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Relacionar el trabajo con la oficina puede ser un concepto del pasado
04:09 - Fuente: CNN

Hong Kong (CNN Business) – La semana laboral de cuatro días se ha promocionado como una forma de mejorar el equilibrio entre la vida laboral y personal. Ahora está recibiendo un impulso de la primera ministra de Nueva Zelandia, quien recientemente planteó que esto podría ayudar a la economía a raíz de la pandemia de coronavirus.

En un video de Facebook Live publicado a principios de esta semana, la primera ministra Jacinda Ardern compartió la sugerencia mientras discutía formas de revivir el turismo interno en su país. En los últimos meses, la crisis del coronavirus ha obligado a personas de todo el mundo a confinarse, lo que ha diezmado la demanda mundial de viajes.

“Muchas personas han sugerido que deberíamos tener una semana de cuatro días. En última instancia, eso queda entre empleadores y empleados”, dijo Ardern.

Sin embargo, la idea podría dar a los viajeros nacionales “flexibilidad en términos de viaje y permisos”, agregó. Ardern señaló que el 60% de la industria turística de Nueva Zelandia proviene de la población local.

“Hay muchas cosas que hemos aprendido sobre covid y esa flexibilidad de las personas que trabajan desde casa, la productividad que se puede sacar de eso”, continuó.

La primera ministra alentó a los empleadores a considerar permitir configuraciones de trabajo más flexibles, incluido el trabajo a distancia y dedicar más horas en menos días, si es posible, “porque ciertamente ayudaría al turismo en todo el país”.

Las semanas laborales de cuatro días se han vuelto más populares recientemente a medida que los empleadores exploran si un horario más apretado puede aumentar la productividad.

El propio gobierno de Nueva Zelandia no es ajeno a la idea de un horario de trabajo alternativo. Desde 2018, varias agencias gubernamentales se han inscrito para poner a prueba un programa llamado “trabajo flexible por defecto”, que dirige a los empleadores a dar a sus trabajadores más libertad de varias maneras.

Si bien depende de cada agencia participante decidir cómo funciona ese acuerdo, el gobierno ha esbozado varias posibilidades, incluida la posibilidad de que las personas adopten semanas de trabajo más cortas, “como 40 horas durante cuatro días o una quincena de nueve días”.

En 2018, la compañía neozelandesa Perpetual Guardian, que ayuda a los clientes a administrar sus testamentos y propiedades, también realizó una prueba de dos meses del concepto. La firma dijo que tuvo tanto éxito que quería que fuera permanente.

Al trabajar solo cuatro días a la semana, todos los empleados reportaron una mayor productividad, además de un mejor equilibrio entre la vida laboral y el estrés, según la firma, que tenía alrededor de 240 empleados.

“Era solo una teoría, algo que pensé que quería probar porque quería crear un mejor ambiente para mi equipo”, dijo el fundador Andrew Barnes a CNN Business en ese momento. “Fue más allá de mis sueños más salvajes”.

Grandes empresas en otros lugares también están comenzando a subirse al carro. El año pasado, Microsoft asumió la idea cuando el equipo de la compañía en Japón experimentó cerrando sus oficinas todos los viernes de agosto y dando a todos los empleados un día libre adicional cada semana.

Los resultados fueron prometedores: si bien la cantidad de tiempo dedicado al trabajo se redujo drásticamente, la productividad, medida por las ventas por empleado, aumentó casi un 40% en comparación con el mismo período del año anterior, dijo la compañía.

Como resultado, Microsoft anunció que continuaría con otro experimento en Japón, y también pidió a otras compañías que se unieran a la iniciativa.