas mujeres se sientan vulnerables e incómodas. Ir durante el embarazo agrega un nivel de ansiedad completamente diferente, especialmente durante un primer embarazo, cuando una mujer puede no saber qué esperar. Yang dice que Hadden se aprovechó de eso.

“Los exámenes se hicieron más largos, más frecuentes, y me enteré que eran innecesarios la mayor parte del tiempo”, recordó, pero se dijo a sí misma: “Supongo que solo necesito confiar en él”.

Yang dice que Hadden violó esa confianza de una manera impensable cuando tenía siete meses de embarazo.

“Estaba en la sala de revisión, vestida y lista para irme. Luego, en el último minuto, inventó una excusa. Dijo algo como: ‘Creo que podrías necesitar una cesárea’ y procedió a acercarme a él y a desvestirme y a examinarme internamente, sin guantes”, recordó.

“Sabía que estaba mal. Sabía que estaba siendo atacada”, agregó.

Al igual que muchos sobrevivientes de agresión sexual, Yang dijo que siempre había pensado que huiría en una situación como esa. Pero eso no fue lo que pasó.

“Me imaginaba a mí misma como alguien, como si fuera a tirarle una silla y salir corriendo gritando maldito asesino”, dijo Yang.

“Simplemente me congelé como un ciervo ante los faros de un auto, simplemente congelada. Sabía que estaba sucediendo. Pude sentirlo”, agregó. “Recuerdo haber tratado de fijar mis ojos en un lugar en la pared e intentando evitar ver su rostro mientras me estaba atacando, esperando que terminara”.

Hadden salió de la habitación sin lavarse las manos, dijo Yang. Ella se fue del consultorio y nunca regresó.

En documentos legales, el abogado de Hadden negó las acusaciones de Yang. El abogado rechazó la solicitud de CNN para una entrevista.

Yang repetidamente menciona cómo se culpó a sí misma durante mucho tiempo.

“Pensé que había hecho algo que invitó a este tipo de comportamiento”, dijo.

“Siento que soporté un comportamiento inapropiado que en ese momento no sabía que era abuso sexual/agresión sexual hasta mucho después, y lamento haber aguantado eso”, agregó.

A pesar del trauma, y al tener que buscar urgentemente un nuevo médico para que la atendiera durante el resto del embarazo, Yang no le contó a nadie lo que le había sucedido, ni siquiera a su esposo.

“No le dije a Andrew ni a mi familia porque no quería molestarlos”, dijo. Pensé: ‘Esto me pasó a mí. Puedo procesarlo. Puedo lidiar con ello. Puedo compartimentarlo’”.

También se lo ocultó a su esposo porque estaba preocupada de que pensara que había sido culpa de él, ya que no la acompañó a las citas con Hadden. En ese momento, viajaba mucho para la organización sin fines de lucro que había comenzado. Ella dice que nunca le pidió que fuera a las consultas con su médico.

“Ciertamente no quería que Andrew se culpara a sí mismo por no poder acompañarme a estas visitas al médico porque honestamente, si él hubiera estado conmigo en la habitación, si alguien hubiera estado conmigo en la habitación, obviamente esto no habría sucedido”, dijo.

“No estaba sola”

Muchos meses después, después de que su hijo Christopher había nacido, una carta llegó por correo diciéndole que Hadden había dejado su consultorio.

“Me puso la piel de gallina y pensé, ¿qué pasa si esto tiene algo que ver con lo que me ocurrió?”.

Buscó a Hadden en Google y encontró una noticia que decía que otra mujer alegaba que él la había agredido y lo había denunciado a la Policía.

“Y en ese momento, todo se detuvo. Fue esta sensación de alivio al finalmente darme cuenta de que no estaba sola en esto”, dijo, y agregó que instantáneamente dejó de culparse por lo que le había sucedido.

“No fue algo que yo hiciera. Este era un depredador en serie y él simplemente me eligió como su presa”, dijo.

Finalmente, decidió decírselo a su esposo.

“Necesitaba compartirlo en ese momento porque me parecía muy grande y necesitaba ese apoyo. Y se lo dije, y él lloró”, dijo Evelyn Yang.

Él le dijo que recordaba que ella regresó a casa un día despotricando acerca de cómo a los hombres nunca se les debería permitir ser ginecólogos obstetras.

“Recordó que había hecho este comentario y se sintió muy mal. Se sintió culpable de no haber hecho la conexión o preguntarme más”, dijo.” Se sintió terrible por mí, y creo que eso es lo que estaba tratando de evitar al no decirle”.

En un comunicado, emitido el jueves, Andrew Yang dijo que su “corazón se rompe” cuando piensa en ello.

