(CNN) – Hay una razón por la cual el primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, voló a Santorini a principios de este mes cuando quería anunciar la reapertura de su país al turismo.
Cuando el sol de la tarde comienza a sumergirse detrás del borde del volcán extinto del que forma parte la isla, es una de las oportunidades fotográficas más románticas y hermosas del planeta.
Es una vista que ayuda a hacer de Santorini la isla más visitada de Grecia, que recibe hasta dos millones de turistas al año, muchos de los cuales llegan a los gigantescos cruceros que normalmente se pueden ver estacionados en el medio de la bahía natural.
La isla dará la bienvenida a los visitantes internacionales en avión una vez más a partir del 1 de julio, pero las precauciones por la pandemia de coronavirus significan que su número será mucho menor que antes y que los cruceros no volverán pronto.
Y si bien eso significa que vendrá un tiempo brutal para algunas empresas, otras en la isla están disfrutando de la perspectiva de una nueva era, una en la que la belleza de Santorini pueda florecer sin convertirse en una “máquina que solo creaba dinero”.
Un doble golpe
El impacto de los confinamientos por el covid-19 ya ha sido dramático para un destino que depende del turismo para el 90% de sus ingresos. En el caso de Santorini, el cierre fue un doble golpe ya que la isla había comenzado recientemente a abrir sus hoteles y restaurantes durante todo el año.
Durante este aislamiento forzado, solo se permitió que los residentes de Santorini estuvieran en la isla. Los huéspedes del continente tuvieron que regresar a casa y no se permitió la entrada de nuevos turistas. Sin embargo, el cierre drástico funcionó. No se diagnosticó ningún caso de la enfermedad potencialmente mortal en Santorini.
Aunque la isla se está abriendo nuevamente, todos están siendo cuidadosos. La protección personal no solo será en beneficio de los huéspedes.
“Nadie en Santorini quiere contagiarse de covid”, dice Joy Kerluke, quien dirige la Taberna de Dmitri en la Bahía de Ammoudi. “Tengo que decir que con el confinamiento nos sentimos seguros en Santorini ya que no teníamos casos y nadie venía aquí. Creo que todos disfrutamos el paisaje y la tranquilidad por un tiempo”.
Santorini, con sus iglesias con cúpulas azules y acantilados de cientos de metros, se verá exactamente igual, pero estará inusualmente vacío.
“Esperamos un 15% de los visitantes en comparación con años anteriores”, dice George Filippidis, gerente general del hotel Andronis Suites en Santorini.
“El daño económico será enorme. Operaremos con pérdidas para 2020, pero queremos abrir para ofrecer empleo a nuestro personal y apoyar a la comunidad local que depende totalmente del turismo”.
Tranquilo y sin hacinamiento
La ausencia total de visitantes ha permitido completar varios proyectos importantes. “La nueva terminal en el aeropuerto ahora está operativa”, dice Filippidis. “La nueva carretera que conecta Oia con el aeropuerto y parte del puerto de Athinios también se ha completado, por lo que recorrer la isla será mucho más fácil”.
Para un destino que fue superado solo por Venecia en términos de los problemas con los cruceros, el hecho de que muy pocos de estos enormes buques, si es que los hay, regresarán en 2020 se considera una buena noticia. Cada barco transportaba hasta 3.000 personas en minibuses, y obstruían las carreteras de Santorini.
“Aún no se han confirmado las llegadas de cruceros”, dice Filippidis. “E incluso si comienzan en algún momento, será muy limitado”.
En Dmitri’s Taverna, uno de los pocos restaurantes del muelle que ofrece una vista ininterrumpida de la famosa puesta de sol de Santorini, Kerluke está teniendo que separar las mesas y preparar equipos de protección personal.
“Tendremos menos mesas a lo largo del muelle, lo que para nosotros es difícil ya que ya tenemos una pequeña taberna”, dice. “Y usaremos máscaras y guantes. También habrá antisépticos para nuestros clientes”.
