(CNN Español) –– El empresario argentino Lázaro Báez dejó la cárcel luego de que la justicia decidiera otorgarle la prisión domiciliaria, pero un grupo de vecinos impidió durante la noche de este lunes su ingreso al barrio privado donde debe cumplir el arresto.
El exsocio de la familia Kirchner salió este lunes por la noche del penal de Ezeiza para cumplir con el arresto domiciliario pero debió regresar a la cárcel horas más tarde. Un grupo de vecinos impidió el ingreso del vehículo del Servicio Penitenciario Federal que trasladaba a Báez hacia una casa en un barrio privado en la localidad de Pilar, en la provincia de Buenos Aires, según las imágenes trasmitidas en vivo por el canal Todo Noticias.
Con sentadas, insultos y pancartas contra Báez, los vecinos evitaron varios intentos de ingreso a la vivienda, lo que habría obligado a las autoridades a volver a trasladar al empresario a la cárcel de Ezeiza hasta que se dispongan nuevas medidas, según la agencia oficial Télam.
El empresario de la construcción obtuvo este lunes el arresto domiciliario, bajo monitoreo electrónico, según lo dispuso uno de los tribunales que lo juzga en un fallo al que accedió CNN. Es juzgado por presunto lavado de unos 55 millones de dólares y por supuesta corrupción en la obra pública durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, según consta en los expedientes. Báez y la actual vicepresidenta siempre han negado las acusaciones.
El empresario estaba detenido con prisión preventiva en una cárcel federal desde abril de 2016. Según las leyes en Argentina, el plazo máximo de la medida es de hasta tres años. El tribunal que le concedió la prisión domiciliaria se había opuesto al beneficio pero la Cámara Federal de Casación hizo lugar a un pedido de la defensa.
Báez es juzgado en dos juicios orales y públicos por presunto lavado de dinero y por supuesta corrupción en la obra pública durante los gobiernos de los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández. En ambos procesos había obtenido la excarcelación, al igual que en un tercer juicio pendiente por otro caso de presunto lavado de activos, pero tiene dictada la prisión domiciliaria en un cuarto expediente por supuesto lavado. En todos los expedientes, el empresario niega haber cometido delitos.
Su prisión domiciliaria había sido autorizada en marzo de este año debido al contexto de la pandemia por covid-19, ya que el empresario es población de riesgo, según un informe del Servicio Penitenciario Federal.