“Estoy extraordinariamente orgulloso de Evelyn por contar su historia, y mi corazón se rompe cada vez que pienso en lo que ella tuvo que experimentar. Ella es mi mejor amiga y la mujer más valiente que conozco”, dijo Andrew Yang.” Nadie merece ser lastimado y tratado de la misma manera que ella y muchas otras mujeres lo han sido. Cuando se presentan víctimas de abuso, merecen que les creamos, merecen nuestro apoyo y nuestra protección. Espero que la historia de Evelyn le dé fuerza a quienes han sufrido y envíe un mensaje claro de que nuestras instituciones deben hacer más para proteger y responder a las mujeres”.

Procesado por la Oficina del fiscal de Manhattan involucrado en los casos de Epstein y Weinstein

Evelyn Yang encontró un abogado, quien descubrió que la Oficina del fiscal de distrito de Manhattan tenía un caso abierto contra Hadden. Varias otras mujeres habían presentado historias similares de haber sido atacadas por Hadden mientras él era su ginecólogo.

“Eso fue algo que cambió mi vida. Quiero decir, sentí que no estaba sola, y me sentí tan bien de no estar sola en esto”, dijo.

La Oficina del fiscal de distrito de Manhattan, Cy Vance, es la misma que fue indulgente con Jeffrey Epstein al registrarse como un delincuente sexual e inicialmente no había procesado a Harvey Weinstein después de acusaciones de abuso sexual. Weinstein está siendo juzgado por cargos de violación en la ciudad de Nueva York y se ha declarado inocente.

Yang trabajó con una asistente del fiscal de Distrito, Laura Millendorf, cuya oficina recolectó información de 18 pacientes femeninas de Hadden, incluida Yang, que lo acusaron de agredirlas. Yang testificó ante un jurado investigador , que acusó a Hadden de múltiples delitos graves.

Millendorf, dijo Yang, le aseguró que estaban construyendo un caso sólido para llevar a Hadden a la cárcel.

Luego, dijo, dejó de tener noticias de Millendorf y pasaron muchos meses sin contacto.

En 2016, la Oficina del fiscal de distrito de Manhattan aprobó llegar a un acuerdo con Hadden. Se declaró culpable de dos de los nueve cargos en su contra: un cargo de tocar por la fuerza y un cargo de abuso sexual en tercer grado. Como parte del acuerdo, Hadden perdería su licencia médica y se registraría como delincuente sexual de nivel más bajo, pero no iría a la cárcel.

Yang dijo que Millendorf tuvo problemas para ocultar su decepción. “Sonaba como disculpándose. Me dijo que el trato se hizo por encima de su cabeza, que fue sacada de las negociaciones porque estaba presionando por cárcel”, dijo Yang sobre Millendorf.

“Sonaba como si no estuviera a favor de ese resultado, pero trató de ser positiva y vendérmelo así también a mí. Al menos está fuera de las calles, ya no está practicando, no podrá hacer esto ya a nadie más”, agregó Yang.

Millendorf declinó hacer comentarios, a través de un portavoz de la ciudad.

En un comunicado a CNN, Vance dijo: “El Dr. Hadden era un depredador sexual en serie que usaba su acceso y su poder para aprovecharse de las mujeres en sus estados más vulnerables. Apoyamos a todas sus sobrevivientes y aplaudimos su fuerza y coraje. Debido a que una condena nunca es un resultado garantizado en un juicio penal, nuestra principal preocupación era que se hiciera responsable y asegurarnos de que nunca pudiera volver a hacerlo, por lo que insistimos en una condena por delito grave y la entrega permanente de su licencia médica. Aunque defendemos nuestro análisis legal y la disposición resultante de este difícil caso, lamentamos que esta resolución haya causado dolor a las víctimas”.

Yang agregó que también estaba frustrada porque no se le dio la oportunidad de hablar directamente ante el juez cuando Hadden fue sentenciado.

“Me lo negaron rotundamente, se lo negaron rotundamente a otras mujeres. Y eso fue muy estratégico. Fue muy estratégico para que el juez no fuera influenciado. Si hubiera docenas de mujeres en la corte diciendo que este hombre las había atacado hasta este punto, tal vez el juez hubiera dicho: “¿Por qué no va a la cárcel? ¿Por qué no buscan pena de cárcel?”.

Mujeres demandan a la Universidad de Columbia por presunto encubrimiento

Hadden había perdido su licencia médica y Yang dijo que Millendorf le había dicho que debería sentirse bien acerca de su papel para que eso ocurriera. Pero Hadden se había declarado culpable de agredir solo a dos mujeres y Yang no era una de ellas.

“Dijeron que el castigo era el mismo independientemente de eso … así que no importaba”, dijo. “Pensé:  ‘bueno, a mí me importa, por razones obvias’”.

No fue hasta después del movimiento #MeToo, y el caso Weinstein, que las víctimas en este caso se dieron cuenta de que habían sido traicionadas dos veces, dijo Yang.

