Londres (CNN) – Hace tres meses, cuando el nuevo coronavirus comenzó a establecerse en países de Europa, las autoridades del Reino Unido dijeron que aún confiaban en que el riesgo para el público británico seguía siendo bajo.
Para el 25 de febrero, la Organización Mundial de la Salud dijo que el virus ya había matado a miles en China y se estaba extendiendo por el norte de Italia, pero en ese momento solo había 13 casos confirmados y ninguna muerte en Reino Unido. Si bien el Gobierno ordenó a los hospitales que se prepararan para una afluencia de pacientes, su consejo para algunas de las personas más vulnerables del país —los residentes mayores o quienes vivían en asilos de ancianos— fue que era “muy poco probable” que se infectaran.
Ese lineamiento se mantendría vigente durante las próximas dos semanas y media, a medida que la cantidad de casos de coronavirus en Reino Unido explotó. Cuando fue retirado el lineamiento, el 13 de marzo, y se reemplazó con una nueva guía, había 594 casos confirmados y ya era demasiado tarde.
Para el 1 de mayo, del total de 33.365 muertes confirmadas en Inglaterra y Gales, al menos 12.526 —o el 38%— eran residentes de asilos de ancianos, según las últimas estimaciones de la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS, por sus siglas en inglés).
Si bien el Gobierno británico ha defendido su manejo de la pandemia, el personal y los expertos en residencias de ancianos atribuyeron al menos parte de la culpa del mayor número de muertes en Europa a la priorización de los hospitales sobre estas instalaciones. Otros han culpado a la lenta implementación de las pruebas, la supuesta búsqueda del Gobierno de la “inmunidad colectiva” (que niega haber buscado) y su incapacidad para ordenar un cierre preventivo lo suficientemente temprano.
Reino Unido no está solo. Muchos otros países tardaron en responder a la amenaza en las instalaciones de atención domiciliaria, y las consecuencias han sido devastadoras.
Luchas tempranas
Investigadores de la London School of Economics (LSE, por sus siglas en inglés) crearon las respuestas de atención a largo plazo al grupo covid-19 (LTCcovid) con su red internacional de políticas de atención a largo plazo (LTCPN). LTCcovid es una red global de académicos y expertos en el campo que recopilan y analizan datos oficiales de todo el mundo, y descubrieron que muchos países estaban viendo altas tasas de contagios graves y muertes en hogares de ancianos.
Comparar las cifras de muerte puede ser difícil: algunos países tienen datos separados que cubren asilos de ancianos, mientras que otros incluyen instalaciones para personas con discapacidades. Algunos países no incluyen en sus datos a aquellos residentes que mueren en hospitales, algunos tienen variaciones regionales y algunos no tienen datos.
Muchos gobiernos están comenzando a registrar el número de víctimas mortales en residencias de ancianos, y las cifras son asombrosas.
Los datos publicados por LTCcovid muestran que más de la mitad de todas las muertes por coronavirus en países como Bélgica, Francia, Irlanda, Canadá y Noruega ocurrieron en asilos de ancianos o entre residentes de centros asistenciales en todos los entornos. En Estados Unidos, los datos recopilados por la Kaiser Family Foundation (KFF) de 35 estados incluidos en el informe del London School of Economics, mostraron que los residentes de hogares de ancianos representaron 30.130, o al menos el 34,6%, de las más de 87.000 muertes por coronavirus registradas hasta del 15 de mayo. Los residentes de centros asistenciales también están sobrerrepresentados en algunos países con relativamente pocas muertes, lo que representa 26 de las primeras 99 muertes documentadas en Australia, o más de una cuarta parte de todas las muertes hasta el 18 de mayo.
Suecia ha defendido repetidamente su controvertida decisión de permanecer relativamente permisiva en sus restricciones de movilidad, pero la ministra de Salud, Lena Hallengren, admitió un “gran fracaso” en proteger a los ancianos y dijo que los asilos ahora son de suma importancia, según los medios suecos. Hubo 1.661 muertes por coronavirus entre los residentes de hogares de la tercera edad de un total de 3.395 muertes por coronavirus en Suecia hasta el 14 de mayo, o 49%, según el informe del LTCcovid.
