(CNN) –– El hombre conocido como el infame Asesino de Golden State, Joseph DeAngelo, aseguró este viernes que “realmente lamentaba” sus crímenes antes de ser sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
DeAngelo, un expolicía de California que confesó 13 asesinatos y decenas de violaciones, aterrorizó a sus víctimas en las décadas de 1970 y 1980.
“Cuando una persona comete actos monstruosos, debe ser encerrada en un lugar donde nunca pueda lastimar a otra persona inocente”, sostuvo el juez de la Corte Superior de Sacramento Michael Bowman.
Antes de la sentencia, DeAngelo, que vestía el uniforme naranja prisión y una camisa blanca, se levantó de su silla de ruedas y se quitó una mascarilla blanca. Entonces, les dijo a los familiares de sus víctimas, muchos sentados en el amplio recinto: “He escuchado todas sus declaraciones, cada una de ellas y realmente lamento a todas las personas que lastimé”.
En junio pasado, DeAngelo se declaró culpable de violar a más de 50 mujeres y asesinar a 13 personas. Como parte de un acuerdo de culpabilidad, también admitió delitos de los que no ha sido acusado.
Bowman le impuso 11 cadenas perpetuas consecutivas sin libertad condicional, más una cadena perpetua adicional y otros ocho años de prisión. El juez señaló que las declaraciones judiciales de las víctimas y sus familias “siempre se quedarán” con él.
“Me conmovió su coraje, su gracia, su fuerza, todas cualidades que claramente a usted le faltan”, dijo Bowman dirigiéndose al acusado.
“Esta es la sentencia máxima absoluta que la corte puede imponer según la ley”, agregó el juez. “Y aunque la corte no tiene poder para determinar dónde será encarcelado el acusado, los sobrevivientes han hablado: claramente, no merece piedad”.
Las víctimas y los familiares aplaudieron y, momentos después, el acusado fue retirado en silla de ruedas del gran auditorio donde se llevó a cabo la sentencia para permitir el distanciamiento social.
Los fiscales pidieron la pena máxima mientras recordaban a las víctimas “sin voz” y su sufrimiento “indescriptible”. Se refirieron al asesino como el hombre del costal, el diablo, un loco y una bestia que nunca volverá a caminar por las calles.
Por su parte, los abogados defensores leyeron cartas de amigos y familiares de DeAngelo, en las que describían al padre del acusado como un militar rígido y mujeriego que abusó del asesino cuando era niño. Una sobrina escribió que DeAngelo le salvó la vida después de que fue abusada físicamente por su propio padre.
Este jueves, la exesposa de DeAngelo rompió su silencio en una declaración presentada ante tribunal, pero que no se esperaba fuera leída en voz alta. Sharon Huddle, una abogada de Sacramento que se casó con DeAngelo en 1973, dijo que las acciones de él han tenido un efecto “devastador y generalizado” en su vida.
“Nunca seré la misma persona”, escribió. “Ahora vivo todos los días con el conocimiento de cómo atacó y dañó gravemente la vida de cientos de personas inocentes y asesinó a 13 personas inocentes que eran amadas y que ahora han sido extrañadas durante 40 años o más”, agregó.
Huddle nunca se refirió a DeAngelo por su nombre y lo llamó “el acusado” en todo momento.
“He perdido la capacidad de confiar en las personas”, dijo. “Confié en el acusado cuando me dijo que tenía que trabajar, que iba a cazar faisanes o que iba a visitar a sus padres a cientos de kilómetros de distancia. Cuando yo no estaba, confiaba en que estaba haciendo lo que me dijo que estaba haciendo”, relató.
Un violador en serie conocido por muchos nombres
Durante su ola de crímenes, que se extendió por California, Joseph James DeAngelo fue conocido como el Asesino de Golden State, el el Violador del Área Este, el Acosador Nocturno Original y el Saqueador de Visalia.
Una a una, las víctimas y sus familiares subieron al estrado y describieron con aterradores detalles los horrores que les infligió el expolicía.
Una mujer, que tenía solo 7 años y dormía cuando su madre fue atada y violada por DeAngelo, lo describió amenazando a su mamá para que no hiciera ningún sonido que la despertara.
“Amenazó con cortarme la oreja y llevársela”, dijo. Cuando se despertó, “pude sentir el mal, luego se desató el infierno”.
Comparándolo con el ficticio asesino en serie caníbal Hannibal Lecter, dijo que DeAngelo era “la prueba de que los monstruos son reales. Yo había conocido al hombre del costal”.
Otros hablaron de entumecimiento en sus manos que duró meses porque sus muñecas fueron atadas fuertemente en los ataques.
Más de 40 años después de los ataques, la mayoría de las víctimas hablaron de cicatrices vitalicias. Muchas mostraron valor y mencionaron el hecho de no no permitir que sus vidas fueran definidas por estos incidentes y encontrar su camino hacia la felicidad a pesar del daño indeleble de DeAngelo.
La ira crecía a lo largo las declaraciones. “Que se pudra en el infierno”, dijo Karen Veilleux en nombre de su hermana Phyllis. Otra mujer llamó “subhumano” a DeAngelo y le mostró agresivamente su dedo de en medio.
DeAngelo se declaró culpable para evitar la pena de muerte. Un hombre que habló en nombre de su madre dijo que el esfuerzo era inútil.
“Es posible que muchas personas deseen ejecutar la pena de muerte por sí mismas, pero ¿no lo ves? La sentencia ya se ha dictado. Te han quitado toda tu vida, pero eres demasiado estúpido para darte cuenta”, dijo.
Seis condados presentaron cargos en su contra
Las víctimas en uno de los seis condados que presentaron cargos en su contra votaron unánimemente para aceptar su declaración de culpabilidad.
“La declaración de culpabilidad de hoy nunca devolverá a los seres queridos ni restablecerá la sensación de seguridad que se destrozó, pero ahora, después de 40 años de incertidumbre, decenas de víctimas y una nación escucharon a la persona responsable de este reino de terror finalmente admitir que él ––y solo él–– es responsable”, dijo el fiscal de distrito del condado de Orange Todd Spitzer, en el momento del acuerdo con la fiscalía.
Las víctimas y sus familias esperaron durante décadas para obtener justicia y desenmascarar al hombre que se infiltraba para atacar inicialmente a mujeres solas o con sus hijos y luego a parejas en sus hogares.
Sus crímenes se extendieron durante las décadas de 1970 y 1980. Una base de datos genealógica gratuita finalmente les dio a las autoridades la prueba que necesitaban para arrestar a DeAngelo en 2018.
“En este caso la justicia no se movió rápidamente, tardó mucho en llegar. Sin embargo, nuestras víctimas se mantuvieron firmes y valientes durante todo este proceso”, dijo la fiscal de distrito del condado de Contra Costa, Diana Becton, en un comunicado de prensa en junio pasado.