La policía antidisturbios dispersa a manifestantes en Minsk, la capital de Bielorrusia, después del cierre de las urnas en las elecciones presidenciales del 9 de agosto.

(CNN) – Protestas estallaron en Belarús (conocido también como Bielorrusia) el domingo por la noche después de que los resultados preliminares mostraran una aplastante victoria electoral del presidente Alexander Lukashenko.

En la capital, Minsk, transmisiones en vivo de Radio Free Europe mostraron a la policía antidisturbios usando gas lacrimógeno y granadas paralizantes para dispersar a los manifestantes.

Después del cierre de las urnas el domingo, la directora de la comisión electoral central de Bielorrusia, Lydia Yermoshina, dijo en el canal de televisión Bielorrusia-1 que Lukashenko estaba por delante en cinco regiones con aproximadamente el 82% de los votos. Las encuestas oficiales a boca de urna publicadas por la agencia de noticias estatal Belta sitúan a Lukashenko con aproximadamente el 80% de los votos, con su principal rival, la candidata de la oposición Svetlana Tikhanovskaya, con aproximadamente el 7%.

La candidata presidencial Svetlana Tikhanovskaya emite su voto durante las elecciones presidenciales en Minsk el 9 de agosto de 2020.

Tikhanovskaya, de 37 años, dijo en una conferencia de prensa el domingo por la noche que no estaba de acuerdo con los resultados. Su campaña sostiene que ella había ganado en docenas de colegios electorales en Minsk.

La organización de seguimiento Golos dijo que contó más de un millón de votos y, según sus cálculos, Tikhanovskaya ganó el 80% de los votos.

Los resultados finales se anunciarán el lunes.

Tikhanovskaya, una exprofesora de inglés, se convirtió en una rival inesperada y en el rostro de la oposición después de reemplazar a su esposo, Sergey Tikhanovskiy, un popular bloguero de YouTube y ex candidato que ha estado encarcelado desde mayo.

Los mítines de su campaña tuvieron una participación significativa incluso en pequeñas ciudades bielorrusas que no son conocidas por su actividad de protesta. Aproximadamente 63.000 personas asistieron al evento más grande en Minsk en julio, lo que la convierte en la manifestación más grande de la última década.

Tikhanovskaya unió fuerzas con dos mujeres que dirigieron otras campañas de oposición después de que sus candidatos también fueran excluidos o encarcelados. Lukashenko las había calificado de “pobres niñas” en su informe de gobierno anual el martes y dijo que no “entregará el país”.

La noche antes de las elecciones, la campaña de Tikhanovskaya dijo que ella huyó de su apartamento y se escondió debido a preocupaciones de seguridad después de que la policía detuviera a varios de sus altos funcionarios. Los críticos calificaron la medida como un intento de intimidar a la oposición antes de la votación crucial. Su asesora, Veronika Tsepkalo, huyó de Bielorrusia a Moscú por razones de seguridad, dijo la campaña el domingo.

La policía antidisturbios detiene a un grupo de manifestantes durante una protesta después del cierre de las urnas en las elecciones presidenciales de Bielorrusia, en Minsk, el 9 de agosto de 2020.

La jefa de campaña de Tikhanovskaya, Maria Kolesnikova, también fue llevada a una comisaría de policía para ser interrogada la víspera de la votación. Un día antes de eso, la jefa de campaña María Moroz fue detenida brevemente.

Apodado “el último dictador de Europa”, Lukashenko ha gobernado la ex república soviética de más de 9 millones de personas desde 1994. Durante mucho tiempo ha sido objeto de críticas internacionales por reprimir la disidencia y la policía secreta del país, todavía conocida como KGB, a menudo detiene y hostiga a activistas de la oposición y periodistas independientes.

En el período previo a las elecciones, las fuerzas del orden aparentemente intensificaron sus esfuerzos de represión cuando la policía antidisturbios realizó múltiples arrestos para disolver las manifestaciones improvisadas contra el presidente. Los medios de comunicación locales advirtieron sobre una posible suspensión de Internet en caso de que estallaran protestas en todo el país.

Considerada como uno de los desafíos más difíciles al gobierno de 26 años de Lukashenko, esta fue la sexta campaña de reelección del hombre fuerte de Bielorrusia. Miles de partidarios de la oposición habían salido a las calles en las últimas semanas para expresar su descontento con la situación económica del país, la mala respuesta al coronavirus y la falta de libertades personales y reformas.

La votación registró una participación masiva, según datos oficiales, y el Comité Electoral Central del país informó de una participación del 65,19% a las 2 pm hora local del domingo.

Sin embargo, el acceso a Internet se ha restringido en gran medida y se ha suspendido por completo en el centro de Minsk, según informes locales.

El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, con su hijo Nikolai en Moscú.

NetBlocks, una ONG que rastrea los cortes de Internet en todo el mundo, dijo en un tuit el domingo por la noche: “Varios proveedores de Internet en Bielorrusia han perdido el enrutamiento cuando los colegios electorales comienzan a cerrar a las 8:00 p.m.; los datos de red geolocalizados confirman que la nueva interrupción tiene un impacto a escala nacional, lo que limita aún más la visibilidad de los eventos”.

La mayoría de las aplicaciones y sitios web tardaban más en cargarse, incluidos Whatsapp, Viber y Facebook Messenger. Telegram Messenger, que sirve como la principal herramienta de comunicación para la oposición bielorrusa, no estuvo disponible en ocasiones o solo se pudo acceder a él a través de servidores proxy.

Observadores independientes en Bielorrusia, como el grupo de monitoreo voluntario “Honest people” (Gente honesta), dijeron que también encontraron discrepancias significativas entre la participación anunciada oficialmente y la cantidad de personas que ingresaron a los colegios electorales que pudieron contar.

A la mayoría de los observadores independientes se les prohibió monitorear las elecciones. Decenas de observadores independientes fueron detenidos el sábado y la madrugada del domingo, según las iniciativas “Honest people” y “Right to choose” (Derecho a decidir).

La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa dijo en julio que no enviaría observadores a Bielorrusia porque no había sido invitada por las autoridades del país.

Los ministerios de Relaciones Exteriores de Francia, Alemania y Polonia dijeron que estarían monitoreando las elecciones con “gran preocupación” debido a “informes preocupantes de irregularidades electorales durante la votación anticipada”. Los tres países dijeron que al Consejo Europeo tampoco se le permitió supervisar el proceso electoral.

Contribuyeron el periodista Mikalai Anishchanka en Minsk y Barbara Wojazer de CNN.