Danielle Morgan, profesora asistente de la Universidad de Santa Clara, y su hermano Carlos Fuentes fueron interrogados por un guardia de seguridad del campus.

(CNN) –– Danielle Morgan, una profesora negra en la Universidad de Santa Clara, estaba bailando en su habitación durante la mañana del sábado cuando fue interrumpida por un golpe en su puerta, según relató.

Afuera se encontraba su hermano, Carlos Fuentes, quien estaba de visita en el campus después de ocho meses de estar separados debido a la pandemia. A su lado había un agente de policía del campus que lo siguió hasta la casa de su hermana.

Entonces, Morgan recuerda que su hermano le dijo: “Lamento mucho esto. Están exigiendo que salgas y respondas por mí”.

“Le pregunté [al guardia] cuál era el problema y me dijo que mi hermano estaba ‘en los arbustos’ y que era ‘sospechoso’, y pensaron que podría haber sido un desamparado”, escribió Morgan en un hilo de Twitter en el que detalló la terrible experiencia. Ella confirmó los detalles del incidente, que compartió en las redes sociales, en una entrevista con CNN.

“Le cuestioné por qué necesitaba mostrar una identificación en mi propia casa. Él dijo ‘Bueno, no es tu casa. La Universidad es la dueña’”.

Según Morgan, su hermano de 32 años había estado en el campus del norte de California durante la mañana, leyendo sus libros y trabajando en su computadora cuando fue abordado por seguridad en medio de una reunión de trabajo. Después de que le pidieron que se fuera, cuatro patrullas lo siguieron mientras se alejaba.

El agente que siguió a Fuentes a su casa le exigió a Morgan que le mostrara su identificación del campus y probara que la casa en la que estaba, una de las viviendas para profesores de la universidad, en realidad era suya.

“Les dije que yo era uno de los siete profesores negros en la Facultad de Artes y Ciencias y que nuestra población estudiantil es 2% negra”, indicó Morgan, quien ha estado en la universidad durante cuatro años. “Les dije que la antinegritud que defienden y practican es parte de la razón”.

El incidente, que según Morgan ha causado problemas de salud física y “un trauma psicológico horrible” tanto para ella como para su hermano, ahora es investigado por las autoridades de la universidad.

“A la profesora Danielle Morgan y su familia: Lamento profundamente el incidente doloroso que sucedió hoy en la Universidad de Santa Clara”, escribió el presidente de la institución, Kevin O’Brien S.J, en una carta a la comunidad del campus. “Ningún trabajo es más importante que nuestros esfuerzos por lograr un campus más inclusivo, acogedor y seguro donde todos sean respetados y valorados”.

Pero Morgan dijo que está cuestionando su seguridad en el campus.

“La mañana comenzó mientras yo bailaba porque estaba muy feliz, por primera vez en mucho tiempo, de tener a mi hermano aquí conmigo”, le dijo Morgan, de 36 años, a CNN.

“Y de repente me interrumpieron en un lugar donde se supone que debo estar a salvo. Sabemos por la historia y el presente, que los negros no están seguros en sus hogares. No estamos seguros en la iglesia, no estamos seguros en las calles, no estamos seguros en nuestras aulas. Entonces, ¿dónde encontramos refugio?”.

Junto a una investigación, O’Brien aseguró que los agentes de seguridad del campus recibirán capacitación sobre perfil racial en las próximas semanas. También señaló que la universidad está preparada para contratar a un investigador externo “si es necesario”, según la carta.

El presidente de la universidad, el decano de su departamento y el director de la Oficina de Diversidad e Inclusión de la universidad se comunicaron con ella después del incidente, dijo Morgan.

Pero ella agregó que sigue siendo solo una de los miles de estudiantes y profesores negros que han sido “interrogados, detenidos y se les ha hecho sentir que no pertenecen”.

Danielle Morgan.

“Podría haber sido mucho peor. Podría haber terminado en una etiqueta, con mi hermano arrestado o asesinado”, agregó Morgan. “Vemos esto a diario en Estados Unidos. Así que, aunque duele, tenemos una sensación de alivio y una extraña sensación de gratitud”.

Incluso antes de su incidente con la seguridad del campus, Morgan señaló que nunca se sintió completamente cómoda en el campus. Nunca caminaba sola por la noche y llevaba su identificación del campus dondequiera que fuera en caso de que alguien no creyera su posición.

Ahora, dijo Morgan, está luchando por descubrir cómo puede seguir adelante y sentirse segura en un lugar que siempre ha amado, pero que ahora siente que “no la ama recíprocamente”.

“La razón por la que mi historia se ha extendido, la gente ve que mi hermano es músico, se presentó en el Carnegie Hall, ganó premios, da lecciones de piano y yo soy una profesora educada en la Ivy League, y creo que somos víctimas ideales porque es fácil decir que no debería habernos pasado a nosotros”, añadió Morgan.

“Pero esto no debería pasarle a nadie, sin importar su educación o su posición. Esto es atroz porque esto no debería pasarle a la gente negra. Punto”.