(CNN)– Serena Williams confirmó que jugará en el US Open de este año, que comenzará a puertas cerradas el 31 de agosto.
Hubo dudas sobre si las principales estrellas del tenis competirían en la edición de este año, después de que la Asociación de Tenis de Estados Unidos (USTA) propusiera una serie de restricciones para permitir que el evento se lleve a cabo en medio de la pandemia. Sin embargo, la 23 veces campeona de torneos de Grand Slam dijo que estaba ansiosa por llegar a la cancha en Nueva York.
“Siento que la USTA hará un muy buen trabajo para garantizar que todo sea increíble y que todos estén seguros. Será emocionante. Han pasado más de seis meses desde que muchos de nosotros hemos jugado tenis profesional”. dijo Williams en una conferencia de prensa el miércoles.
La ausencia de público será notoria en Nueva York, en uno de los torneos con mejor ambiente del circuito y los jugadores apenas podrán contar con tres invitados como parte de su grupo, mientras no habrá presencia de medios de comunicación en los partidos.
“Ciertamente extrañaré al publico, no me malinterpreten. Solo por estar allí con esa multitud de Nueva York y escuchar a todos alegrarme, realmente extrañaré eso en algunos de esos partidos difíciles. Pero esto es una locura, yo estoy emocionada”, añadió Williams.
El entrenador de Williams, Patrick Mouratoglou, le dijo recientemente a CNN que lo más probable es que extrañe a su mayor en casa si su hija Olympia, de casi tres años, no está con ella.
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El calendario del tenis ya se ha visto gravemente afectado por la pandemia con la cancelación de Wimbledon de este año y el Abierto de Francia pospuesto hasta septiembre y con las fechas confirmadas del 21 de ese mes hasta el 11 de octubre.
Novak Djokovic y Simona Halep fueron dos de los nombres de alto perfil para expresar su preocupación por organizar el torneo en Nueva York con el virus que aún prevalece en Estados Unidos.
Mientras tanto, Rafael Nadal dijo a los periodistas a principios de este mes que no era una situación “ideal”.
Sin embargo, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció el martes que el torneo se llevaría a cabo con una serie de precauciones de seguridad.