CNNE 815102 - las cuarentenas disminuyen contaminacion del aire
Cuarentenas, motivo de una marcada reducción en la contaminación del aire en las grandes ciudades
01:08 - Fuente: CNN

(CNN Español) – A pesar de las desgracias que ha traído la pandemia de coronavirus, aquí hay tres cosas positivas para el planeta:

Reducción de la contaminación

La NASA ha registrado reducciones significativas en la contaminación del aire en las principales áreas metropolitanas del noreste de Estados Unidos, a medida que las personas reducen los viajes durante esta pandemia.

Varios investigadores de IQAir, una compañía global de tecnología e información sobre la calidad del aire, realizaron un estudio en 10 grandes ciudades del mundo, que tienen un número relativamente alto de casos de covid-19 y que implementaron medidas de cuarentena.

Panorámica de Nueva York en marzo de 2020. Spencer Platt/Getty Images.

Los expertos encontraron, por ejemplo, que en Nueva Delhi, considerada una de las capitales más contaminadas del planeta, ha habido una reducción de partículas mortales durante un período de 3 semanas de cuarentena, respecto a la misma época del año anterior.

Según el centro de investigación sobre energía y aire limpio, las emisiones de dióxido de carbono en China disminuyeron, al menos en 25 por ciento del 3 de febrero al primero de marzo, debido a las medidas para contener el coronavirus.

La tierra tiembla menos

Los sismólogos están observando mucho menos ruido sísmico ambiental, es decir, las vibraciones generadas por automóviles, trenes, autobuses y personas en su vida cotidiana. explican que, con la ausencia de ese ruido, la corteza superior de la tierra se mueve un poco menos.

La vida silvestre

Águila calva. Crédito: Sam Greenwood/Getty Images

Ante la ausencia de seres humanos, en Adelaide en el sur de Australia se han visto en las últimas semanas varios canguros saltando tranquilamente por las calles. Venados recorren los desolados vecindarios en París mientras que en Nueva Delhi, India se observan monos jugando tranquilamente en las aceras.

MÁS: El beneficiario inesperado del coronavirus: el planeta