Washington (CNN) – Han pasado cuatro meses desde que se emitieron la mayoría de los cheques de estímulo de US$1.200 dólares del gobierno federal. El impulso federal de US$ 600 por semana de subsidios por desempleo expiró hace tres semanas, junto con una moratoria sobre los desalojos. Muchas pequeñas empresas ya han gastado el dinero de sus préstamos federales de emergencia.
Si bien el presidente Donald Trump ha intentado llenar parte del vacío a través de la acción ejecutiva, las discusiones en el Congreso sobre el restablecimiento de cualquiera de esos programas o la creación de otros nuevas medidas se han estancado, y no se espera ningún progreso hasta septiembre como mínimo, incluso cuando la economía continúa tambaleándose.
Desde finales de julio, alrededor de una docena de personas más se presentan cada día para conseguir un almuerzo gratis en bolsas en un centro para personas sin hogar en el noroeste de Washington, donde las tiendas de campaña salpican los parques y las esquinas del vecindario. Más de un tercio son nuevos en el centro Charlie’s Place, que también distribuye ropa y comestibles.
“La gente ha perdido sus trabajos. Ya no reciben dinero de estímulo. Simplemente no pudieron aguantar”, dice Reggie Cox, director del centro.
Hay apoyo de ambos partidos para enviar una segunda ronda de cheques, extender al menos algunos beneficios de desempleo y permitir que las pequeñas empresas soliciten otro préstamo para poder pagarles a sus trabajadores. Pero los republicanos, que controlan el Senado, y los demócratas que dirigen la Cámara, permanecen muy separados en los detalles incluso después de semanas de conversaciones en julio.
“Cualquiera que sea su afiliación política, ¿cómo podría no querer ayudar a esta gente? Tiene buen sentido político hacer lo correcto aquí”, dijo Cox. “Nuestros huéspedes ciertamente piensan de esa manera”.
Millones de personas todavía están desempleadas
El paquete de ayuda financiera que el Congreso aprobó en marzo hizo llegar dinero a la gente con bastante rapidez en un momento en que los legisladores no esperaban que la pandemia durara tanto como lo ha hecho. Esto compensó con creces la disminución de las ganancias, según un informe de investigadores de la Universidad de Chicago y la Universidad de Notre Dame.
Pero la economía está lejos de recuperarse. El gasto del consumidor ha bajado un 8% desde enero y el número de pequeñas empresas abiertas ha caído casi un 20%. La tasa de desempleo, del 10,2%, sigue siendo más alta que en cualquier otro momento durante la Gran Recesión.
Algunas personas todavía esperan semanas para recibir sus beneficios de desempleo. Casi un millón de personas solicitaron el desempleo por primera vez la semana pasada y más de 15 millones seguían reclamando los beneficios. Muchos estados siguen abrumados por la cantidad sin precedentes de solicitudes que deben procesar.
Pero a diferencia de principios de año, cuando las personas también recibían cheques de subsidios, los auxilios estatales de desempleo pueden ser el único programa de red de seguridad que pueden aprovechar en este momento, al igual que algunos pierden la protección contra el desalojo
“Hay una creciente sensación de pánico”, dijo Behnaz Mansouri, un abogado del Proyecto de Ley de Desempleo en Washington, que está ayudando a las personas a luchar contra las reclamaciones denegadas.
“Habiendo recibido varios apoyos, la gente estaba manejando su miedo. Pero ya no tienen esa red de seguridad financiera”, dijo.
El decreto de Trump está causando confusión
Con el Congreso estancado, Trump firmó varios decretos, intentando entregar ayuda financiera a los estadounidenses. Pero dada la autoridad limitada del poder ejecutivo para gastar dinero, las acciones hacen poco de lo que prometió.
Trump dijo en un memorando que proporcionaría US$ 400 adicionales a la semana en beneficios de desempleo, con la intención de reemplazar el beneficio de US$ 600 la semana que venció el 31 de julio.
Pero en realidad, el beneficio totalizará US$ 300 a la semana a menos que los estados con problemas de efectivo aporten el beneficio adicional de US$ 100.
Además, podrían pasar semanas antes de que alguien reciba ese dinero porque los estados tendrán que establecer un sistema completamente nuevo para administrar esos beneficios, y es posible que el dinero solo dure unas pocas semanas.
Hasta el martes, siete estados habían solicitado los nuevos fondos, según el Departamento de Trabajo. Florida, donde el subsidio de desempleo estatal máximo es uno de los más bajos del país, no fue uno de ellos. Los estados tienen hasta el 15 de septiembre para postularse.
“Recibimos llamadas constantemente”, dijo Laurie Yadoff, abogada de Coast to Coast Legal Aid of South Florida, sobre el nuevo beneficio.
“Preguntan, ‘¿Qué me va a pasar?’ Dicen que tienen pagos atrasados en sus facturas, multas por intereses en sus tarjetas de crédito y les deben a los amigos y familiares de los que pidieron prestado”, dijo Yadoff. “Ellos creen que yo sé lo que está pasando y no lo sé”.