“Francia, España e Italia se vieron abrumadas por el virus muy rápidamente”, dijo la investigadora principal del LSE, Adelina Comas Herrera, del Centro de Evaluación y Política de Atención de la Universidad. “Fueron los primeros países de Europa en tener estos problemas a gran escala. Y creo que ofrecieron muchas lecciones que idealmente podrían haberse aprendido en otros países europeos”.
A pesar de tener una gran población de ancianos, Italia no tomó medidas tempranas en los residencias para personas mayores, según la investigación del LTCcovid. El periódico italiano Il Post informó que los residentes de hogares de ancianos en la región del norte de Lombardía se enfermaron o murieron “mucho más de lo normal” en las semanas previas al 30 de marzo, y documentaron la falta de EPP (equipo de protección personal) y pruebas en estas instalaciones.
La gestión de asilos de ancianos en Italia se maneja a nivel regional. El 14 de abril, el Instituto Nacional de Salud de Italia lanzó una encuesta para investigar, pero aún faltaban datos sobre más de 4.000 centros, según el informe LTCcovid.
El portavoz del primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, le dijo a CNN que no ha hecho una declaración sobre residencias de ancianos.
Una historia similar se desarrolló en Francia, donde las muertes por coronavirus entre los residentes de asilos de ancianos en todos los entornos representan más de la mitad de todas las muertes por coronavirus registradas hasta el 18 de mayo, según los datos del Ministerio de Salud utilizados en el informe LTCcovid.
Los datos en España son inconsistentes, con algunas regiones que incluyen instalaciones para personas de todas las edades con discapacidades. El número de muertes confirmadas por coronavirus en centros asistenciales al 10 de mayo fue de 9.642, el 30,2% de las 31.889 muertes por coronavirus en total, según datos del Ministerio de Salud citados en el informe de la LSE.
Italia, Francia y España
En el pico del brote en el norte de Italia, el 8 de marzo, el Gobierno de Lombardía pidió a los hogares de ancianos que dejaran espacio para pacientes no críticos con covid-19, para aliviar la presión sobre los hospitales. El Gobierno regional dijo más tarde que los asilos recibirían 150 euros (US$ 160) por cada paciente que recibieran.
Raffaele Antonelli Incalzi, jefe de la Sociedad Geriátrica Italiana SIGG, dijo en un comunicado a principios de abril que las residencias de ancianos eran “bombas de tiempo biológicas”, en parte porque los hospitales superpoblados estaban trasladando pacientes ancianos a residencias sin preparación.
El 1 de abril, una fuente del Departamento de Salud de Lombardía, que solicitó el anonimato porque no había solicitado autorización para hablar con los medios, le dijo a CNN que el Departamento había priorizado probar nuevas admisiones en hospitales e instalaciones médicas en lugar de evaluar pacientes existentes como esos en residencias para ancianos.
El Gobierno de Lombardía le dijo a CNN que no está dando entrevistas sobre “el problema de los hogares de ancianos”, debido a una investigación independiente en curso sobre el alto número de muertes en esos centros asistenciales de la región, que se publicó el 7 de abril.
Los primeros informes de coronavirus en Francia aparecieron el 24 de enero, pero el primer comunicado de prensa que menciona asilos de ancianos llegó el 6 de marzo, y decía que la guía solo se había distribuido entre ellos ese día. La primera muerte en Francia se informó a mediados de febrero, pero el país no comenzó a especificar las muertes domiciliarias en sus números informados sino hasta el 2 de abril.
El presidente Emmanuel Macron hizo una solicitud estatal de mascarillas en un tuit, el 3 de marzo. Estas fueron entregadas primero en hospitales y farmacias regionales, que estaban a cargo del suministro de residencias de ancianos y trabajadores de salud privados, según un comunicado de prensa del Ministerio de Salud del 13 de marzo.
Según una investigación de Reuters, la solicitud interrumpió la cadena de suministro en los primeros días de la pandemia, causando que algunos hogares de ancianos sufrieran un retraso de dos semanas para recibir las máscaras que habían ordenado.
Profesionales del sector de cuidado de ancianos y trabajadores de residencias de la tercera edad publicaron una carta al Ministro de Salud, Olivier Véran, el 20 de marzo, expresando alarma y solicitando 500.000 mascarillas por semana en las áreas afectadas, con lo cual estuvo de acuerdo.