Kerluke, quien llegó de Canadá hace 25 años, dice que hay consuelos.
“Aquellas personas que decidan venir a Santorini lo pasarán en grande”, dice ella. “Verán Santorini, tranquilo y sin hacinamiento como solía ser”.
‘Tiempo extraño’
Además del turismo, el otro pilar de la economía de Santorini han sido sus viñedos. Los únicos vinos de Santorini basados en Assyrtiko se exportan a todo el mundo, y la mayoría de los 18 viñedos de la isla están abiertos a los visitantes.
En este momento, la cosecha 2019 debería estar en restaurantes y supermercados en toda la isla, pero Petros Vamvakousis, gerente de la bodega Venetsanos, dice que el cierre ha interrumpido la distribución.
“Nuestra cosecha 2019 permanece dentro de tanques y barriles de acero inoxidable”, dice. “Debería haberse embotellado entre febrero y abril, pero las cinco personas que harían esto tenían que quedarse en casa. Ahora estamos tratando de ponernos al día”.
“Normalmente producimos 50.000 botellas al año, pero dependemos de las exportaciones, y estas están cerca de cero en este momento. Nuestro distribuidor en Estados Unidos nos informó que mientras los restaurantes permanecen cerrados en Estados Unidos, no hay mercado para el vino de Santorini en EE.UU.”.
Al igual que muchas bodegas, hasta la crisis Venetsanos pudo obtener ingresos a través de degustaciones y visitas guiadas. Empotrada dramáticamente en los acantilados con vistas al puerto de Athinios, la bodega tiene una hermosa terraza donde se sirve vino con bocadillos, pero Vamvakousis dice que el número de personas que pueden recibir se limitará a cuatro o seis por mesa a partir de ahora.
“Estamos viviendo un momento extraño”, dice. “Todo sobre la isla me recuerda al invierno. Muchos restaurantes, cafeterías y hoteles están cerrados. Ahora es verano y es extremadamente extraño que Santorini esté tan tranquilo y solo”.
Deteniendo la ‘máquina’
Vamvakousis dice que es optimista de que los días ocupados volverán una vez más, pero cree que la recesión forzada ayudará a impulsar una reevaluación del futuro de la isla.
“Santorini es uno de los lugares más bellos de la Tierra, pero estoy seguro de que el bloqueo fue útil”, dice. “Detuvo la máquina que solo crea dinero y no se preocupa por el medio ambiente. Ahora es el momento adecuado para pensar qué estaba mal con Santorini. Tenemos derecho a proteger, pero no tenemos derecho a destruir”.
Si bien el dinero será un gran problema en 2020, no todo lo relacionado con la temporada turística interrumpida es un desastre. Gill Rackham, originaria de Gran Bretaña, que ha dirigido el restaurante Lotza y los apartamentos Oia Old Houses con su esposo Vasilis durante más de 30 años, ve beneficios mixtos.
“Hace aproximadamente un mes nuestras reservas de julio se veían bien, aproximadamente el 75% de ocupación, pero ahora se ha reducido al 20% y está cayendo”, dice Rackham. “Pero mi opinión es que dentro de esta catástrofe habrá ganadores. A Santorini se le ha dado un respiro… sin multitudes, sin atascos… sin cruceros”.
Rackham ha notado que “en las playas de Perivolas y Perrissa hay algunas tabernas en funcionamiento, ¡pero la mayoría para los visitantes griegos y atenienses! En otros lugares, los propietarios volverán a abrir para el 1 de julio, que es la fecha esperada para vuelos internacionales”.
Algunos hoteles se han tomado el tiempo de confinamiento de tres meses para repensar cómo interactúan con los huéspedes. “Estaremos ofreciendo nuestros servicios digitalmente”, dice George Filippidis en Andronis.
“Podrá registrarse en línea, pedir cócteles, reservar un crucero en las aguas azules del mar Egeo y verificar cuándo termina su viaje, simplemente usando su dispositivo móvil”.