Nota del editor: Benjamin Corb es el director de asuntos públicos de la Sociedad de Bioquímica y Biología Molecular de EE.UU., que representa a casi 12.000 investigadores biomédicos en ese país y en todo el mundo. También es el presidente electo de la Coalición para la Financiación de la Salud y es miembro de la junta directiva de ScienceCounts. Las opiniones expresadas en este comentario son las del autor; Ver más artículos de opinión en CNNE.com/opinion.
(CNN) – La amenaza de salud pública que representa la pandemia de covid-19 ha generado que el público estadounidense se vuelva sumamente consciente del significado del trabajo realizado por los investigadores financiados por los Institutos Nacionales de Salud (NIH por sus siglas en inglés).
Con fondos federales, de costa a costa y más allá, los investigadores están trabajando febrilmente para comprender el SARS-CoV-2, el virus que causa la enfermedad. Estos científicos tienen prisa por descifrar su composición, el mecanismo de entrada al cuerpo humano, sus características fuera de él y las terapias existentes que puedan ayudar a los pacientes mientras se desarrolla una vacuna.
¿Por qué entonces, como informó Politico la semana pasada, los NIH cancelaron una subvención que respaldaba la principal investigación sobre cómo los coronavirus pueden transferirse de los murciélagos, sus huéspedes naturales, a los humanos?
Considero que la respuesta es porque Pete Daszak, el científico que dirige EcoHealth Alliance, la organización de investigación biomédica sin fines de lucro que patrocina el proyecto, ha colaborado con Shi Zhengli, un virólogo chino en el Instituto de Virología Wuhan en China.
Al confirmar a CNN que la financiación de la beca se terminó, los NIH dijeron que “no se discute detalles del proceso de toma de decisiones con respecto a subsidios específicos”, pero se refirieron a los sub-becarios, incluido el Instituto de Virología de Wuhan. Esto deja espacio para la especulación, como sugiere el artículo de Politico, de que puede haber sido a instancias, o al menos con un fuerte empujón implícito por parte de la administración Trump.
El Congreso establece el presupuesto de la agencia y los institutos toman sus propias decisiones sobre el otorgamiento de fondos, ya que están mejor facultados para comprender los costos y necesidades de los proyectos. Pero la decisión de retirar el financiamiento a Daszak respalda el esfuerzo creciente de algunos para culpar a China por esta pandemia.
Y a principios de abril, el presidente Donald Trump dijo que podría haber recortes de fondos en la investigación después de que un periodista sugirió que se había otorgado dinero de la beca al laboratorio de Wuhan. (Según Politico, Daszak ha mantenido que “ningún fondo de [la beca] se ha enviado al Instituto de Virología de Wuhan, ni se ha firmado ningún contrato”).
Ahora que el presidente aparentemente ha cumplido esa promesa, muchos científicos están profundamente preocupados. Mientras tanto, los investigadores financiados por los NIH han estado trabajando incansablemente para investigar el virus que ya mató a más estadounidenses que la Guerra de Vietnam.
Zhengli y Daszak, a quienes conozco por su reputación debido a su impresionante trabajo, son cazadores de virus: expertos calificados que buscan coronavirus y otras enfermedades que podrían transferirse de las poblaciones de murciélagos a los humanos, la misma enfermedad que los científicos creen que es la génesis del brote actual.
Juntos, los investigadores recolectaron miles de muestras e identificaron cientos de nuevos coronavirus con el objetivo de prevenir futuras pandemias.
Las credenciales de Daszak son impresionantes. Es miembro de la Academia Nacional de Medicina de EE.UU. y en el pasado ha asesorado al director de política de preparación médica en el equipo de seguridad nacional de la Casa Blanca.
Su primera beca NIH de cinco años sobre este tema comenzó en 2014, después del proceso de financiación de investigación competitiva habitual que los científicos de todo el país deben enfrentar. Se recopilan datos preliminares, se generan hipótesis y se escriben propuestas para compartir los objetivos de investigación, métodos y resultados preliminares.
Luego, estos proyectos son revisados no por burócratas del gobierno sino por colegas científicos, y a menudo competidores, que son seleccionados para formar parte de los paneles de revisión de las solicitudes de beca, porque son expertos en el campo. Estos panelistas de revisión entienden la ciencia en cuestión y pueden evaluar el mérito científico detrás de la propuesta.
Tan riguroso es el proceso que el año fiscal pasado, según los NIH, se recibieron más de 67.000 solicitudes de subvención y solo el 22% fueron aprobadas para recibir fondos. En el año fiscal 2014, cuando Daszak se financió por primera vez, la tasa de éxito era solo del 20%. En 2019, Daszak presentó una propuesta para extender su beca por otros cinco años, y los panelistas encontraron la investigación tan prometedora que los NIH lo financiaron hasta 2024.
Incluido entre los 20 artículos científicos publicados durante el proyecto inicial de Daszak está el descubrimiento de cómo los coronavirus SARS ingresan a las células, una información crítica necesaria para quienes trabajan en el desarrollo de terapias y vacunas contra el covid-19.
Según Politico, en una carta a los funcionarios de EcoHealth Alliance el viernes pasado, Michael Lauer, subdirector de investigación extramural de los NIH, declaró que la investigación de Daszak no “se alinea con los objetivos del programa y las prioridades de la agencia”. No se ha informado ninguna explicación por parte de los NIH de por qué la investigación ya no se alinea con sus prioridades.
Más de un millón de estadounidenses han sido diagnosticados con covid-19, y más de 61.000 han muerto.
Sin embargo, independientemente de si la administración Trump es responsable de los recortes de fondos, el presidente ha expresado su opinión de que un científico y experto respetado en la investigación del coronavirus ya no es digno de inversión. ¿Cómo puede ser eso posible?
Parece que el deseo de Trump de mantener el foco sobre el papel de China en la pandemia ha anulado la independencia científica. Y esta mentalidad parece estar extendiéndose. El fin de semana pasado, el senador republicano Tom Cotton de Arkansas sugirió que los estudiantes chinos deberían venir a Estados Unidos para estudiar Shakespeare pero no ciencia, argumentando que “regresan a China… y diseñan armas y otros dispositivos que pueden usarse contra el pueblo estadounidense”
¿Habrá influido este jingoísmo creciente en la decisión de revocar la beca de investigación de Daszak?
La politización de la ciencia revisada por pares es una amenaza peligrosa para el campo de la ciencia independiente en EE.UU. y es el primer paso en una pendiente resbaladiza profundamente preocupante.
Si la investigación de Daszak puede ser detenida mediante recortes de fondos por capricho del presidente, ¿qué otras subvenciones de investigación en el futuro se retirarán debido a las inclinaciones izquierdas o derechas de cualquier futuro mandatario? ¿Qué daño generaría tal decisión sobre la productividad y reputación líderes mundiales de los Institutos Nacionales de Salud?
La ciencia debe permanecer independiente y no politizada para que sea confiable y productiva durante esta crisis pandémica y más allá.