“Es como recibir una bofetada en la cara y un puñetazo en el estómago. La Oficina del fiscal de distrito está destinada a protegernos, a servir a la justicia, y aquí no hubo justicia”.

Yang también culpa a la Universidad de Columbia, que dirige el centro médico donde Hadden daba consulta y que, según ella, lo protegió. Seis semanas antes de que Yang dijera que fue agredida en 2012, la Policía fue al consultorio de Hadden y lo arrestó después de que una paciente le dijo a la Policía que le había lamido la vagina durante un examen.

El arresto de Hadden fue anulado y se le permitió regresar al trabajo. La acusación de agresión, que condujo a su arresto, se incluyó en la acusación contra él dos años después.

“Lo que me pasó a mí nunca debería haber pasado. Fue arrestado en su consultorio”, dijo Yang, y volvió a trabajar poco después. “Quiero decir, al menos, lo mínimo sería asegurarse de que haya un asistente todo el tiempo, y eso es por lo que es muy doloroso saber que en realidad lo que me sucedió podría haberse evitado”.

“¿Puedes imaginar la audacia de un hombre que continúa haciendo esto después de ser arrestado? Es como si supiera que no enfrentaría ninguna repercusión. Que estaba protegido. Que no sería despedido”, agregó Yang.

Yang y otras 31 mujeres ahora están demandando a la Universidad de Columbia, sus afiliadas y a Hadden, argumentando que “ocultaron, conspiraron y permitieron activamente” la explotación sexual de Hadden, que según la demanda ocurrió desde 1992.

La demanda civil de Yang detalla una letanía de acusaciones de agresión sexual contra Hadden, incluyendo realizar múltiples exámenes innecesarios, obligar a las pacientes a desnudarse, tocar sus senos y sus cuerpos, penetrar digitalmente sus vaginas y anos y “lamer subrepticiamente las vaginas de innumerables pacientes”.

La demanda alega que los asistentes médicos que trabajaron con Hadden sabían de su abuso sexual, pero por falta de capacitación y un “desequilibrio oculto de poder” no intervinieron, y que al Universidad de Columbia “mantuvo las quejas en secreto para evitar publicidad negativa”.

En documentos de la corte, Hadden ha negado las acusaciones, excepto las de su declaración de culpabilidad anterior.

La Universidad de Columbia y el sistema hospitalario han impugnado la demanda por motivos de procedimiento.

En respuesta a preguntas detalladas sobre las acusaciones contra la universidad, incluido por qué se le había permitido a Hadden volver a trabajar después de su arresto inicial, una portavoz de la casa de estudios dijo que las acusaciones contra Hadden son “abominables” y se disculpan profundamente con aquellos cuya confianza fue violada”.

Evelyn y Andrew Yang tienen títulos de la Universidad de Columbia, agregando otra capa de dolor para la familia.

“Se trata de una universidad de prestigio detrás de este médico, que usa su influencia para protegerse a expensas de las víctimas en el caso”, dijo Evelyn Yang.

¿Por qué hacerlo público ahora?

Yang luchó en la corte durante más de dos años para mantener su identidad anónima en relación con la acción legal contra Hadden. Primero, dijo, porque es una persona privada, y segundo, porque no le había contado a la mayoría de su familia, incluidos sus padres, incluso cuando se sentó con CNN para la entrevista.

Ella también dice que el equipo legal de Hadden luchó contra el hecho de que ella pudiera permanecer en el anonimato para tratar de intimidarla. Pero su tiempo en la campaña, hablando con mujeres, la obligó a presentarse.

“Mi experiencia con la agresión sexual y todo lo que sucedió después es un ejemplo tan poderoso y perturbador de la verdad con la que las mujeres viven todos los días. Y resulta que puedo tener una plataforma para hablar de eso”, dijo Yang.

Ella se da cuenta de que en este momento, con la aspiración presidencial de su esposo, tiene una voz que podría marcar la diferencia, tanto para otras sobrevivientes de Hadden como para las mujeres que han pasado por esto.

“Necesito usar esa voz”, dijo. “Siento que es algo que es una obligación, pero también un privilegio y un regalo que puedo compartir ahora y también ayudar a otras mujeres”.

Llegar a este punto ha sido muy agotador y difícil para ella. Al igual que muchos sobrevivientes de abuso y agresión sexual, ella dice que cada vez que habla de eso, es transportada de regreso a lo que sucedió, y a todo el trauma que conlleva.

“Esa es mi gran esperanza: empoderarme a mí misma y empoderar a otras mujeres”, dijo Yang. “Esto es algo muy difícil de revelar, pero espero, y tengo que creer, que vale la pena”.

Drew Griffin de CNN contribuyó a este informe.