(CNN Business) – Cuando Elon Musk fundó SpaceX en 2002, el objetivo asignado de la compañía era llevar humanos al espacio.
Ahora que los astronautas de la NASA Robert Behnken y Douglas Hurley llegaron a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), Musk puede respirar aliviado porque la nave espacial Crew Dragon y el cohete Falcon 9 de su compañía se desempeñaron con éxito durante la misión de este fin de semana. Ahora SpaceX puede considerarse oficialmente la primera compañía en enviar humanos en órbita a bordo de una nave espacial de propiedad privada.
Pero aún no ha terminado. Se avecinan semanas críticas de revisiones técnicas y de seguridad de la nave espacial antes de que la NASA designe oficialmente a Crew Dragon como un vehículo “operativo”. Luego, otra nave espacial Crew Dragon debe estar lista para la próxima misión, llamada Crew-1, que llevará a cuatro astronautas más a la estación espacial: los astronautas de la NASA Victor Glover, Michael Hopkins, Shannon Walker y Soichi Noguchi de Japón.
La NASA espera lanzar Crew-1 en agosto.
La misión que Behnken y Hurley comenzaron durante el fin de semana no se considerará un éxito hasta que regresen de manera segura a la Tierra, pero se espera que su misión dure hasta 110 días, y el viaje a casa será tan peligroso como el viaje a la órbita.
El debut de Crew Dragon, sin embargo, es un hito importante para SpaceX y la NASA, y la misión fue uno de los puntos más grandes que ambas organizaciones tenían que tachar de la lista antes de pasar a objetivos más ambiciosos.
Acceso a la Estación Espacial Internacional
Estados Unidos no había lanzado a astronautas propios al espacio desde que terminó el programa del Transbordador Espacial en 2011. Desde entonces, los astronautas de la NASA han tenido que viajar a Rusia y entrenar en la nave espacial Soyuz del país. Esos asientos le costaron a la NASA hasta 90 millones de dólares cada uno.
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Pero la agencia espacial decidió no crear su propio reemplazo para el transbordador. En cambio, le pidió al sector privado que desarrollara una nave espacial capaz de transportar con seguridad a los astronautas hacia y desde la ISS, una decisión controvertida teniendo en cuenta que la NASA nunca antes había subcontratado el desarrollo de una nave espacial para el traslado de humanos. Se pensaba que las compañías podrían reducir los costos e impulsar la innovación, y la NASA tendría más tiempo y recursos para concentrarse en explorar más profundamente el sistema solar.
En 2014, la NASA otorgó dos contratos: uno de 4.200 millones de dólares a Boeing para construir su vehículo Starliner y uno de 2.600 millones de dólares a SpaceX, que planeaba crear una versión de la nave espacial Dragon que ya estaba trasladando cargamento hacia y desde la ISS que pudiera transportar a una tripulación. La NASA ya había puesto dinero para el desarrollo por parte de SpaceX de la nave espacial Dragon utilizada para transportar carga, y la agencia espacial ha dicho que Boeing recibió más dinero porque estaba diseñando el Starliner desde cero.
Boeing recientemente sufrió un revés significativo cuando una cápsula Starliner no funcionó correctamente durante un vuelo de prueba sin tripulación. Pero si SpaceX puede devolver con seguridad a Behnken y Hurley, será una gran victoria para la NASA, que ha estado presionando por más asociaciones con privados.
En ocasiones, los retrasos en el desarrollo del Crew Dragon y la cápsula Starliner han amenazado con dejar a la porción estadounidense de la ISS con poco personal.
Pero, después de años de anticipación, las cápsulas de Crew Dragon están listas para comenzar a hacer viajes regulares desde y hacia la estación espacial, lo que permite a la NASA tomar más control sobre el personal de la ISS. La agencia espacial espera tener más manos en cubierta, creando más oportunidades para realizar experimentos científicos y manteniendo las operaciones de la estación.
Debido a que el programa Crew Dragon es técnicamente propiedad y está operado por SpaceX, la compañía puede incluso explorar oportunidades para llevar turistas u otros no astronautas al espacio.
El actor Tom Cruise, por ejemplo, está trabajando con la NASA para eventualmente filmar una película a bordo de la ISS, dice la agencia espacial.
Artemis: la próxima misión lunar de la NASA
Las ambiciones de la NASA se extienden mucho más allá de la ISS, que orbita a unos 402 kilómetros sobre la Tierra.
Y el año pasado, el vicepresidente Mike Pence ordenó a la agencia espacial que acelere drásticamente su plan para volver a pisar superficie lunar en los próximos años en esta década. La NASA ahora está presionando hacia 2024 como fecha límite.
SpaceX terminó siendo parte de ese esfuerzo, también llamado Programa Artemis. SpaceX propuso una nueva variante de su cápsula Dragon, Dragon XL, que podría transportar la carga hasta una estación espacial que la NASA planeó poner en órbita alrededor de la luna. Y el mes pasado, SpaceX fue una de varias compañías elegidas para desarrollar aterrizadores lunares, o vehículos que pueden transportar a los astronautas desde la nave espacial Orion de la NASA hasta la superficie lunar.
Para la última tarea, SpaceX propuso usar el sistema Starship, una nave espacial y un cohete de la compañía que están en sus primeras etapas de desarrollo en instalaciones en el sur de Texas.
Musk ha pasado mucho tiempo supervisando ese trabajo en Texas últimamente. Y las últimas iteraciones de los prototipos de Starship no han sobrevivido mucho en los procesos de prueba.
El último objeto de prueba de Starship, llamado SN4, explotó durante los ensayos en tierra en Boca Chica, Texas, la semana pasada.
Las ambiciones de SpaceX en Marte
Musk ha dado todos los indicios de que SpaceX invertirá recursos significativos en el desarrollo de Starship en los meses y años venideros.
La compañía está construyendo un negocio de telecomunicaciones multimillonario, Starlink, que SpaceX espera que ayude a financiar el desarrollo del programa Starship, y continúa recaudando cientos de millones de dólares de inversores privados.
El origen de Starship, después de todo, no está en la NASA ni en su Programa Artemis. Starship está en el centro de la misión fundadora de SpaceX de establecer una colonia de humanos en Marte.
Tecnológicamente hablando, ese hito probablemente aún esté muy lejos de la realidad.
Pero Musk, en declaraciones a reporteros después del lanzamiento del Crew Dragon el sábado, reafirmó su compromiso con Marte mientras celebraba la salida segura de Hurley y Behnken.
“Estoy algo abrumado por la emoción. Intentar encontrar oraciones coherentes que tengan sentido es bastante difícil”, dijo Musk, y luego agregó: “Pero creo que este es, con suerte, el primer paso en un viaje hacia la civilización en Marte”.