Washington (CNN) – Si el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl de 2019 fue un desastre mediocre y sin agenda, el show de este año fue todo lo contrario: fueron 15 minutos consecutivos de subversiones políticas.
Encabezado por dos mujeres latinas en Miami, el programa sirvió como réplica a un gobierno que pasó los últimos tres años denigrando a las poblaciones que representan estas artistas.
El comentario de Shakira, la superartista colombiana, fue simple y sutil: un llamado a los sonidos y sentimientos que la catapultaron a la fama estadounidense a principios de la década de 2000.
FOTOS | Shakira y JLo brillan en el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl
“Suerte que en el sur hayas nacido / Y que burlemos las distancias”, cantó Shakira a millones de espectadores. “Suerte que es haberte conocido / Y por ti amar tierras extrañas”.
“Whenever, Wherever” es originalmente es una canción sobre un amante lejano que adquirió un nuevo significado durante el espectáculo del domingo por la noche, registrándose como una reprimenda a la xenofobia, como una carta de amor a los países lejanos, y a las personas que los habitan, en general.
Shakira abrazó la distancia de otras maneras, incluso en su actuación de champeta, un género de baile con raíces africanas de su ciudad natal, Barranquilla, con la melodía de “Waka Waka (It’s time for África)”.
Y luego vino J. Lo.
Después de descender de los cielos, Jennifer López se inclinó hacia lo ostentoso: cuero, bastones, una pirámide de cuerpos humanos que se asemeja a un video musical de Kylie Minogue.
Pero López, quien es de herencia puertorriqueña, tenía un mensaje político debajo del impresionante espectáculo pop. En un momento, cantó una mezcla del icónico “Born in the USA” de Bruce Springsteen y su propio “Let’s Get Loud” mientras estaba envuelta en un abrigo de plumas reversible con la bandera de Estados Unidos y la bandera de Puerto Rico, el territorio estadounidense al que el presidente Donald Trump casi no ha prestado atención en momentos de crisis.
Además, la hija de López, Emme, de 11 años, y otros niños cantaron desde estructuras brillantes que se parecían mucho a las jaulas, algo interpretado como una pulla a la administración Trump, que ha sido ampliamente criticada por encerrar esencialmente a los niños migrantes en jaulas.
Un espectáculo de medio tiempo del Super Bowl envuelto en identidad latina fue aún más conmovedor dado su predecesor: el desempeño aburrido y vacío de Maroon 5 en un momento en que la NFL estaba en medio de un boicot provocado por las protestas de Colin Kaepernick contra la violencia policial.
De hecho, Shakira y López enviaron un poderoso mensaje —no muy diferente de Beyoncé durante el show de 2016 cuando estrenó su himno de poder negro “Formation”— en la víspera del inicio de la carrera presidencial de 2020 en Iowa: la diversidad y la unidad no están reñidas la una con la otra. De hecho, pueden ir de la mano.