(CNN) –– El decreto emitido por el gobierno de Donald Trump esta semana, que limita drásticamente la inmigración legal a Estados Unidos, dejó a cientos de personas y compañías ante el desafío de comprender si sus planes futuros quedaron ahora arruinados.
Las visas de trabajo a las que apuntó la decisión de la administración están diseñadas para una variedad de empleos en EE.UU., incluidos los sectores de atención médica, educación y tecnología. Hay algunas excepciones, como las personas que tratan a pacientes de covid-19 o que realizan investigaciones para ayudar a Estados Unidos a combatir la pandemia. Aún así, miles se verán afectados.
El Instituto Migration Policy, un centro de estudios con sede en la ciudad de Washington, estimó que aproximadamente 167.000 trabajadores temporales serán excluidos de Estados Unidos como resultado de las nuevas restricciones, las cuales entraron en vigencia este miércoles.
El gobierno argumentó, en la proclamación de las medidas, que las “circunstancias extraordinarias” planteadas por el coronavirus exigían la suspensión de las visas de trabajo. Sin embargo, defensores de los inmigrantes, las industrias y los expertos señalaron que la administración se está aprovechando de la pandemia para hacer cambios radicales en el sistema de inmigración de la nación y para avanzar en su agenda de reducir la inmigración legal.
“Estaba devastado”
Apenas 24 horas después de que la Casa Blanca emitiera su decreto, Greg Siskind, un abogado de inmigración radicado en Tennessee, ya había sabido de más de 200 personas con miedo, preocupación e incertidumbre frente a su futuro a través de un formulario que publicó en Twitter.
Desde entonces, Siskind ha respondido cientos de preguntas de personas que emigraron a EE.UU., o planeaban hacerlo, con visas de trabajo.
“Toda la prohibición se basa en tratar de ayudar a los trabajadores estadounidenses a conseguir empleos en el país. Parece ser contraproducente”, le dijo a CNN Siskind, cuyos clientes han sido afectados por las nuevas restricciones. “Puedes revisar básicamente todas las visas de la lista y encontrar algún tipo de consecuencias económicas desastrosas que enfrentará una industria en particular”.
Las información que Siskind recibió en los formularios detalla las diversas circunstancias en las que se encuentran muchas personas, incluyendo a doctores preocupados acerca de que futuros residentes médicos del extranjero no puedan venir, a empleados de otros países que no están seguros de si podrán volver a trabajar en empresas estadounidenses, a personas que se dedican a la investigación en universidades y a familias que pueden permanecer separadas.
Entre ellos está Sunil Venugopal, quien tiene una visa H-1B y trabaja en Austin, Texas, como ingeniero. Aunque Venugopal no se verá afectado porque ya está en Estados Unidos, la categoría de visa que aplica para su esposa hace parte de las restricciones. Su esposa, Snehal, viajó a la India con su pequeña hija en enero para presentarle al bebé a su familia. Entonces la pandemia llegó, suspendiendo viajes y consulados.
Durante los últimos meses, la visa para la esposa de Venugopal expiró, y ahora se considera que ella está entre las personas que tienen prohibido ingresar a Estados Unidos. “Estaba devastado”, expresó Venugopal sobre las noticias acerca del decreto.
“Debo trabajar en el lugar donde se supone que tengo que trabajar, así que estoy atrapado en Austin”, le dijo a CNN. “No tengo otra opción diferente a quedarme aquí solo”, añadió.
Venugopal cree que estará separado de su esposa y su hija de 11 meses durante el resto del año.
Las compañías que emplean a trabajadores extranjeros bajo estas visas también han recibido un golpe único.
Nandini Nair, un socio de inmigración en Greenspoon Marder radicado en Nueva Jersey, representa una gama de empresas, incluidas compañías de tecnología, mercadeo y contabilidad, así como consultorios médicos y odontológicos. Nair supo de las compañías casi inmediatamente después del decreto.
“Tengo compañías que piensan que hasta aquí llegó todo, que ya no van a trasladar a nadie”, indicó Nair.
Algunas compañías ya habían gastado miles de dólares en el proceso de las visas. Nair dijo que está conversando con compañías que se preguntan si deberían expandir sus operaciones en el extranjero, en lugar de hacerlo en Estados Unidos.
Sandra Feist, abogada de inmigración radicada en Minnesota, también ha sido contactada de forma similar por profesionales de recursos humanos, en nombre de sus compañías, que están preocupados por los empleados que planeaban trasladar. Feist recordó una conversación en la que le dijeron que si la empresa no puede llevar a su jefe de operaciones a Estados Unidos, “eso será un desastre para ellos”.
¿Ventaja para los trabajadores estadounidenses?
El gobierno de Trump y quienes están a favor de las restricciones inmigratorias sostienen que la idea es prohibir a trabajadores extranjeros y, en su lugar, darles ventaja a los empleados estadounidenses mientras haya una alta tasa de desempleo.
La Casa Blanca expuso su razonamiento en el decreto: “Los trabajadores estadounidenses compiten contra ciudadanos extranjeros por empleos en todos los sectores de nuestra economía, incluso contra millones de extranjeros que ingresan a Estados Unidos para realizar trabajos temporales”.
El decreto continúa: “En circunstancias normales, los programas de trabajadores temporales administrados adecuadamente pueden proporcionar beneficios a la economía. Pero, bajo las condiciones extraordinarias de la contracción económica a raíz del brote de covid-19, ciertos programas de visa no inmigrante que autorizan dicho empleo representan una amenaza inusual para el empleo de trabajadores estadounidenses”.
La medida estará vigente hasta el final de año. Incluye a personas fuera de EE.UU., pero no a residentes permanentes legales, cónyuges o hijos de un ciudadano estadounidense, o aquellos que ya están en el país.
NumbersUSA, que apoya la reducción de la inmigración, indicó en un comunicado: “Para más de 45 millones de estadounidenses que han perdido sus empleos durante esta pandemia, este decreto representa una oportunidad real de recuperar el empleo con un salario digno”.
En una llamada con periodistas este lunes, un alto funcionario del gobierno estimó que las restricciones impiden que trabajadores extranjeros tomen alrededor de 525.000 empleos.
Sin embargo, los críticos argumentan que la decisión no da en el punto.
“Creo que esta es fácilmente la acción más severa que la administración ha tomado hasta ahora contra los inmigrantes legales”, dijo Sarah Pierce, analista de políticas del Instituto Migration Policy.
“El decreto de abril sobre la prohibición de inmigración, esos números se redistribuirán a diferentes categorías. Pero al prohibir estas categorías de no inmigrantes, en realidad está dañando una corriente de inmigración futura a Estados Unidos”, explicó, refiriéndose a una medida anterior que prohibió a personas que emigran del extranjero.
El decreto de esta semana es parte de una serie de cambios en la política de inmigración realizados por el gobierno, bajo el argumento de la pandemia de coronavirus. En abril, la Casa Blanca también emitió un decreto que prohíbe en gran medida la emisión de tarjetas de residencia, conocidas como “green cards”. Esa orden también se ha extendido hasta fin de año.
Pero incluso en ausencia de esos cambios, obtener visas ha sido casi imposible para las personas en el extranjero porque los consulados han sido cerrados. Para muchos de los que están fuera del país, eso significa esperar a que un consulado abra para procesar una visa solo para descubrir ahora que es posible que no puedan realizar su viaje.