Jean-Pierre Riso, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Directores de Establecimientos y Servicios para Ancianos (Fnadepa), le dijo a Reuters que la demora “contribuyó a la propagación del virus en hogares de ancianos”, pero no hay evidencia de un vínculo directo entre la política de requisición y las muertes en hogares de la tercera edad.
El Ministerio de Salud francés no respondió a la solicitud de comentarios de CNN.
El primer caso de España se produjo en enero, pero las primeras pautas para los residencias de mayores no se publicaron sino hasta el 5 de marzo, según un informe publicado por LTCcovid a fines de marzo.
Las pautas requerían el aislamiento de residentes o personal sintomáticos, pero no de aquellos que habían estado en contacto con alguien sintomático. Pero pautas más amplias decían que los trabajadores de la salud que habían estado atendiendo posibles casos deberían ser puestos en cuarentena, según el informe de LTCcovid.
Las pautas para las residencias de ancianos no especificaban a quién contactar en caso de casos sospechosos, escasez de personal o falta de EPP.
Los asilos de ancianos en España no tienen contacto regular con las administraciones gubernamentales, y los trabajadores tuvieron que llamar al número de emergencia general para informar sobre posibles contagios al personal, que no estaba específicamente capacitado en las necesidades de las residencias de la tercera edad.
La falta de comunicación aumentó el impacto de la escasez de EPP, dada la baja prioridad dada a los residentes sintomáticos para hospitalización y la falta de apoyo médico, dijo la investigación.
Para el 24 de marzo, el Ejército español fue reclutado para ayudar en medio de la pandemia y encontró residentes de asilos “abandonados” muertos en sus camas, según la ministra de Defensa, Margarita Robles. El Gobierno dijo en su sesión informativa, al día siguiente, que la información había sido transmitida al fiscal, que estaba investigando. Las nuevas pautas para residencias de mayores exigían medidas de aislamiento extendidas, pero algunos centros dijeron que ahora tendrían que enviar a todo el personal a sus hogares para cumplir las directrices.
“El período más difícil que he visto”
Muchos países parecían lentos en aprender las lecciones de las residencias para mayores de los países afectados al principio de la pandemia.
El mensaje de salud pública del Gobierno de Reino Unido era quedarse en casa, proteger el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) y salvar vidas. Las pruebas fueron limitadas, y el Gobierno abandonó las pruebas comunitarias masivas el 12 de marzo.
El presidente conservador del Comité Científico del Gobierno le escribió, la semana pasada, a Boris Johnson, el primer ministro británico, para decirle que la decisión de retirar las pruebas principalmente dentro de los hospitales significaba que “los trabajadores de hogares de ancianos no podían ser examinados en un momento en que la propagación del virus era más desenfrenada”, lo que puede haber tenido “consecuencias significativas”.
El secretario de Justicia de Gran Bretaña, Robert Buckland, le dijo a Sky News, la semana pasada, que, al comienzo del brote, el Gobierno priorizó al NHS sobre las residencias de ancianos, que podían ser administradas por empresas privadas, organizaciones benéficas y consejos locales. “Necesitábamos tomar una decisión sobre las pruebas, y decidimos centrarnos en el NHS”, dijo, y agregó que pensaba que eso era “absolutamente esencial”.
El Departamento de Salud y Atención Social del Reino Unido (DHSC, por sus siglas en inglés) publicó un plan, el 16 de abril, diciendo que se estaba moviendo para instituir una política de evaluación de todos los residentes antes de su admisión en centros de ancianos.
El líder de la oposición Laborista del Reino Unido, Keir Starmer, se enfrentó el 13 de mayo al primer ministro Boris Johnson en el Parlamento sobre el enfoque del Gobierno para los hogares de ancianos. Johnson negó que el Reino Unido haya tardado en proteger a los ancianos, y dijo que las casas se habían cerrado antes que la población en general y que había “un plan de acción concertado”.
Sin embargo, mientras Johnson dijo en una conferencia de prensa, el 16 de marzo, que “no queremos ver personas que visiten innecesariamente residencias de ancianos”, no se les dijo a los centros que prohibieran las visitas antes del confinamiento nacional el 23 de marzo.
Una portavoz del DHSC le dijo CNN: “El consejo inicial reflejó con precisión la situación en el momento en que no había transmisión comunitaria, lo que significa que había un riesgo limitado de que la infección ingresara a un hogar de la tercer edad”.
