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Funcionarios estadounidenses advierten sobre Huawei en Conferencia de Seguridad de Munich
02:58 - Fuente: CNN

(CNN) – ¿Cómo sería un segundo periodo presidencial de Donald Trump, si llegara a suceder? Ese fue el pensamiento de muchos delegados mientras se reunían durante el fin de semana en la ciudad de Munich, en el sur de Alemania, para una conferencia de seguridad.

El tema oficial en la conferencia fue “Westlessness”, una queja intencional sobre el impacto de las políticas aislacionistas y de “Estados Unidos primero” que ha desarrollado Trump. Pero lo que surgió en el evento, al que asistieron cientos de líderes mundiales y sus principales funcionarios, fue una visión de enfoque suave sobre los próximos cuatro años si Trump gana la reelección.

El secretario de Defensa Mark Esper fue un participante clave en Munich. Al partir de Washington hacia Europa al principio de la semana, uno de sus altos funcionarios enmarcó su misión a la Conferencia de Seguridad de Munich (MSC, por sus siglas en inglés) como “China, China, China, Rusia, China”.

Y no fue el único funcionario estadounidense que transmitió ese mensaje.

Atacar a Trump se ha convertido en algo así como pasatiempo en esta reunión anual. Es algo sintomático de cuántos en Europa sienten que Estados Unidos, y Trump en particular, se están retirando del orden mundial que se construyó después de la Segunda Guerra Mundial, dejando a más de 500 millones de personas a este lado del Atlántico, e incontables más en todo el planeta, sin los bolsillos llenos y el respaldo de seguridad en el que han llegado a confiar.

Alemania en particular ha provocado la ira de Trump. Desde que comenzó su presidencia, el MSC se ha convertido en una escaramuza diplomática y precursora de las batallas más duras que están por venir.

Solo el año pasado, la canciller anfitriona Angela Merkel se enfrentó con el vicepresidente estadounidense Mike Pence por la OTAN, Irán y el gas de Rusia.

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Trump: Los demócratas son corruptos y despiadados
00:37 - Fuente: CNN

La premisa de este año –Occidente se está debilitando– es una extensión de esas supuestas diferencias transatlánticas. La hipótesis de trabajo es que Trump tiene la culpa de que se hayan perdido valores fundamentales. Y no es la primera vez en sus dos años como secretario de Estado que Mike Pompeo defiende a su jefe.

Durante su discurso, poco antes del de Esper en la mañana de este sábado, Pompeo dijo ante la audiencia de ministros y expertos en políticas del MSC que “esas declaraciones no reflejan la realidad”. “Me complace informar que la muerte de la alianza transatlántica es extremadamente exagerada. Occidente está ganando y nosotros estamos ganando juntos”, añadió.

Hacerlo juntos surgió como otro de los mensajes de Estados Unidos en Munich, pero lo que ha necesitado poco diálogo y en lo que casi no hubo discusión es que la visión mundial de Trump tiene tracción y continuará.

Pocos creyentes del llamado Westlessness dudan que Trump gane para un un segundo mandato.

Muchos ven a Trump como el futuro

Otros cuatro años de Trump se sintieron preparados en casi todas las conversaciones, excepto quizás en la órbita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y los otros demócratas estadounidenses que cruzaron el océano con ella en su peregrinación anual al MSC para reunirse con personas de ideas afines.

Pero la realidad es que, a pesar de la retórica del debilitamiento de Occidente en el MSC, la mayoría en Munich cree que Trump es el futuro.

Ian Bremmer, un constante asistente al MSC y experto en asuntos globales de la firma de riesgo geopolítico Eurasia, cree que Trump está haciendo algunas cosas bien, como por ejemplo ser duro con Irán y enfrentarse a China en el comercio y el robo de propiedad intelectual. Muchos europeos en Munich estarían de acuerdo incluso si, como Bremmer, cuestionan la manera en que Trump se propone cumplir sus objetivos.

Varios ministros de gobierno de Medio Oriente –desde sus enemigos hasta aliados en el extranjero–, que se negaron a ser nombrados, piensan que la victoria de Trump es una conclusión perdida, y parecen estar calibrando sus acciones de acuerdo a esa situación potencial.

En el Medio Oriente eso significa incertidumbre porque nadie cree que Trump tenga un plan para reducir las tensiones con Irán, pero es en la confrontación con China que el legado de segundo mandato de Trump probablemente se centraría.

Escoger a favor de EE.UU. o a favor de China

El MSC augura un mundo dividido en campamentos a favor de Estados Unidos o a favor de China

En su intervención, Esper, según lo prometido, se centró en China. “Sigo enfatizando a mis amigos en Europa –y la semana pasada nuevamente en la Ministerial de Defensa de la OTAN en Bruselas– que las preocupaciones de Estados Unidos sobre la expansión comercial y militar de Beijing también deberían ser sus preocupaciones”, señaló el secretario de Defensa.

El catalizador de esta ronda de oprobios contra China no es precisamente el comercio, como lo ha sido en los últimos años, sino las redes 5G de Huawei. Específicamente, la lealtad obligatoria de la compañía al estado chino, y las prácticas corruptas e ilegales de ese estado. Compra sus equipos 5G y siempre serás vulnerable a sus espías y robos de propiedad intelectual.

Mark Esper pronuncia un discurso en la Conferencia de Seguridad de Munich 2020 el 15 de febrero.

