(CNN Español) –– “Hemos sido ridiculizados, ignorados, nos han mentido y nos han tratado con mala fe, muchas vidas han sido rotas”, nos dice Matthew Ineson, un inglés de 52 años nacido en West Yorkshire, condado de Inglaterra, quien denuncia que fue víctima de abuso sexual por un sacerdote de la Iglesia anglicana.
Ineson maneja hoy su propio negocio en el norte del país y trata de seguir adelante con su vida, pero su teléfono se inundó de llamadas tras el reporte publicado por la Investigación Independiente del Reino Unido sobre Abuso Sexual Infantil (IICSA, por sus siglas en inglés), basado en denuncias de abuso en la Iglesia de Inglaterra.
Ineson autorizó que su nombre se haga público en el reporte. Su caso y los detalles del sacerdote acusado de abuso forman parte del mismo informe que concluye que la Iglesia anglicana no cuidó a los niños y jóvenes de abusadores sexuales que pertenecían a su organización.
La Iglesia de Inglaterra, por muchas décadas, “no protegió a los niños y jóvenes de los abusadores sexuales, facilitando en cambio una cultura donde los perpetradores podían esconderse y las víctimas se enfrentaban a barreras para reportarlos, las cuales no podían superar”, aseguró Alexis Jay, presidenta de la IICSA, en un comunicado divulgado luego de la publicación del informe. Jay fue designada en 2016 para liderar la IICSA por la entonces ministra del Interior de Gran Bretaña, Amber Rudd.
La historia de Matthew Ineson
Para Ineson, la Iglesia de Inglaterra siempre significó gran parte de su vida, ya que él integró el coro, ejerció de monaguillo y fue ordenado sacerdote en el año 2000.
En diálogo con CNN a través de Skype, Ineson cuenta que fue en 1984, cuando tenía 16 años, que fue abusado sexualmente por el sacerdote Trevor Devamanikkam.
Según relata Ineson, su abuela, quien lo cuidaba, pasaba por dificultades económicas y cuando buscó consejo con el sacerdote de su parroquia, le ofrecieron que el joven Matthew viviera con Devamanikkam por un tiempo.
“La segunda noche que pase allí, vino a mi habitación, se acomodó al final de la cama, me pregunto cómo estaba, si necesitaba algo. Luego, puso sus manos debajo del cubrecama y trato de jugar con mis partes íntimas. ‘¿Te gusta, no?’, me dijo. Yo respondí: ‘No’”, dice Ineson a CNN.
“Estaba en estado de shock, totalmente congelado”, añade. Y Devamanikkam hizo lo mismo la siguiente noche, nos cuenta.
Según relata, poco después, el sacerdote le informó que un invitado llegaría a quedarse con ellos y para hacer espacio, el joven tenía que dormir en la misma habitación que él.
“Esa fue la noche cuando me violó. Puso sus brazos alrededor mío y me forzó”, cuenta. “Y lo mismo paso varias veces”, añade Ineson.
La versión de Ineson es también detallada en el reporte de la IICSA. “Al compartir la cama durante semanas, Devamanikkam violó a Matthew Ineson por lo menos 12 veces y también lo abusó sexualmente”, indica el informe.
El sacerdote amenazó a Ineson si lo reportaba.
“No debes decirle esto a nadie. Si tu familia se entera, te culparán a ti, tu abuela estaría disgustada contigo”, recuerda Ineson que le dijo el sacerdote.
Ineson cuenta que en ese momento ya no sabía qué hacer: “No tenía a dónde ir, no contaba con dinero, ni nada”.
“El sacerdote era respetado”, añade.
Un par de meses después, el joven abandonó la casa del religioso. Este hecho sucedió luego de la intervención del obispo de Bradford, pero nunca se supo la razón de esta medida, nos explica Ineson. Un día antes, su abuela habló con Devamanikkam, pero ella no le reveló el contenido de la conversación. Ineson cree que su abuela pudo sospechar lo que ocurría.
Los años pasaron y en 2012 Ineson decidió revelar su abuso. Cuando aún era sacerdote se enteró de una denuncia de abuso en la escuela primaria local. Inerson le relató a su superior lo que le ocurrió años atrás: “Me pasó a mí y como sacerdote de una parroquia no iba a dejar que esto les suceda a dos niños más”.
Ineson dice que su revelación no fue tomada en cuenta y por esa razón decidió renunciar a la Iglesia de Inglaterra en mayo de 2013. Según cuenta a CNN, luego denunció el caso formalmente ante las autoridades religiosas y más tarde a la policía.
“Lo revelé ocho veces oficialmente a cuatro obispos y a un arzobispo. Nadie hizo nada”, explica Ineson con frustración e indignación.
La policía finalmente procesó su caso en 2017 y acusó a Devamanikkam de tres cargos de violación anal y tres de abuso sexual por hechos ocurridos entre marzo de 1984 y abril de 1985 contra el sacerdote Ineson, informa el reporte de IICSA. Devamanikkam no respondió a los cargos ni enfrentó la justicia por estas acusaciones, ya que en un inesperado giro, en junio del mismo año, se suicidó un día antes de aparecer en su primera audiencia en la corte.
El reporte
El reporte publicado por IICSA, que fue basado en sesiones públicas realizadas en 2019, indica que desde 1940 a 2018, 390 personas que pertenecieron al clero u ocuparon cargos de confianza asociados con la Iglesia de Inglaterra han sido condenados por delitos sexuales contra niños.
En 2018, 449 denuncias fueron recibidas sobre presuntos y recientes casos de abuso sexual a menores. En el mismo año, la Iglesia anglicana también recibió 2.504 denuncias por falta de protección a menores o adultos vulnerables, según el informe.
“El reporte concluye que, al abandonar el bienestar de niños a favor de proteger su reputación, la Iglesia anglicana estuvo en conflicto directo con su propio objetivo moral: el proporcionar cuidado y amor para los inocentes y vulnerables. Mientras que se ha logrado progreso dentro de la Iglesia en las prácticas para proteger a los niños, aún queda un largo camino si se habla de recobrar la confianza de las víctimas”, resalta el comunicado final de la investigación.
La Iglesia anglicana y el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, ofrecieron disculpas públicas.
“El reporte publicado hoy es un duro y estremecedor recordatorio de como tantas veces hemos fallado y continuamos fallando a los sobrevivientes. Las disculpas son cruciales, pero no suficientes. Tenemos que escuchar. Tenemos que aprender. Y tenemos que actuar”, dijo el arzobispo de Canterbury en un comunicado.
Sin embargo, para Ineson lo concluido por la investigación es importante, pero dice que se necesita hacer más por las víctimas. Las disculpas públicas no son suficientes y el aún sigue esperando una, nos dice muy enfático.
“La manera que la Iglesia ha tratado a las víctimas hasta hoy ha sido cruel, deshonesta solo para proteger su reputación”, reflexiona.
Recobrar la confianza de las víctimas será muy difícil por la manera en que la jerarquía de la Iglesia ha manejado las denuncias de abuso, opina el exsacerdote.
“Yo perdí mi hogar, mi vida, mi vocación y hasta en términos financieros mi pensión, no tengo nada. Perdí mucho debido a como se comportaron. Me tuve que levantar por mí mismo”, dice.
Sharon Braithwaite colaboró con este reporte desde Londres.