(CNN) – A 53 días de que los votantes decidan el destino político de Donald Trump, el jueves hubo movimientos que sugieren que la caída libre en la que ha estado el presidente durante meses no solo ha terminado, sino que el panorama del Colegio Electoral puede estar comenzando a retroceder en su dirección, aunque sea ligeramente.
La gran noticia surgió del Informe Político de Cook, uno de los servicios que hacen los modelos electorales más importante del país (lo que en EE.UU. se conoce como political handicapping services). Cook movió dos estados –Florida y Nevada– en la dirección del presidente. Florida se movió de “se inclina a favor de los demócratas” a “incierto”. Nevada, por su parte, pasó de “lo ganarán los demócratas” a “se inclina a favor de los demócratas”.
“La ventaja de Biden en el Colegio Electoral se ha reducido a 279 contra 187 para Trump”, escribió Amy Walter de Cook sobre los movimientos. “A principios de este verano, Biden tenía una ventaja de 308 a 187”, explicó.
The Economist también actualizó su modelo electoral el jueves y escribió lo siguiente:
“A principios de junio, The Economist publicó su propio modelo de previsión estadística para la contienda presidencial de este noviembre a fin de orientar el modelo electoral. En aquel entonces, le daba a Donald Trump, en el mejor de los casos, una posibilidad entre cinco de ganar un segundo mandato. Pero en julio, cuando los disturbios y el coronavirus devastaron la nación, sus probabilidades se habían desplomado hasta una de cada diez. Allí permanecieron hasta mediados de agosto. Ahora, nuestro modelo muestra que Trump ha recuperado una gran cantidad de apoyo”.
Una pregunta difícil de responder
Todo lo cual nos lleva a la pregunta: ¿estamos viendo la agitación de un regreso real de Trump? ¿O es el movimiento efectivamente un rebote de gato muerto en lugar de una señal de una mayor probabilidad real de que Trump derrote al exvicepresidente Joe Biden el 3 de noviembre?
Esa pregunta es difícil de responder con algún tipo de certeza por algunas razones. La más notable es que todavía estamos a 53 días de las elecciones. Además todavía estamos en las garras de una pandemia que se proyecta que matará a más de 400.000 estadounidenses para fin de año. También en medio de una conversación nacional sobre la raza que ha provocado protestas, pacíficas y violentas, en todo el país. Y con la persona menos predecible o tradicional de la Casa Blanca en la historia moderna de Estados Unidos.
En resumen: los últimos dos meses antes de una elección son siempre caóticos y algo impredecibles. Esto se cuadruplica en esta elección.
El electorado es como una banda elástica
Pero el simple hecho de que no podamos decir nada definitivo no significa que no haya nada que ver aquí. Y lo que estos últimos movimientos en el mapa electoral parecen ser es una especie de retorno a la normalidad en el electorado en oposición a cualquier movimiento importante a favor de Donald Trump.
Piénsalo de esta manera: el electorado es como una banda elástica. La doble crisis de verano de la muerte de George Floyd y el creciente número de muertos en Estados Unidos por el coronavirus estiró esa banda elástica fuertemente en la dirección de Biden, ya que los votantes perdieron rápidamente la confianza en la capacidad del presidente para hacer frente de manera efectiva a la pandemia y/o dirigir un diálogo nacional serio sobre raza y acción policial. Todo lo que ha sucedido en el último mes es que la banda elástica ha vuelto un poco más cerca de su nivel normal de tensión. No ha comenzado a estirarse en la dirección de Trump y, de hecho, todavía está más a favor de Biden, aunque un poco menos que, digamos, hace dos meses.
Considera que si bien los cambios en las calificaciones de Cook hacen más estrecha la ventaja de Biden en el Colegio Electoral, incluso con Florida (y sus 29 votos electorales) nuevamente en “incierto”, Biden tiene 279 votos electorales en sus proyecciones. Que son nueve más de lo que necesita para ser elegido en noviembre. Y que si bien el modelo de The Economist ahora le da a Trump una mayor probabilidad de ganar que este verano, G. Elliott Morris, un periodista de datos que escribió el artículo sobre las últimas proyecciones, señaló esto en Twitter:
“El contexto es clave también. Nosotros le dimos a Trump menos de la mitad de las oportunidades que tendríamos en este punto en (20)16 si corriéramos el mismo modelo. Las últimas 2 semanas (posteriores a la convención) suelen ser las mejores del ciclo. Sin embargo, las encuestas se movieron modestamente, si es que lo hicieron, y las probabilidades de POTUS son solo 3 puntos mejores”.
Y también está esto: el liderazgo de Biden en las encuestas nacionales se ha mantenido estable durante meses. Por el momento, la encuesta de encuestas de CNN sitúa a Biden con un 51% de intención de voto y a Trump con un 43%.
Dada la profunda polarización en el país –Trump es, según Gallup, el presidente más polarizador en la historia de Estados Unidos– una cierta regresión a la media, electoralmente hablando, parece algo inevitable a medida que se acerca el día de las elecciones. No somos un país en este momento en el que un candidato presidencial de cualquiera de los partidos probablemente obtenga una victoria masiva.
Esto no es para decir que Donald Trump no pueda ganar. Puede absolutamente. Pero es para decir que él, a pesar de algunos movimientos recientes en lugares como Florida y Nevada (e incluso Pensilvania) a su favor, sigue en clara desventaja para vencer a Biden por 270 votos electorales. Todavía.