“Una vez que hubo evidencia de una transmisión generalizada y pasamos a la fase de ‘mitigación’, se estableció una nueva guía de inmediato”.
La portavoz dijo que el DHSC estaba priorizando las pruebas en residencias de la tercera edad y había proporcionado £ 3.200 millones (US$ 3.900 millones) a las autoridades locales para aliviar la presión sobre los servicios, incluidos los asilos, así como otros £ 600 millones (US$ 730 millones) para esos centros, la semana pasada.
“Desde el comienzo de esta pandemia, hemos trabajado para garantizar que nuestros hogares de ancianos y la fuerza laboral de atención de primera línea reciban el apoyo que necesitan. Casi dos tercios de las residencia para mayores no han tenido un brote y las muertes en todos los entornos, incluidos los asilos, están disminuyendo”.
Sin embargo, Nicola Richards, que dirige tres residencias geriátricas de la firma Palms Row Health Care en Sheffield, dijo que sus instalaciones habían tenido problemas. Los hogares son de gestión privada, pero las estadías de muchos residentes son financiados por el Gobierno.
Algunos hospitales habían enviado a los ancianos a sus asilos sin una prueba de coronavirus y el personal tuvo que aislarse junto con los residentes, con escasez de EPP, dijo Richards. Ella dijo que se sentía “inmoral” al pedirle al personal “aterrorizado”, algunos con el salario mínimo nacional del Reino Unido de £ 8,72 (US$ 10,66) por hora, que cuidara a las personas con covid-19. Dijo que parte de su personal había llorado, y agregó que aún no había visto ninguno de los fondos de emergencia del Gobierno para ayudar con los onerosos costos.
Mike Padgham, director gerente de la residencia de ancianos de Santa Cecilia, en Scarborough, en el norte de Inglaterra, dijo que 19 de cada 110 residentes habían muerto en los últimos dos meses, pero solo en cinco casos se confirmaron las muertes por covid-19; el resto fue “indeterminado”, sostuvo. Agregó que pensaba que había habido “informes menores” de muertes en el Reino Unido debido a la falta de pruebas, y dijo que la situación había sido “desgarradora”.
“He estado en el negocio de los hogares de ancianos durante casi 30 años, y es el período más difícil que he visto en todo ese tiempo”, le dijo a CNN. Subrayó que la orientación del Gobierno había sido “contradictoria” y que la financiación no había llegado a muchas instalaciones, que estaban preocupadas por su futuro.
El Reino Unido inicialmente no registró las muertes en residencias para mayores. Mientras que los últimos datos oficiales de ONS para Inglaterra y Gales muestran que el 38% de las muertes por coronavirus ocurrieron en asilos. LTCcovid dijo que la cifra podría ser mucho mayor.
Afirma que la mayoría de las estimaciones del Gobierno son demasiado bajas debido a problemas para identificar la causa de la muerte. Los investigadores dijeron que comparar las muertes este año con las muertes en años anteriores (“exceso de mortalidad”) es la mejor medida e incluye los fallecimientos causados indirectamente por el virus.
Calcularon que hubo 25.591 muertes en exceso entre los residentes de asilos de ancianos en Inglaterra y Gales, entre el 9 de marzo y el 8 de mayo, el 52% del total de 49.470 muertes en exceso.
Sufrimiento silencioso
Las residencias de la tercera edad fueron denominadas “zona cero” del brote que rápidamente envolvió a Estados Unidos, y la falta de control de la propagación en un centro de Seattle tuvo “efectos estatales y nacionales”, según un informe publicado en el Journal of the American Asociación Médica.
Hubo problemas similares en todo el sector: personas con afecciones crónicas que viven cerca; cuidadores que propagan infecciones entre residentes e instalaciones; y escasez de personal debido a enfermedad, aislamiento y bajos salarios.
Una casa de ancianos en Montreal, Canadá, mostró cuán catastróficos pueden ser estos problemas. Se inició una investigación criminal después de que 31 residentes murieron en la Residencia de Mayores de Herron en menos de un mes, en cinco de ellos confirmaron casos por covid-19. Las autoridades de Quebec dijeron que la mayoría del personal había abandonado el asilo y los residentes fueron encontrados sin alimentación y sin cambios de ropa en lo que parecía un caso de negligencia grave.
