CNNE 738742 - analista- popularidad de amlo no significa buenos resultados

Nota del editor: Patricio Morelos es consultor de comunicación política. Politólogo por el ITESM y especialista en Gestión de Gobierno por la UCJC. Actualmente es estudiante de la Maestría en Comunicación Política y Gobernanza Estratégica en The George Washington University. Profesor universitario de las materias de Mercadotecnia Política y Ciudadanía y Democracia en el Tecnológico de Monterrey. Twitter: @patomorelos

(CNN Español) – Es común escuchar en clases de administración pública que el primer año de un gobierno es de planeación, mientras que en el segundo ya deben de comenzar a concretarse los resultados que definirán el éxito o el fracaso de un gobierno.

El 2019 fue un año inédito para los mexicanos. Andrés Manuel López Obrador llegó al poder con un apoyo abrumador en las elecciones de 2018, que se tradujo no solo en la presidencia de la República, sino también en un importante control político de su partido Morena en el Congreso y los estados, que le permitió impulsar su agenda de gobierno.

Algunos dirán que su primer año fue bueno, otros dirán que fue decepcionante, pero lo que es un hecho, es que la llegada de Andrés Manuel López Obrador representó un cambio en la forma de hacer política en México.

Conferencias de prensa diarias, visitas constantes a los municipios más remotos del país o vuelos en aerolíneas comerciales, son muestras de la importancia que el presidente López Obrador le ha dado a los símbolos, buscando convencer a sus simpatizantes de que México ya cambió.

También, desde lo práctico, AMLO dio golpes de autoridad, con la polémica cancelación del aeropuerto de Texcoco y la construcción de los megaproyectos del Tren Maya y la refinería Dos Bocas.

En resumen, podríamos decir que el presidente López Obrador está convencido, a su manera, de que quiere hacer historia y que su gobierno, a diferencia de los anteriores, no se dará en oficinas, sino en la calle con el pueblo de México.

En los últimos días del 2019, AMLO declaró que su primer año de gobierno se concentró en sentar las bases de la transformación. Mencionó que “no fue un mal año”, consiguiendo “grandes avances” aunque quedan “asuntos pendientes por resolver”.

¿Cuáles son los retos de Andrés Manuel López Obrador y su gobierno para el 2020?

Seguridad: El gran problema sigue siendo la violencia. Si bien el enfrentamiento contra los grupos del crimen organizado no nace en su gobierno, la actual administración no ha logrado detener los asesinatos, las desapariciones y el clima de inseguridad que viven día con día los mexicanos.

Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en el 2019 se registraron poco más de 30.000 asesinatos dolosos en el país entre enero y noviembre.

AMLO ha reconocido que es un tema que sigue pendiente, pero tiene confianza en que logrará pacificar a México a través de la estrategia de “abrazos y no balazos”. Un cambio de paradigma en el que se sustituye el combate frontal del narcotráfico por el combate a la pobreza y la atención a los grupos más desfavorecidos.

Economía: Durante su campaña, el presidente López Obrador prometió un crecimiento anual del 4% del PIB. Los resultados del 2019 no fueron los esperados: México creció al 0%.

Sin embargo, no todo es negativo. La inflación anual fue de 2.83%, la segunda más baja en los últimos 50 años. Además, el aumento salarial del 2019 fue el más elevado de los últimos tres sexenios.

Será importante que en el 2020, se mantenga la estabilidad económica y que el presidente muestre una mayor apertura al diálogo con los empresarios, para generar certidumbre e impulsar la inversión nacional y extranjera.

Finanzas públicas: Una de las frases que más recordamos del Andrés Manuel candidato es que “no puede haber gobierno rico, con pueblo pobre” y precisamente ese es uno de los ejes de la actual administración.

Se redujeron los salarios de los altos funcionarios y se eliminaron los privilegios. Según datos de la Secretaría de Hacienda, en el 2019 se ahorraron aproximadamente 230 mil millones de pesos (alrededor de 12 mil millones de dólares), con los que en palabras del propio López Obrador, se financiarán los megaproyectos del gobierno como el Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía y la construcción de las sucursales del Banco de Bienestar.

Hasta el momento, el gobierno ha sido reconocido por instituciones nacionales e internacionales por el buen manejo de las finanzas públicas. Se espera que se mantenga el gasto ordenado y que los proyectos prioritarios puedan financiarse sin aumentar la deuda pública y los impuestos.

Corrupción: La gran bandera del gobierno de Andrés Manuel López Obrador es el combate a la corrupción. Durante doce años, AMLO aseguró que la corrupción y la impunidad eran los principales problemas del país y no estaba tan equivocado.

Entre el 2008 y 2014, México cayó 31 lugares en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional. Nos acostumbramos a ver escándalos de políticos y empresarios que se enriquecían a costa del erario, sin sufrir ninguna consecuencia.

En el primer año de gobierno, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) con Santiago Nieto a la cabeza, tomó un papel fundamental en el combate a la corrupción. Rosario Robles está en prisión por el caso de la Estafa Maestra, el abogado Juan Collado, quien se encuentra en prisión a la espera de un juicio,  por delincuencia organizada y lavado de dinero, y finalmente,  Emilio Lozoya está siendo investigado por el caso Odebrecht.

El reto de Andrés Manuel López Obrador y la Cuarta Transformación es demostrar que el combate a la corrupción se da sin excepciones, investigando y castigando a funcionarios corruptos que formen parte del actual gobierno. Por supuesto que la gente espera que se castigue a políticos corruptos de los gobiernos anteriores, pero también, que los actuales funcionarios no gocen de impunidad.

Salud: La mejora del sistema de salud es otro de los grandes retos de López Obrador para el 2020. Hace unos días comenzó a operar el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), que viene a sustituir al Seguro Popular.

El Insabi buscará atender de manera gratuita a 69 millones de mexicanos que no están inscritos en las instituciones de seguridad social, incluido el tratamiento del VIH y enfermedades crónico-degenerativas como el cáncer.

Para este año, el presupuesto del sector salud tuvo un aumento de 40 mil millones de pesos ( alrededor de dos mil millones de dólares) , buscando garantizar el acceso a medicinas, la mejora de la infraestructura hospitalaria y la creación de la Universidad para la Salud que busca formar a nuevos médicos.

Hay mucha incertidumbre alrededor del Insabi: la gratuidad del servicio, el esquema de financiamiento, el acceso a medicinas y la capacidad de cobertura. En respuesta a los cuestionamientos, el presidente declaró que para el 1 de diciembre del presente año, el Insabi operará por completo.

Andrés Manuel López Obrador llegó al poder con un bono democrático muy grande. Más de 30 millones de mexicanos le dieron su confianza, convirtiéndolo en el presidente más votado en la historia del país.

Luego de un 2019 de claroscuros, AMLO sigue manteniendo su popularidad: las encuestas lo sitúan con una aprobación de entre el 60-70%.

Con la llegada de un nuevo año, las esperanzas se renuevan, sin embargo, el gobierno de López Obrador deberá de responder con resultados claros y ahora sí, demostrar que la Cuarta Transformación de México es una realidad.

Decía Hegel que el estadista es quien logra poner en palabras los sueños de una nación. El 2019 fue de resultados, pero también de cuentas pendientes. Si Andrés Manuel López Obrador quiere pasar a la historia como el mejor presidente de México, los resultados del 2020 tienen que ser más tangibles, haciendo de México un país de bienestar, pero sobre todo, un país de paz.