(CNN) – Linda Tripp, quien grabó en secreto sus conversaciones con Monica Lewinsky sobre la relación de la entonces becaria con el presidente Bill Clinton en la Casa Blanca, falleció, de acuerdo con su madre, Inge Carotenuto, y su ex abogado, Joseph Murtha.
Carotenuto le dijo a CNN que Tripp había sido diagnosticada con cáncer de páncreas / ganglios linfáticos en etapa tardía en los últimos días. Tripp había sido previamente tratada por cáncer de seno. Tenía 70 años.
Tripp, amiga de Lewinsky en ese momento, entregó las 20 horas de grabaciones al fiscal especial Kenneth Starr. El escándalo finalmente condujo a la acusación de Clinton por perjurio y obstrucción de la justicia, aunque finalmente fue absuelto en el Senado.
Lewinsky, a pesar de sus experiencias anteriores, expresó sus buenos deseos a Tripp, ya que los el miércoles había reportes de que su salud estaba empeorando.
“(No) importa el pasado, al escuchar que Linda Tripp está muy gravemente enferma, espero su recuperación. No puedo imaginar lo difícil que es para su familia”, tuiteó Lewinsky.
Lewinsky comenzó a contarle a Tripp, una compañera de trabajo en el Pentágono, sobre su relación con Clinton en el verano de 1996. Tripp comenzó a grabar sus conversaciones en el otoño de 1997.
Después de contactar a Starr sobre las grabaciones en enero de 1998, se encontró nuevamente con Lewinsky mientras llevaba un micrófono, momento en el que Lewinsky entrenó a Tripp sobre qué decirle a los abogados respecto a Kathleen Willey, otra exempleada de la Casa Blanca que había testificado sobre supuestos avances sexuales no solicitados realizados por Clinton en 1993.
Cuando se le preguntó en el programa Larry King Live, en 2003, si se arrepentía, Tripp respondió: “No, lo volvería a hacer”.
“Le dije a (Lewinsky) que no amañaría un caso judicial. No ayudaría a amañar un caso judicial”, dijo Tripp. “Sin embargo, sabía que el presidente de Estados Unidos y Mónica tenían la intención de hacer eso”.
Hablando en el podcast “Slow Burn” en 2018, Tripp defendió sus acciones diciendo que fueron motivadas por la idea de que finalmente ayudaría a Lewinsky.
“No sabía qué hacer, me aterrorizaba, me asustaba, me sentía totalmente culpable por tener que manipularla, pero estaba convencida en mi alma de que al final la beneficiaría. Que él ya no podría hacer esto para lastimar a alguien más”, relató.
Tripp le dijo al podcast que, en ese momento, estaba siendo poco sincera mientras grababa a Lewinsky, pero solo porque sentía que tenía que serlo.
“No hubo nada en esos tres meses que fuera auténtico. Todo antes de eso lo era, pero necesitaba que todo fuera recreado y fue más que manipulador”, dijo. “¿Quería hacer eso? No necesariamente, pero sentí que no tenía otra opción”.
Tripp dijo abiertamente que trató de perseguir a Clinton, diciendo que la historia de Lewinsky estableció “un patrón de comportamiento que, de lo contrario, creo que no habría tenido credibilidad” y que ella “estaba ansiosa por que esta información cayera en manos de los abogados de Paula Jones”, quien demandó al presidente por cargos de acoso sexual.
“Pero fue desagradable, hasta el día de hoy tengo una enorme culpa” por haber difundido información a la prensa y al FBI, dijo.
“Y de todas las personas que me importaría que lo entendieran, ella es a la que me gustaría poder convencer”, agregó Tripp, refiriéndose a Lewinsky. “Y eso nunca sucederá”.
Noa Yadidi de CNN contribuyó a este informe.