Se trata de un mensaje de Estados Unidos que ha estado ganando impulso durante los últimos meses, especialmente desde que los gobiernos de Gran Bretaña, Francia y Alemania, junto con la Unión Europea, han dicho recientemente que continuarán usando cantidades controladas de equipos Huawei, en ubicaciones no sensibles.

Otros funcionarios del gobierno de EE.UU. sembraron las mismas semillas de sabiduría percibida en la conferencia.

El mensaje fue más suave que el de Esper, desde salas de juntas bancarias hasta bares y otros lugares del MSC, altos funcionarios del Departamento de Estado, el Departamento de Justicia y de la Casa Blanca parecieron devolver palabras que implicaban que el intercambio de inteligencia con socios clave como Gran Bretaña estaban en juego.

El representante especial de Trump para la política de telecomunicaciones, Robert Blair, dijo que “nunca lo hemos querido decir como una amenaza”, y enfatizó que el intercambio de inteligencia central entre Gran Bretaña y Estados Unidos continuará.

La conclusión es que EE.UU. no cree que Gran Bretaña o cualquier otra persona pueda aislarse de la malversación 5G de China si usan equipos Huawei, específicamente en cuanto a las actualizaciones de software que abren puertas traseras. Esto permitirá que el estado chino recopile datos privados sensibles y valiosos e incluso cierre la tecnología futura, como los automóviles automatizados y la telemedicina controlados por inteligencia artificial que dependerán del 5G.

La elección simple de Trump para Europa

En Europa no se desconoce que Estados Unidos está diciendo efectivamente: es nuestra autopista de datos. Incluso si el mensaje es leve por ahora, todos saben que Trump quiere esto a su manera y usará presión para lograrlo.

Los argumentos de Blair planteados por algunos en Munich –de que EE.UU. también puede abrir puertas traseras de datos en sus sistemas de tecnología de la información– son engañosos: él señala los valores compartidos de Europa con EE.UU., mientras que China aprovecha el reconocimiento facial y otras tecnologías de inteligencia artificial para violar los derechos humanos de sus ciudadanos, incluido el encerramiento de hasta 2 millones de uigures musulmanes para la “reeducación”.

Se ha dicho que Trump se enfureció recientemente cuando, pese a la fuerte presión estadounidense, el primer ministro británico Boris Johnson permitió que Huawei compita por parte de la nueva red 5G del Reino Unido. Pero el presidente estadounidense aún puede poner a Johnson en una situación difícil, ya que el líder tras el brexit necesita un buen acuerdo comercial con Estados Unidos.

Trump habla con los miembros del consejo nacional de Patrulla Fronteriza en la Casa Blanca el 14 de febrero.

Durante la campaña del brexit se promocionó el aumento del comercio de Gran Bretaña con China como un beneficio de salir de la Unión Europea. Pero ahora, si Johnson le cierra la puerta en la cara a Huawei podría tener consecuencias imprevistas para las oportunidades comerciales en la otra dirección. Y esta es la elección que Estados Unidos parece querer que hagan sus amigos.

Escrito en grande, esto tiene el riesgo de polarizar el mundo. Pero ser parte del universo de todo Estados Unidos, con Trump en la puerta, puede ser resultar guardián formidable.

Trump sobrevivió a su juicio político envalentonado, arremetiendo contra sus enemigos. El pensamiento en las capitales europeas ahora es cómo responderá con aliados recalcitrantes si se le entrega un segundo mandato. Podría ser un caso de estudio en retribución.

Los amigos de Estados Unidos enfrentan decisiones difíciles que no han tenido que tomar en generaciones. Escoger entre dar un salto de fe en que China cambiará de rumbo, que su Partido Comunista eliminará la autocracia y su control de alta tecnología –sobre sus más de mil millones de ciudadanos –, o ir con aquello que saben y casi pueden confiar al respaldar a Estados Unidos.

Un regreso a los días de “nosotros o ellos”

“El temor es que, al igual que los fragmentos de datos sobre los que depende esta decisión, la elección podría ser binaria. Si EE.UU. bloquea a alguien del ámbito de la inteligencia artificial que utiliza alta tecnología china –de la misma manera que amenaza con sanciones secundarias contra las empresas que comercian, aunque sea de forma remota, con Irán– entonces el mundo podría regresar a los días de nosotros Estados Unidos contra ustedes la Unión Soviética, cuando su Partido Comunista encerró al resto del mundo fuera de su esfera de influencia.

Una época en que pequeñas islas como Cuba adquirieron una importancia descomunal.

Han pasado casi 30 años desde que terminó la Guerra Fría: durante algunas décadas el mundo se sintió menos dividido. Una segunda ronda de Trump podría cambiar todo eso.

Pero para cualquiera que piense que con un demócrata puede ser diferente, Bremmer advierte que el aislamiento de Estados Unidos no es algo de Trump, según explicó había comenzado bajo Obama, las políticas del último presidente en el Medio Oriente son un ejemplo de eso.

Pelosi hizo eco del mensaje de la administración actual de que Huawei 5G es un peligro que ningún político estadounidense ignorará, y dijo en Munich el domingo que “la seguridad nacional, la economía, los valores se unen en el tema de Huawei”.

Entonces, incluso en un mundo con un demócrata en la Casa Blanca, si no es esta vez, la próxima que los organizadores del MSC imaginen que “Occidente está menos debilitado”, Europa puede descubrir que Estados Unidos ha crecido del amor con sus raíces occidentales y ha seguido adelante. El “Viejo Mundo” todavía quiere el viejo vínculo, pero estarán en deuda con los caprichos de Estados Unidos, 5G y todo lo que venga después.