La investigación sigue en curso. El asilo declinó hacer comentarios cuando CNN se acercó, a mediados de abril, debido a investigaciones y demandas pendientes.
El informe de LTCcovid descubrió que hasta el 8 de mayo, 3.890 de las 4.740 muertes relacionadas con coronavirus relacionadas con Canadá tuvieron lugar entre los residentes de hogares de ancianos, o el 82%, y el Departamento de Salud de Canadá le dijo a CNN que el porcentaje era de casi el 80%, el 19 de mayo. La provincia más grande de Canadá, Ontario, anunció una investigación independiente.
Otro incidente preocupante tuvo lugar en un hogar de ancianos en la región sur de Ile-de-France. Según una investigación para su publicación en el Journal of the American Medical Directors Association, al menos 24 de 140 residentes murieron en cinco días después de haber sido aislados en sus habitaciones con el coronavirus, sin ayuda para comer o beber. La mayoría murió de shock hipovolémico después de la pérdida de sangre y fluidos corporales, según el informe.
Las residencias de la tercera edad generalmente se pagan a través de una combinación de fondos gubernamentales y tarifas privadas, señaló la LSE, lo que significa que hay una gran variación en la calidad de la atención y a las personas de bajo estatus socioeconómico les va peor. Y esto solo ha sido exacerbado por la crisis, dijo.
Las lecciones del SRAS
Comas Herrera le dijo a CNN que las naciones que habían controlado más exitosamente el covid-19 en general, también habían tenido mejores resultados con los hogares para ancianos.
Alemania reportó solo 3.029 muertes en “establecimientos comunales”, incluyendo asilos, entre 8.090 muertes totales por coronavirus, al 20 de mayo, o 37,3%, menos que muchos países occidentales a pesar de que Alemania incluye refugios para personas sin hogar, centros de refugiados y prisiones en la misma categoría. Esto fue gracias a las pruebas generalizadas, al aumento de los salarios de los trabajadores de atención y a la orientación detallada, incluida la recomendación de establecer zonas separadas en las residencias de mayores, según un análisis reciente publicado por LTCcovid.
Comas Herrera dijo que los países asiáticos que fueron gravemente afectados por el SRAS (síndrome respiratorio agudo severo) fueron “extremadamente serios al asegurarse de que el covid no devastara los hogares de la tercera edad” y se prepararon de manera que Norteamérica y Europa no lo hicieron.
Se movieron rápidamente para cerrar asilos e introducir medidas como pruebas generalizadas, EPP, controles de temperatura y zonas de aislamiento estrictas. En Corea del Sur era común que el personal se aislara con los residentes y fuera reemplazado cada dos semanas.
De las 247 muertes totales de covid-19 en Corea del Sur, que se habían confirmado al 30 de abril, 84 eran residentes de hogares de mayores, una proporción del 34%. No se han producido grandes brotes en residencias de ancianos desde que se implementaron las medidas.
Hong Kong dice que no ha tenido un solo contagio en un hogar de ancianos, y solo cuatro muertes y un poco más de 1.000 casos en total. En Singapur, solo dos de las 18 muertes ocurrieron entre los residentes de casas de la tercera edad.
“Se ha prestado mucha atención a los hospitales y a la transmisión comunitaria, pero no a los hogares de ancianos. Y creo que eso refleja el bajo estatus que tiene el sector de la atención en muchos países”, dijo Comas Herrera.
Los autores del informe de JAMA sobre Seattle escriben que: “Aunque muchos prefieren no pensar en asilos de ancianos, son una red de seguridad crítica para los adultos mayores frágiles y parte de la estructura de nuestra sociedad”.
Phyllis Padgham, una residente, de 93 años, en el hogar de ancianos de Santa Cecilia, en el Reino Unido, y madre del gerente, le dijo a CNN que estaba ansiosa por salir a caminar y ver a la familia una vez que el mundo vuelva a estar seguro.
“Siempre estoy preocupada”, dijo. “No es bueno para hospitales o asilos de ancianos. Solo quiero que llegue a su fin”.
– Paula Newton, Benjamin Berteau, Sophie Stuber, Valentia DiDonato, Nicola Ruotolo y Claudia Rebaza de CNN contribuyeron con este informe.