(CNN Español) – Este viernes 3 de abril se cumple un mes desde que el coronavirus llegó a Argentina. Son solo 30 días, pero en los que la vida de todos cambió radicalmente: un país que se encuentra en medio de una cuarentena prácticamente paralizado, con las clases suspendidas y que obliga a la gran mayoría de los argentinos a permanecer en sus casas.
De acuerdo con los datos oficiales más recientes (hasta este viernes por la tarde), Argentina tiene 1.353 casos confirmados de coronavirus y 42 muertes derivadas de la pandemia. Aunque seguramente en pocos minutos esas cifras queden desactualizadas.
El coronavirus se declaró en Argentina el martes 3 de marzo, cuando el Ministerio de Salud confirmó el primer infectado en el país: un hombre de 43 años que había llegado desde Italia.
Cuatro días después del primer caso, el sábado 7 de marzo, se confirmó la primera muerte: un hombre de 64 años que había llegado desde Francia.
El miércoles 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia por coronavirus y el gobierno de Alberto Fernández estableció la cuarentena obligatoria para argentinos y extranjeros que hubieran regresado de países de riesgo.
A partir de ese momento, las medidas para tratar de contener el covid-19 y luego sus consecuencias económicas comenzaron a sucederse.
Al día siguiente, el jueves 12 de marzo, el presidente Alberto Fernández habló por primera vez en cadena nacional para anunciar nuevas medidas a través de un decreto de necesidad y urgencia: la suspensión de viajes de zonas de riesgo por un mes, la ampliación de la emergencia sanitaria a un año y la prohibición de eventos con más de 200 personas, junto con la disposición de que los encuentros deportivos se hicieran sin público.
Pero nada de eso impediría que al día siguiente, el viernes 13, se confirmara la segunda muerte.
El domingo 15 de marzo, por primera vez, el presidente Fernández apareció junto al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof y al jefe de Gobierno de la capital argentina, Horacio Rodríguez Larreta. Juntos anunciaron la suspensión de clases y el cierre de cines y teatros, una actividad icónica de Buenos Aires.
Pero más allá de las medidas, esa fue la primera vez que se mostró explícitamente una unidad entre la dirigencia argentina, sin importar las diferencias políticas. Un gesto inusitado en un país que arrastra una fuerte polarización desde hace años.
Además, en esa semana el Gobierno empezó a anunciar ayudas económicas para paliar los efectos de la crisis que causa el coronavirus. Por ejemplo, se anunciaron bonos para los jubilados y beneficiarios de la asignación universal por hijo y embarazo.
El miércoles 18 de marzo falleció la tercera persona a causa de covid-19. Y con 97 casos confirmados hasta entonces, se anuncia la construcción de ocho hospitales modulares de emergencia.
Pero los anuncios más relevantes llegarían al día siguiente. El jueves 19 de marzo, el Gobierno de Argentina emitió un nuevo decreto de necesidad y urgencia: el “aislamiento social preventivo y obligatorio”.
“Eso quiere decir que a partir de ese momento nadie puede moverse de su residencia”, afirmó Fernández al comunicarlo.
A partir del viernes 20, los argentinos debieron permanecer obligatoriamente en sus casas. Desde entonces, también comenzaron fuertes controles policiales y retenes en las calles para hacer cumplir la medida.