(CNN Español) – Amnistía Internacional advirtió este jueves que los derechos humanos “en gran parte de las Américas” se encuentran bajo nuevo ataque, con dirigentes “intolerantes y cada vez más autoritarios” que en 2019 recurrieron a “tácticas cada vez más violentas para impedir a las personas protestar o buscar seguridad en otros países”.
Al presentar su informe anual sobre la situación de los derechos humanos en la región, la organización no gubernamental destacó que ante los movimientos de protestas que emergieron en 2019, las autoridades respondieron “por regla general con tácticas represivas y a menudo cada vez más militarizadas, en lugar de establecer mecanismos para promover el diálogo y abordar los motivos de preocupación de quienes se manifestaban”.
Amnistía menciona entre esos países a Venezuela, Honduras, Ecuador, Bolivia, Haití, Chile y Colombia, además de Puerto Rico,
El informe de AI destaca que en total, al menos 210 personas murieron violentamente en el contexto de protestas en las Américas: 83 en Haití, 47 en Venezuela, 35 en Bolivia, 31 en Chile, ocho en Ecuador y seis en Honduras. Y afirma que América Latina volvió a ser una vez más la región más peligrosa del mundo para quienes defienden los derechos humanos.
Amnistía pone a Colombia como el país más letal para los defensores y defensoras de los derechos humanos, con al menos 106 homicidios, en su mayoría de líderes indígenas, afrodescendientes y campesinos, mientras el conflicto armado interno seguía azotando el país pese a los acuerdos de paz.
México también fue mencionado por Amnistía entre los países más afectados por la situación de violencia, para considerarlo uno de los países más mortíferos para los periodistas, con al menos 10 muertes violentas en 2019.
Amnistía Internacional también criticó a otros países como Estados Unidos, Perú, Ecuador y Chile, que impusieron medidas más restrictivas para los migrantes que en algunos casos huían de la crisis humanitaria en Venezuela o que intentaban obtener asilo en EE.UU., huyendo de situaciones de violencia en sus países de origen.
El informe también destaca los problemas del ambiente, la violencia de género y la impunidad como motivos de preocupación en la región.