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(CNN) – Un comprador aprendió una costosa lección cuando funcionarios de aduanas de Australia destruyeron su bolso de piel de cocodrilo de US$ 19.000 porque ingresó al país sin la licencia de importación correcta.

La Fuerza Fronteriza de Australia (ABF, por sus siglas en inglés) confiscó la bolsa Saint Laurent, comprada en línea en una boutique en Francia, desde un depósito de carga en Perth, Australia Occidental, en enero.

El comprador había gastado 26.313 dólares australianos en el bolso, según el gobierno australiano.

Si bien los productos de cocodrilo pueden ingresar al país, su acceso está controlado por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) para garantizar que no estén vinculados al comercio ilegal de vida silvestre.

Aunque el comprador había obtenido una licencia de exportación de Europa, no tenía un permiso de importación CITES para Australia, dijo el Departamento de Agricultura, Agua y Medio Ambiente en un comunicado.

Como resultado, dijo el departamento, confiscó el bolso. Sin embargo, decidió no emprender ninguna otra acción contra el comprador.

Al hablar sobre el incidente, la ministra de Medio Ambiente, Sussan Ley, advirtió a los importadores que deben tener los permisos correctos para ingresar ciertos productos al país.

“Todos debemos ser conscientes de lo que compramos en línea, ya que restringir el comercio de productos animales es crucial para la supervivencia a largo plazo de las especies en peligro”, dijo Ley, y agregó que Australia vigila de cerca lo que entra y sale del país.

Jason Wood, el ministro adjunto de Aduanas, Seguridad Comunitaria y Asuntos Multiculturales, dijo que el país busca artículos importados ilegalmente, incluidos “accesorios de moda, baratijas turísticas, pieles, animales de taxidermia y marfil”.

Una piel de lobo gris canadiense se encuentra entre los artículos incautados recientemente por los oficiales de ABF en Perth.

En Australia, los delitos relacionados con el comercio de vida silvestre se pueden castigar con hasta 10 años de prisión y una multa de 222.000 dólares australianos.